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Experto liturgista: la difusión mundial del Novus Ordo ha disminuido la creencia en la Presencia Real

Compartimos con ustedes esta entrevista al Profesor Kwasniewski donde nos habla, entre otros temas, de la conexión entre la aplicación del Novus Ordo de la Misa y la disminución en la creencia de la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía.

Experto liturgista: la difusión mundial del Novus Ordo ha disminuido la creencia en la Presencia Real, una entrevista al Profesor Peter Kwasniewski para LifeSiteNews

Motivada por la lectura de una de las firmas de LifeSiteNews el Dr. Peter Kwasniewski en su reciente libro, Reclaiming Our Roman Catholic Birthright: The Genius and Timeliness of the Traditional Latin Mass (Brooklyn: Angelico Press, 2020), (Reclamando nuestra herencia de católico romano: el genio y la actualidad de la Misa Tradicional en latín), la musicóloga y periodista alemana Dr. Bárbara Stühlmeyer dirigió la siguiente entrevista, consultando al autor acerca de su primer encuentro con la Misa Tradicional en latín (MTL); de si existe una conexión entre la reforma litúrgica y la pérdida de fe en la Presencia Real; de la importancia que tiene que los sacerdotes  de rito latino de todas partes aprendan el usus antiquior; de la diferencia entre el Oficio Divino antiguo y la nueva Liturgia de las Horas; del lugar de los santos y de los ángeles en la vida católica, y un consejo para quienes no pueden encontrar una MTL cerca suyo. Una traducción alemana a esta entrevista aparecerá en el diario alemán Die Tagespost.

 Dr. Stühlmeyer: ¿Cuándo tomó usted parte en la celebración de una MTL por primera vez?

PAK: Cuando estaba en la secundaria, quizás con 17 años, escuché que existía una cosa como “Misa en latín”.  Desde luego que yo no tenía ni idea de lo que esto pudiera de significar, ya que yo solo había visto el Novus Ordo inglés y mi educación católica había sido muy deficiente en historia y teología. Gracias a un “dato” de un profesor, descubrí que ahí había una Misa en latín e hice el intento de averiguar donde podía encontrarla. Esto me condujo un domingo a una sala de conferencias de un hotel en algún lugar de Nueva Jersey, cerca de donde vivía, y así fue que asistí. No recuerdo nada excepto confusión, un montón de gente arrodillándose en un espacio para negocios con el cielo muy bajo y sin escuchar nada. No fue una experiencia edificante.

 Diría que la primera experiencia “real” ocurrió un par de años después en la universidad, donde uno de los dos capellanes celebraba secretamente Misas rezadas en una bella capilla estilo español en un altar coronado con la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. Ahí es donde yo me enamoré por primera vez, aunque aún no tenía idea de cómo este amor dominaría mi vida.

¿Diría que existe una conexión entre la liturgia postconciliar y la disminución en la creencia de la transubstanciación?

Sí, me temo que es imposible negar la conexión. El rito romano clásico a lo largo del desarrollo de muchos siglos adquirió numerosos y muy expresivos gestos de adoración y cuidado hacia el Santísimo Sacramento, precisamente porque es no una mera “cosa”, sino porque bajo los signos del pan y vino una Divina Persona está realmente presente. De cómo lo tratemos es cómo mostramos nuestra fe y nuestro amor por Él. La reforma litúrgica disminuyó cruelmente estos gestos e introdujo otras prácticas ahora tan habituales al punto de ser inamovibles y que sugieren que estamos tratando con una comida y una bebida ordinaria en el contexto de la Misa, y a las que se les da un nuevo significado simbólico (el término técnico para esta herejía es “transignificación”). El rito reformado hace recordar la concepción luterana o calvinista de la Eucaristía. Esta es la “fe”, si se puede llamar así, de una vasta mayoría de católicos del mundo occidental.

Cuando ellos aprenden la verdadera enseñanza de la Iglesia, comienzan a ver la discorde disonancia cognitiva que hay entre lo que creemos (o decimos creer) y como actuamos en el Novus Ordo. Y cuando ellos ven como trabaja la Misa Tradicional, ellos se dan cuenta de que es un gran tabernáculo para el Santo Misterio de la Fe, un recordatorio dominante, una clausura protectora, una dorada resplandeciente casa de Dios que nos convoca mientras está diciendo “arrodíllate y adora.”

¿Animaría a los futuros sacerdote a estudiar ambos ritos?

Absoutamente. Si el ursus antiquior es el Rito Romano, como sin dudas lo es, ambos son históricamente legales (gracias al Summorum Pontificum), luego, cualquier sacerdote ordenado en la Iglesia Latina para ofrecer el Rito Romano debiera ser capaz de hacerlo en su totalidad, no de manera parcial y, por llamarlo de alguna forma, discapacitada. Sería como correr con una pierna, o boxear con una mano. (Estoy pensando que esta metáfora no sirve mucho, ya que no existiría un defecto similar en un sacerdote que solo celebra el rito antiguo, que es todo lo que existió durante la mayor parte de la historia de la Iglesia y que es suficiente en sí mismo.)

