Esta semana, Rosa Jordana, nos vuelve a llevar al corazón de Lourdes, a la vida de los hospitalarios, a su labor desinteresada, ¿Quieren conocer el trabajo que allí se realiza? Les invitamos a leer esta entrevista.
Un artículo de Rosa Jordana: «Hospitalarios: Entrevista a María Jesús Pinedo»
María Jesús Pinedo Adiego es la Presidenta de la Hospitalidad de Lourdes de Vitoria. Vive por y para Lourdes todo el año y he contactado con ella con el objetivo de que nos explique qué es y cómo es una Hospitalidad, pero también y, sobre todo, para que nos hable de sus vivencias en el Santuario y en su cargo.
Empezamos la entrevista rezando un Avemaría. En la mente de las dos está la imagen de la Virgen que hay en la Gruta de Lourdes.
Personalmente, le pido que me ayude a transmitirles a todos ustedes el afecto con los que María Jesús vive todo lo relativo a Lourdes.
Rosa Jordana: – ¿Cómo conociste Lourdes?
María Jesús Pinedo: -Vi un cartel de la peregrinación en una parroquia y llamé. Sentí ganas de ir, pero temía no saber hacer lo necesario. Así que llamé al teléfono del cartel y me salió un señor al que yo le repetía sin cesar que “no sabía hacer nada”. Pero él me tranquilizaba diciendo que seguro que sería útil allí. Así que fui. Mi autobús era de dos pisos e intenté servir desde ese mismo momento, aunque sólo fuera para subir un neceser a una persona. Era el año 1998.
En Lourdes todo era nuevo para mí. El AccueilNotre-Dame había sido inaugurado el año anterior. Mi servicio fue en la sala de hombres. Se trataba de atender al enfermo en todas sus necesidades y en colaborar en el funcionamiento del Accueil.
Los que van el primer año suelen tener el privilegio de poder estar en sitios clave en las procesiones. En la procesión de las antorchas, por ejemplo, los camilleros suelen llevar la imagen de la Virgen y las damas las velas que la acompañan.
Pues bien, en la procesión del Santísimo Sacramento y Bendición de los enfermos me pusieron como acompañante de la Cruz. En un momento dado sonaron las trompetas y rompí a llorar con una emoción indescriptible. Me acordé de mi padre. Allí me enganché.
R. J.: – Es cierto.Algo muy peculiar de Lourdes es que en los cantos de la liturgia no sólo se utiliza el órgano sino también las trompetas. Los himnos adquieren, así, una marcialidad impactante.
R. J.: – Y.., ¿qué servicios has hecho en Lourdes?
M. J. P.: – El segundo año empecé en las piscinas y allí estuve quince años. Para mí, es el servicio más enriquecedor, sin menospreciar a los demás (salas, comedores, sanitarios, transporte, exteriores…) pero piscinas es algo especial. Te marca para siempre. El momento de coger la sábana y sumergir al enfermo es muy emocionante. A pesar de la costumbre, no podía evitar que, frecuentemente, me saltaran las lágrimas. Recuerdo personas concretas a las que no he olvidado a pesar del paso de los años. También estuve en la piscina de niños. Es la única sala que tiene dos piscinas: una bañera más pequeñita para niños y la otra normal, igual que las demás. Hay muchas mamás que quieren bañarse con sus hijos pequeños en brazos y es muy difícil hacerlo porque tienes que estar vigilando que el niño no se resbale. En las piscinas se viven momentos muy intensos. Allí se aprende mucho del ser humano: de sus flaquezas y sus fuerzas. Es un lugar privilegiado. Al comenzar cada servicio hay unos rituales y unas oraciones que te preparan para ser consciente de la humildad con que se debe actuar y del momento tan trascendente que es el baño para cada la persona. Estuve quince años sirviendo en las piscinas.
R. J.: ¿Alguna anécdota de las piscinas?
M. J. P.: – Muchas. Recuerdo una vez que vino una señora americana. Estaba embarazada de gemelos y entró con tres niñas. Se bañó con la más pequeña, que tendría año o año y medio. Les bañamos juntas, encomendándonos a María pues eran cuatro las vidas que teníamos en nuestras manos y fue impresionante.
Al final del servicio nos podemos bañar las hospitalarias y yo recuerdo con mucha emoción un año en que llevé la foto plastificada de mi ahijado, un niño que nació con un problema; llevaba ya muchas operaciones a pesar de ser aún muy pequeño y estaba en vísperas de otra. Después de comentárselo a la responsable, todas mis compañeras se unieron a mí y realizamos el baño simbólico de mi ahijado sumergiendo su foto. Fue un momento espiritualmente muy profundo. Han pasado muchos años y me sigo emocionando al recordarlo. Gracias a Dios y a su Madre, mi ahijado va superando todas las vicisitudes.
R. J.: – Ahora eres Presidenta de la Hospitalidad de Vitoria y, por lo tanto tienes una visión global de esta. ¿Cómo funciona una Hospitalidad?
