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Cómo la modestia protege a hombres y mujeres del abuso y manipulación

El profesor Kwasniewski nos entrega la segunda parte de su artículo sobre la modestia en el vestir. Aquí veremos cómo la virtud de la modestia protege tanto a hombres y como a mujeres de muchos de los graves males que sufre sociedad actual.

Cómo la modestia protege a los hombres y mujeres del abuso, la manipulación y el desorden, por Peter Kwasniewski para LifeSiteNews

En mi último artículo titulado “Una guía cristiana para la modestia en los calurosos meses de verano”, definí la virtud de la modestia y expliqué por qué es esencial y no opcional en la vida cristiana. Está lejos de ser la virtud más importante, sin embargo, su presencia limita una gran cantidad de males y su ausencia invita a un mundo de pecado.

La modestia es una profunda necesidad humana que solo se rechaza a expensas de la integridad y del legítimo amor propio. ¿Cuántas mujeres hay cuya dignidad es herida y cuya memoria está cargada de un incidente tras otro con hombres que las utilizaron por sus cuerpos? Ellas han sufrido mucho a costa de su mala formación, mala educación y malos consejos. Ellas necesitan modestia, que está tan estrechamente ligada al hecho y al sentimiento de la dignidad humana. Ahora que han sufrido de su ausencia, la necesitan incluso mucho más para recobrar su dignidad, su sentido del valor, su conciencia de ser una persona que merece ser amada por su propio bien.

Todos quieren ser amados como personas, no como una cosa; como un quien y no como un que.

El cristiano está llamado a proclamar la primacía de lo divino sobre lo humano y de lo humano sobre el animal. Nosotros proclamamos la natural bondad y la capacidad para la santidad del cuerpo que recibe la vida y el movimiento de un alma inmortal creada a la imagen de Dios:

“Y formó Yahvé Dios al hombre (del) polvo de la tierra e insufló en sus narices aliento de vida, de modo que el hombre vino a ser alma viviente. (Génesis 2, 7) “Tú formaste mis entrañas; me tejiste en el seno de mi madre (…) y mi cuerpo no se te ocultaba, aunque lo plasmabas en la oscuridad, tejiéndolo bajo la tierra” (Salmo 139, 13-15).

El cuerpo es una creación de Dios, templo de Su Espíritu, lavado y ungido en el bautismo, al que se le ha prometido compartir la dicha en la resurrección. Nuestra apariencia y la manera de comportarnos debiera dar testimonio de la única verdad católica (presente ya inequívocamente en el Nuevo Testamento) que es que tanto el matrimonio como el celibato valoran al cuerpo humano como una ofrenda digna de amor, un canal de gracia, un signo sagrado, cuando son consagrados por los sacramentos de Jesucristo.

“En tanto que el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo” (1 Cor. 6, 13).

Ya sea que hablemos de un cuerpo orgánico, un cuerpo político, o del Cuerpo Místico, cada uno a su manera es una unidad compuesta de muchas partes distintas en un orden jerárquico y relacionado. En este sentido, la persona humana es una jerarquía de elementos de personalidad.  Para mí existen muchas capas o niveles y no todos ellos debieran estar en primer plano. Un igualitarismo antropológico radical que otorga igual peso al cuerpo y al alma o a las demás facultades del alma ubicando, por ejemplo, a la imaginación y a la voluntad en el mismo nivel del intelecto, no es menos erróneo que el igualitarismo político o eclesiológico.

La dimensión corporal de una persona lleva consigo un significado sacramental, sobre todo el cuerpo desnudo.

El cuerpo desnudo es el don más expresivo que los esposos pueden darse mutuamente. Al darlo, ellos se dan a sí mismos, ya que el cuerpo no es algo que yo “poseo” como si fuera de mi propiedad, sino una verdadera parte de lo que soy. La persona humana no está “en” un cuerpo, pero es corporal, somos seres encarnados. Esto es lo que Santo Tomás de Aquino ha dicho acerca de esto:

¿Por qué existen tantos miembros en un cuerpo natural, manos, pies, boca y similares? Ellos sirven a las distintas actividades del alma. El alma es en sí la causa y el principio de estos miembros, y lo es el alma virtualmente. Porque el cuerpo está hecho para el alma, y no al revés. El cuerpo natural es una cierta parte del alma.

El cuerpo, por lo tanto, más que cualquier otro don que puede ser dado, debe ser desenvuelto y tomado posesión solo por él o ella a quien ha sido solemnemente prometido, tal como incluso la Santísima Eucaristía, que es el verdadero cuerpo de nuestro Señor, es recibido solo por los bautizados que están casados con Cristo en la caridad. El cuerpo del hombre, enseña San Pablo, no pertenece más a él, sino a su esposa, y el cuerpo de ella a él. (1 Cor. 7, 4)

Vale la pena observar que el vínculo sacramental especial que une al esposo y a la esposa, demanda modestia que lo abarca todo, la sensibilidad del alma. La modestia es una virtud esencial, no porque las pasiones del cuerpo sean en sí vergonzosas, sino que por su dignidad y su potencial como ministros de la gracia es que impone el deber de protegerlas del abuso, manipulación y desorden. Pienso en las hermosas palabras de San Pablo, tan apasionado, tan lleno del amor de Dios por todos los que Él ha creado y redimido:

“¿O no sabéis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo que está en vosotros, el cual habéis recibido de Dios, y que ya no os pertenecéis a vosotros? Porque fuisteis comprados por un precio (grande). Glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo.” (1 Cor. 6, 19-20)

Los seres humanos están llamados a guardar el secreto de su personalidad, un precioso don de Dios, no es un misterio para la indiscriminada utilización pública.  Una fidelidad celestial se otorga a los novios, prometidos, recién casados, parejas de por vida, y están obligados a defenderla contra los poderes hostiles que tratan de profanarla. En esencia, hombre y mujer comparten su amor en secreto. La cámara interior no puede ser dejada abierta como un patio público. Debiera ser tratada con la reverencia con la que nos aproximamos al santuario y al tabernáculo de una iglesia.

Peter Kwasniewski

El artículo original en inglés puede leerle en: https://www.lifesitenews.com/blogs/how-modesty-protects-men-women-from-abuse-manipulation-and-disorder

Pueden leer el anterior artículo del profesor, sobre el mismo tema, en el siguiente enlace:

https://marchandoreligion.es/2019/06/claves-para-conservar-la-modestia-en-el-vestir-en-verano/

Si te ha interesado el tema de cómo la modestia protege, no te vayas de nuestra página sin leer este interesante artículo sobre el pudor en el vestir.

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Profesor Peter Kwasniewski: (Chicago, 1971) Teólogo y filósofo católico, compositor de música sacra, escritor, bloguero, editor y conferencista. Escribe regularmente para New LiturgicalMovement, OnePeterFive, LifeSiteNews, yRorateCaeli. Desde el año 2018 dejó el Wyoming CatholicCollegeen Lander, Wyoming, donde hacía clases y ocupaba un cargo directivo para seguir su carrera como autor freelance, orador, compositor y editor, y dedicar su vida a la defensa y articulación de la Tradición Católica en todas sus dimensiones. En su página personal podrán encontrar parte de su obra escrita y musical: https://www.peterkwasniewski.com/