He aquí porqué el “sexo recreacional” envenena el verdadero amor

En la raíz del “sexo recreacional” está el desafío a la naturaleza, al hombre, y el nihilismo que odia a Dios.

He aquí porqué el “sexo recreacional” envenena el verdadero amor, un artículo de Peter Kwasniewski para LifeSiteNews

Traducido por Beatrice Atherton para MarchandoReligion

San Benito en su Regla le dice al monje que todas las posesiones del monasterio están para ser tratadas con el mismo cuidado que un monje debiera da a los vasos del altar. El monje no posee nada, ni siquiera su propio cuerpo, a su propia voluntad, dice el santo.

El cuerpo es un vaso litúrgico. Es parte de la ofrenda sacrificial que brindamos a Dios, no solo en Misa, sino a través de nuestras vidas:

“Os ruego, hermanos, por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios (en un) culto espiritual vuestro.”

Romanos 12, 1

Ahora, ¿Qué ofrecemos a Dios sobre el altar del sacrificio? ¿Pan mohoso y vino amargo? ¿Cómo podría esto ser algo apto para la consagración? Sin embargo, la misma pregunta debiera ser formulada respecto de lo que un esposo o una esposa ofrece al otro. ¿Es una porción artificialmente segregada de nosotros mismos, una funcionalidad sexual separada de su propósito procreativo o de la persona como un todo? ¿Un egoísmo hambriento? ¿Se ofrecerán en la totalidad de su naturaleza humana, cuerpo y alma, junto con los hijos que puedan venir? “Dejad a los niños venir a Mí, y no se lo impidáis” (Mateo 19, 14) ¡dejad que nazcan!

¿Ofreceremos toda la creación, como los sacerdotes y los gobernantes que Él ha puesto en este mundo? ¿Qué es lo valioso de la Liturgia Divina? ¿Qué es lo valioso de la liturgia cósmica? Las abejas, el grano, las uvas, los olivos no son egoístas. Ellas ceden todo lo que son al hombre y a Dios. Consideren los lirios del campo. Prodigiosamente ofrecen su esencia y su forma, dando gloria a su hacedor y confortan a su observador. No sienten la necesidad de contenerse o de hacer esto por un placer suyo.

Cada vez que un esposo y una esposa se abrazan el uno al otro, es una recreación del sacramento de su matrimonio, así como cada Eucaristía es una recreación del sacrificio de la Cruz. ¿Qué ofrecemos a Dios y al otro en este acto? ¿En qué condición está la materia que ofrecemos? “Esta santa e inmaculada hostia”, “un cordero sin macha.” Si Dios merece vasos de oro y plata para la Eucaristía, y un vino y pan puro, entonces al menos podemos decir que los esposos y las esposas merecen intenciones dignas y honestas, carnosidad sin químicos o barreras.

¿No debiera el dador del más íntimo don dar lo mejor a él o ella?

Ya que lo mejor en el hombre no es solo su carne y su “corazón”, sino el hombre completo, cuerpo y alma, carne y espíritu, mente y voluntad, el poder de unir y el poder de dar vida y recibirla. No somos dualistas. El hombre no es dos cosas, sino una. Si él va a darse a sí mismo, debe dar todo de sí, entregando quien es y lo que es a la persona amada, para que esa unión pueda dar una unión perfecta y completa, no un contrato de negocio, o prostitución o una recreación, ninguna de las cuales tiene algo que ver con el verdadero amor a una persona por sí sola, por lo que él o ella son en la plenitud de su ser.

El desafío a la naturaleza, el desafío hombre y el nihilismo que odia a Dios están en la raíz del “sexo recreacional”, así como del “la educación sexual”. Las personas que no aman a otra por lo que ellas son y por lo quienes son, viven en un mundo sin realismo amor o esperanza. Aprenden el cínico arte de la distracción y la disipación para olvidar el miserable confinamiento de su condición. Si uno no tiene nada por lo que merezca dar la vida, lo único que va quedando es una incesante búsqueda de placeres o frenéticos negocios. Se trata de escapar en este sentido de las preguntas y respuestas sobre cuestiones existenciales como: ¿Quién soy yo? ¿Por qué estoy aquí? ¿Cuál es el propósito de mi vida? ¿Cuál es el significado de la muerte? La razón por la que la religión parece ser irrelevante a muchas personas hoy es porque la religión existe para preguntar y responder estas preguntas. Cuando las personas no se las hacen más, la religión no tiene nada que decirles.

La acción de la unión nupcial lleva consigo un inmenso significado y responsabilidad, razón por la cual debe ser libre y conscientemente elegida con todo el peso de su ser y con una conciencia tácita, pero vital, de lo que es. La mejor de las costumbres cristianas y de las piadosas tradiciones alrededor del matrimonio siempre recalcan esta verdad: hoy los cristianos debieran conservarlas y recuperarlas cuidadosamente al planificar y celebrar sus bodas y embarcarse en el peregrinaje de la vida de casado en Cristo.

Aquellos que están comprometidos o desposados y aún no se casan realmente no saben lo que el Señor les solicitará, lo que será la carga de la alegría y del sufrimiento hasta que lleguen. Pero cuando reciban con humildad y confianza los misterios transmitidos desde la eternidad al tiempo, de una época a la otra, también reciben la gracia para ser heridos y curados de nuevo, para agarrarse y soltarse, para morir y levantarse de nuevo. Es una iniciación de por vida en el misterio pascual y su fruto es la perfecta conformidad con el Esposo y la Esposa, la unidad de la vida eterna, y una familia más allá de todas las familias terrenales.

Peter Kwasniewski

*Nota de edición: La fotografía pertenece al artículo original publicado por LifeSiteNews. MarchandoReligion declina toda responsabilidad

Puedes leer este artículo en su sitio original en inglés aquí: https://www.lifesitenews.com/blogs/recreational-sex-poisons-true-love-heres-why/

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Profesor Peter Kwasniewski: (Chicago, 1971) Teólogo y filósofo católico, compositor de música sacra, escritor, bloguero, editor y conferencista. Escribe regularmente para New LiturgicalMovement, OnePeterFive, LifeSiteNews, yRorateCaeli. Desde el año 2018 dejó el Wyoming CatholicCollegeen Lander, Wyoming, donde hacía clases y ocupaba un cargo directivo para seguir su carrera como autor freelance, orador, compositor y editor, y dedicar su vida a la defensa y articulación de la Tradición Católica en todas sus dimensiones. En su página personal podrán encontrar parte de su obra escrita y musical: https://www.peterkwasniewski.com/