M. J. P.: – Cada Hospitalidad tiene su propio estilo, pero tenemos en cuenta muchas cosas: que el protagonista de todo es el enfermo; que la Hospitalidad no sólo funciona durante la peregrinación a Lourdes, sino todo el año… Esto diríamos que es común a todas. Luego cada una tiene sus propias peculiaridades
Nosotros empezamos a organizar la peregrinación diocesana en el mes de mayo y vamos en septiembre. En febrero nos desplazamos a Lourdes para la celebración de la Virgen de Lourdes y también la celebramos en nuestra Diócesis. Es en febrero cuando el Santuario da las directrices respecto a todo, desde el lema de ese año hasta asuntos más prosaicos relativos a la organización de las peregrinaciones.
Pero es que, a parte de la peregrinación propiamente dicha y su organización, tenemos un amplio calendario de actividades que dura todo el año. Algunas son espirituales y otras más festivas y lúdicas. El conjunto es una importante labor pastoral -así la califica nuestro señor Obispo- con todos los peregrinos (peregrinos enfermos, sanos y hospitalarios).
R. J.: – Hace tiempo que tengo una duda que en las dos entrevistas anteriores conseguí disipar bastante bien, pero ¿me podrías explicar cuál es la diferencia entre “voluntario” y “hospitalario”?
M. J. P.: – Bueno, nosotros llamamos hospitalarios a todos los que vienen a la peregrinación con el objetivo de ayudar. Pero la condición de “hospitalario”, en realidad, se adquiere cuando una persona demuestra y manifiesta un compromiso con la Hospitalidad. Eso significa que lleva viniendo a la peregrinación un mínimo de cuatro años. En ese momento, si esa persona lo desea, puede hacer la solicitud de ser admitido como hospitalario y el Consejo de la Hospitalidad lo aprueba. Durante la peregrinación a Lourdes se celebra una Misa en la iglesia de San José del Santuario que se llama “Misa del Hospitalario”. Y allí, en presencia de enfermos, peregrinos y otros hospitalarios, se les impone la Medalla con distintivo azul celeste a los recién admitidos. Desde ese momento tienen un compromiso con la Hospitalidad que ya he dicho que no se limita al servicio en la peregrinación, sino que se es hospitalario los 365 días del año. A los ocho años de servicio se puede renovar el compromiso que ya es definitivo y en la Misa del Hospitalario durante la peregrinación de ese año se le impone una medalla con distintivo azul Bilbao, que certifica ese compromiso permanente.
Los hospitalarios tienen el privilegio de elegir el Consejo de la Hospitalidad y también el de ser electos.
Luego están los “stagiers” que son hospitalarios que tienen el compromiso de ponerse a disposición del Santuario en periodos de tiempo -aparte de la peregrinación diocesana-, durante la temporada de peregrinaciones que va de abril a octubre, ambos incluidos.
R. J.: – En la conversación previa me comentaste una cosa que me impactó. Vosotros os lleváis tres presos de la cárcel de Zaballa en cada peregrinación.
M. J. P.: – Si. Vienen con nosotros e intentamos que se haga de la forma más discreta posible. Para ellos es un gran aliciente y una ocasión para que se sientan valorados como personas. Les damos el privilegio de portar el palio en la Procesión Eucarística. Recuerdo que en una ocasión esta procesión la presidía la Hospitalidad de Barcelona y eso conllevaba que eran ellos los encargados de llevar el palio y, dada la buena relación que existe entre las Hospitalidades españolas, les comentamos la situación, lo entendieron y nos cedieron el puesto para nuestros tres chicos.
R. J.: -Hablabas de las medallas. Otro emblema de los hospitalarios es el uniforme.
M. J. P.: – El uniforme nos iguala y es el símbolo que nos identifica como personas que estamos al servicio de los enfermos. Hay que llevarlo con humildad (significa servicio, reitero) y con orgullo por lo que representa (es un privilegio poder tratar con enfermos). Concibo el servicio con humildad y, al mismo tiempo, me siento muy orgullosa de ser hospitalaria y muy agradecida a la Virgen que me ha llamado a serlo.
R. J.: – ¿Qué es para ti la Hospitalidad?
M. J. P.: – Es mi otra familia. Siempre digo que los hospitalarios tenemos dos familias: la de los lazos de sangre y la Hospitalidad. La Hospitalidad es unión, fraternidad… Tenemos nuestros trabajos y luego nuestro servicio que es la Hospitalidad. Hay quien dice “Vais a Lourdes a trabajar”. Y yo siempre digo no, que vamos a servir al enfermo, al débil, a quien está pasando una mala situación… El trabajo se remunera y el servicio se da gratis: “lo que gratis has recibido, dalo gratis”. Nosotros vamos a servir al enfermo y eso es lo que nos da la Hospitalidad. En Lourdes, además, conoces a gente con la que creas lazos que te unen para siempre y ese es otro milagro de Lourdes, menos conocido, que nos llega a través de la Hospitalidad y la Peregrinación.
