14ª Aparición en Lourdes-Marchando Religión

14ª aparición en Lourdes

Volvemos una semana más a Lourdes, regresamos a la Santa gruta para observar como un asistente más lo que acontece allí.

14ª Aparición en Lourdes, un artículo de Rosa Jordana.

*Se prohíbe la reproducción de todo contenido de esta revista, salvo que se cite la fuente de procedencia y se nos enlace.

Tiempo de lectura estimado: 5 minutos.

Al final del artículo, tienen un índice con todos los artículos de Rosa Jordana

En teoría ese miércoles, 3 de marzo de 1858, tendría lugar la penúltima aparición puesto que se llegaba al final de la famosa quincena anunciada. La imaginación de la gente es algo incontrolable y da lugar a situaciones que nadie ha programado. La Dame pidió a Bernadette que tuviera la bondad de ir a Massabielle durante quince días. Pero se lo dijo durante la tercera Aparición, la del 18 de febrero. Daba igual: todo Lourdes creía que el jueves 4 de marzo tendría lugar la última Aparición y, conforme se acercaba ese momento, crecían la expectación y los rumores sobre un final espectacular. Como hemos visto, no fue Bernadette quien dio origen a estas especulaciones, si bien acabó también ella asumiendo que sería de esa manera.

14ª Aparición en Lourdes-Marchando ReligiónA las siete de la mañana de ese miércoles, ya había en la Gruta alrededor de tres mil personas, había gente de Argelès, Bagnères, Pontacq y de todo el valle del Gave. También de Lourdes, claro está.

A esa hora llegó Bernadette acompañada de su madre y su tía. Tuvo muchas dificultades para llegar al lugar donde se situaba habitualmente. La gente la quería tocar y esto la molestaba: “Yo no tengo ningún poder…”. E intentó colarse entre la multitud. Su cirio se rompió y cuando llegó a la piedra plana donde se situaba siempre la encontró ocupada. Además, delante de ella también había gente y estaban de pie lo que le reducía el campo visual y se interponía entre ella y la roca.

Bernadette estaba nerviosa y tensa. La aglomeración la contrariaba.

A pesar de todo, empezó a rezar. Rezó el Rosario completo y luego intentó ir a la fuente para beber y lavarse, quiso besar el suelo y hacer los actos penitenciales que solía hacer desde que la Dame se lo pidió. Todo en vano. A pesar de sus rezos, sus imploraciones y la plegaría íntima que le enseño la Dame, la “visión” no se produjo.

Decepcionada, en un estado de desolación absoluta, con lágrimas en los ojos, la niña regresó a su casa, al Cachot. Allí intentaba encontrar explicaciones: ¿había demasiada gente? ¿se puso excesivamente nerviosa? ¿no rezó bien? Al final confesó a sus padres “Aunque la Señora no venga, yo nunca la fallaré”.

En Lourdes la noticia corrió entre la gente y también un rumor: esa noche, antes de amanecer, hubo un “incidente grosero” en la Gruta y esa era la causa de que las apariciones hubieran cesado. El hecho era explicado confusamente y nadie podía explicarlo con claridad.

Ajena a todo, Bernadette estaba en la escuela y, al salir, sobre las once de la mañana, sintió el impulso de volver a la Gruta. La acompañó su tío, André Sajous, el dueño de la casa donde estaba el Cachot y en el primer piso de la cual vivía él con su familia. También la acompañó su tía Bernarde, después de enviar precipitadamente a dos vecinas a buscar un cirio. Pensaban que, a esa hora, no encontrarían gente en Massabielle, pero se equivocaban. El lugar ya recibía gente las veinticuatro horas del día.

Bernadette llegó, se arrodilló y empezó a rezar el Rosario. ¡Y la Dame vino!

La chiquilla besó el suelo, bebió y se lavó la cara y luego entabló una conversación. No tenemos testigos que dejaran escrito lo que ocurrió durante esa aparición. No sabemos cuánto duró y sólo podemos contar lo que explicó Jeanne Védère, una prima de Bernadette que fue, también, su mejor confidente y amiga durante toda su vida.

Efectivamente, Jeanne dejó escrito que la Dame le dijo a Bernadette: “Usted no me ha visto esta mañana porque estaban presentes unas personas que deseaban ver como se comportaba usted en mi presencia, pero estas personas no eran dignas de ello. Han pasado la noche en la Gruta y la han profanado”.

Esta es una confidencia que la prima de Bernadette dice haber recibido de ella. Sin quitarle credibilidad, he de decir que este es un episodio que no consta en ningún otro lugar. No obstante, es coherente con los rumores que circularon esa mañana en Lourdes y que Pierre Pene describe en su libro “Lourdes, les secrets”. Sin duda nos advierte de la conducta que debemos tener en lugares de culto porque, aunque en ese momento la Gruta no lo era, sí que se estaban produciendo allí unos sucesos que todos interpretaban como de origen celestial.

También sabemos que Bernadette se acordó de volver a preguntar a la Dame su nombre y que “Ella” rehusó responderle con una sonrisa, aunque, eso sí, volvió a pedir que se construyera allí una capilla. Da fe de ello la visita que hizo la niña al padre Peyramale esa misma tarde. Era la tercera vez que se veía en dos días:

  • Señor cura, la Señora sigue pidiendo la capilla.