Al adquirir el compromiso de hospitalarios, lo hacemos con un afán de servicio que imprime carácter. Y nos sentimos hospitalarios en todo nuestro ser. Te pondré un ejemplo que, al mismo tiempo sirve de homenaje a una hospitalaria muy querida: Mónica. Mónica padecía un cáncer en fase terminal y, a pesar de ello, quiso venir a la peregrinación de ese año. Dos días antes de partir me llamó su hermano para decirme que no venía porque la última sesión de quimioterapia le estaba provocando de forma muy aguda los trastornos propios del tratamiento. Me dijo que sus hijas habían dicho que no podía ir a Lourdes de esa manera. Y yo pregunté: “Y Mónica ¿qué dice?”. A lo que me contestó: “¡Ah! ¡Tú sabes cómo es! Ella quiere ir a Lourdes”. Entonces repliqué: “Pues que venga. Tú sabes que si no se encuentra bien estará atendida”. He de decir que, a pesar de su estado, había solicitado hacer el compromiso de los ochos años. Unos días antes, ella me preguntó que cómo venia, sin o con uniforme. Le dije que con uniforme, naturalmente, puesto que iba a hacer el compromiso. Así vino. En la Misa del Hospitalario le impusimos la medalla, la del compromiso definitivo y para siempre.
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Estuvo bien y feliz durante la peregrinación. Volvimos a casa el domingo y a los pocos días, nos envió su uniforme, puesto que no lo iba a usar más, junto con algunas medallas, pero no estaba la medalla del compromiso que acababa de hacer. A los pocos días, Mónica falleció. En la capilla ardiente la pudimos ver y en el pecho llevaba la medalla de hospitalaria con compromiso definitivo: la azul Bilbao. ¡Los hospitalarios lo somos hasta la muerte!
R. J.: – Sigo con la entrevista profundamente emocionada. Vaya desde aquí nuestro reconocimiento a Mónica.
En relación a las hospitalidades y, precisamente con motivo de la festividad de la Virgen de Lourdes, el Obispo de Tarbes-Lourdes, Monseñor Nicolás Brouwet, hacía unas declaraciones diciendo que el Santuario constata que últimamente muchos peregrinos van a Lourdes de forma individual y no integrados en Hospitalidades. ¿Cuál es para ti la forma ideal de peregrinar a Lourdes?
M. J. P.: – Sin duda con una Hospitalidad, dentro de una Peregrinación Diocesana. Las Hospitalidades permiten peregrinar a Lourdes como enfermo, como peregrino y como hospitalario. No es necesario estar enfermo para ir como peregrino. El peregrino tiene su espacio en la Hospitalidad. Además, el Santuario de Lourdes y su funcionamiento está pensado para ser vivido en una Hospitalidad, puesto que les concede a éstas todo el protagonismo en las ceremonias, tanto en la organización de las diversas procesiones, como en la concesión de poder celebrar un Misa en la Gruta. Si se va de forma individual es posible que se viva como espectador todo lo que se ve. Y, más que peregrinación, puede ser una excursión. Con una Hospitalidad, lo vives desde dentro, participas de las diversas ceremonias no como espectador sino como protagonista. De manera que, recomiendo vivamente que la peregrinación, para ser vivida con toda su intensidad espiritual, se haga desde una Hospitalidad. Es así como entiendes el mensaje y el alma de Lourdes.
Finalizo la entrevista con un profundo agradecimiento a María Jesús. La empecé con el reto de transmitirles el amor, la pasión y el entusiasmo con que ella me había hablado de su Hospitalidad, de los hospitalarios y de Lourdes. Su testimonio es vivísimo y confío en que ustedes lo perciban.
Rosa Jordana
Les invitamos aleer el artículo de María Jesús Pinedo: «¿Por qué peregrinamos a Lourdes?«
Calendario de peregrinaciones diocesanas españolas:
11 05 2019 – 15 05 2019 MADRID
11 05 2019 – 15 05 2019 OVIEDO
15 05 2019 – 19 05 2019 LA CORUNA
18 05 2019 – 22 05 2019 LEON
24 05 2019 – 27 05 2019 SAN SEBASTIAN
31 05 2019 – 04 06 2019 ALBACETE
Esperamos que hayan disfrutado con esta entrevista. Les animamos a leer la historia completa de las Apariciones de Lourdes:
- ¿Por qué Lourdes?
- El siglo de María
- Bernadette Soubirous, ¿quién es?
- ¿Cómo era Bernadette?
- Primera aparición de Nuestra Señora de Lourdes
- Segunda aparición de Nuestra Señora de Lourdes
- Tercera aparición: La Virgen habla por primera vez
- Cuarta y quinta aparición en Lourdes
- Sexta aparición en Lourdes
- Primer interrogatorio a Bernadette
- 7ª aparición en Lourdes
- Penitencia, penitencia
- 9ª aparición: La fuente
- 10ª aparición en Lourdes
- Undécima y duodécima aparición en Lourdes
- Primeros milagros en Lourdes
- Los hospitalarios de Lourdes: entrevista
- Masabielle: 13 Aparición en Lourdes
- 14ª Aparición en Lourdes
- 15ª Aparición en Lourdes
- Los hospitalarios de Lourdes: Mari Carmen Luzón
- Una pausa para reflexionar
- Yo soy la Inmaculada Concepción
- Décimo séptima aparición en Lourdes
- Última aparición
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