  • ¿Le has preguntado cómo se llama?

  • Sí, pero sólo ha sonreído.

  • Bueno, pues si quiere la capilla, que diga su nombre y que haga florecer el rosal de la gruta.

¡He aquí las condiciones del párroco de Lourdes! Representaba allí a la Iglesia y su posición debía ser rigurosa y prudente. Pero no actuaba. Él era así de rudo.

Quiso la Virgen topar con una Iglesia inflexible, austera, recia e implacable. Y fue mejor así para Lourdes y su mensaje puesto que le dotó de credibilidad desde el primer momento. Nada de paños calientes, de conductas condescendientes, de cautelas diplomáticas…

Pero volvamos al relato. ¿Qué hacía Jeanne Védère en Lourdes? Jeanne era una prima de Bernadette, hermana de su padrino de bautizo. Vivía con su familia en Momères, al lado de Tarbes, muy cerca de Lourdes. Llegó a Lourdes la tarde de ese día 3 de febrero para dormir en el Cachot -¡cómo sería el Cachot que la buena de Jeanne convirtió en una promesa al Cielo el dormir allí!-. Venía para asistir al entierro de la tía común, Jeanne Soubirous, y para acompañar a Bernadette en “el gran día”.

Se estima que entre ocho y diez mil personas durmieron esa noche al raso, en los entornos de Massabielle. Llegaba gente de todos lados, cantando las letanías de la Santísima Virgen, con un entusiasmo que borraba cualquier fatiga. Venía gente de toda la Bigorre y el Béarn. Incluso de lugares más lejanos. Los sucesos de Lourdes empezaban a tener repercusión en todo el país.

Las autoridades estaban tomando medidas para que no hubiera ni problemas de orden público ni accidentes. No había más de diez metros entre la Gruta y en río. El alcalde reclamó refuerzos al comandante de la guarnición militar ubicada en el castillo de Lourdes y el Comisario Jacomet se dispuso a desplegar todos sus efectivos.

A las once de la noche el secretario de la alcaldía, Joanas, el comisario Jacomet y el Sargento de Caballería D’Angla, hicieron un registro en la Gruta por orden del Prefecto. Provistos de una escalera, visitaron las galerías superiores en busca de cualquier “instalación” que pudiera haber sido preparada para que sucediera un falso milagro. La gente murmuraba a sus espaldas y creían más bien ridículo todo aquel despliegue. ¡Se dijo que había por lo menos doscientas mujeres dispuestas a empujarlos al río! Y es que no eran bien recibidos allí.

En el Cachot, François no podía conciliar el sueño. Temía por Bernadette, por la policía, por el disgusto que supondría para su hija el que la Dame no viniera…

Bernadette estaba tranquila. Esta tarde, al salir de visitar al padre Peyramale, se encontró con Dominiquette Cazénave y se pusieron a hablar. En esas estaban cuando llegó el hermano de esta, Jean-Marie, un hombre de treinta y pocos años, fuerte y robusto, que conducía todo tipo de diligencias. Al verlo, la niña pensó que le sería útil para apartar a la gente al día siguiente. Y le pidió que la acompañara a la Gruta ese jueves. Aceptó. Bernadette sorprendía a veces, con su sentido práctico de las cosas. Por eso podía dormir plácidamente.

Rosa Jordana

Se abre el calendario de peregrinaciones: 1ª peregrinación, Santander, del 22 al 26 de Abril

No se pierda ninguno de los artículos de Rosa, aquí tienen el índice para que puedan leer la historia de Lourdes desde el principio

  1. ¿Por qué Lourdes? 
  2. El siglo de María
  3. Bernadette Soubirous, ¿quién es? 
  4. ¿Cómo era Bernadette?
  5. Primera aparición de Nuestra Señora de Lourdes
  6. Segunda aparición de Nuestra Señora de Lourdes 
  7. Tercera aparición: La Virgen habla por primera vez 
  8. Cuarta y quinta aparición en Lourdes 
  9. Sexta aparición en Lourdes
  10. Primer interrogatorio a Bernadette 
  11. Séptima aparición en Lourdes
  12. Penitencia, penitencia 
  13. 9ª aparición: La fuente 
  14. 10ª aparición en Lourdes 
  15. Undécima y duodécima aparición en Lourdes 
  16. Primeros milagros en Lourdes 
  17. Los hospitalarios de Lourdes: entrevista 
  18. Masabielle: 13 Aparición en Lourdes

Si les ha gustado este artículo de Rosa Jordana en el que nos sitúa en la 14ª aparición en Lourdes, les invitamos a quedarse en nuestra página y a recorrer nuestras distintas secciones: Misa Tradicional, Arte, Historia de la Iglesia, Nuestras firmas…

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Author: Rosa Jordana
Rosa Jordana: Licenciada en Ciencias de la Educación. He trabajado con niños y para niños. Mi pasión es Lourdes, donde peregriné por primera vez con diez años y no he dejado de hacerlo. Mi ilusión es que peregrinemos allí, Vds. y yo juntos cuando nos encontremos en estas líneas. Nos espera la Santísima Virgen