Más allá de esto cada sacerdote que conozco que ofrece el ursus antiquior ha encontrado que es un tremendo enriquecedor para su vida de oración, para su sentido de identidad sacerdotal y para su ministerio pastoral. Brinda nuevas posibilidades de evangelización, incluso si este no es su principal propósito.

¿Cómo podría describir la diferencia entre el poder performativo que hay entre la liturgia de las horas reformada y la forma tradicional?

El Oficio Divino tradicional es una cosa de peso. Tiene una anchura, profundidad y grosor que vienen de la repetición del Salterio entero en una semana; de la estructura variada de sus horas mayores y menores (siete en el día y una por la noche); del denso entrelazamiento del Oficio con la Misa y de la claridad y rigor intelectual de las oraciones y de los himnos en latín. En resumen, es algo serio y exige ser tomado en serio. De esta manera realmente forma e informa la vida interior del sacerdote y del religioso que lo usan.

La Liturgia de las Horas moderna ha sido satirizada como “la liturgia de los minutos” a causa de su brevedad. Presenta una típica arquitectura moderna, falta de ornamento y sutileza, y siempre repitiendo la misma estructura (primero el himno, y luego los salmos, etc), que es tedioso. De hecho, es difícil tomarla en serio, y en parte es por eso que para el clero moderno le es más difícil comprometerse a rezar esta ligera liturgia que lo que era a los sacerdotes de antaño rezar por lejos un breviario más exigente. Ni siquiera estoy tocando aquí lo que sucede en comunidades de monjes y monjas que abandonaron cantar sus oraciones diarias con las incomparables melodías gregorianas. Eso fue el golpe de gracia. Ellos se han marchitado como tierra seca y fatigada sin agua.

¿Existe una conexión entre el actual estado de la liturgia y la poca consciencia que hoy hay de los santos y de los ángeles?

Cuando las personas comienzan a asistir al rito romano clásico, una de las cosas que más les sorprende y los intriga es cúan hagiocentrista es: el ciclo del santoral es mucho más preponderante. Existen más de 300 más santos en el calendario general tradicional que en el calendario Novus Ordo, muchas de sus conmemoraciones encabezan fiestas. El santo el día determina el “tenor” completo de la Misa, desde el Introito, pasando por la Epístola y el Evangelio hasta la Postcommunion. Se tiene un fuerte sentido de la presencia de los santos como intercesores y ejemplos, que nos muestran a Cristo en sus propias personas y nos señalan el camino más allá de ellos mismos. Así que lejos de ser una distracción, esta hagiocentralidad amplifica la plenitud de Cristo desplegando sus perfecciones, refractadas a través del prisma de una multicolor santidad. Exaltar a los santos, especialmente a la Madre de Dios, hace a Cristo destacarse como el Señor de todo y no como un hermano amistoso. Lo mismo puede decirse de los ángeles, quienes gozan de muchas más fiestas en el antiguo calendario y que aparecen con mucha más frecuencia en los textos de la Misa.

Necesitamos volver a una liturgia que refleje, como en un espejo pulcro, el cosmos bíblico, lleno de ángeles y demonios, de santos en la gloria y de pecadores necesitados de conversión y deificación. Esto es lo que todos los ritos litúrgicos tradicionales de Oriente y de Occidente nos presentan. Nosotros todavía vivimos en el mismo cosmos, pero hemos tratado de olvidarnos de esto y hemos tratado de forjar una obra hecha de nuestras propias manos para afirmarnos en nuestras supuestas modernas diferenciaciones. Es un vano empeño, destinado a fracasar. Un camino mejor ya está a la mano, floreciendo donde quiera que la liturgia tradicional romana haya retomado su legítimo lugar.

¿Qué le recomendaría quienes se sienten atraídos por la MTL, pero que no tienen posibilidades de participar en una donde viven?

Considero que es una cruz pesada de llevar cuando un católico, que es heredero de una orgánicamente desarrollada tradición de dos mil años, no tiene la opción de rezar de la manera en que la vasta mayoría de los santos ha rezado y beneficiarse de las cualidades especiales de esta antigua liturgia. Pero podemos entrar en contacto con la liturgia tradicional de otras maneras, por ejemplo, rezando parte de Breviario Romano o del Oficio Monástico, meditando con el Misal diario (o incluso rezando una suerte de “Misa seca” tal como la describo aquí), y haciendo de vez en cuando un viaje a un monasterio o parroquia donde la MTL sea ofrecida, como una especie de “retiro” del atareado mundo del Novus Ordo. Naturalmente, en la era del coronavirus, muchos están mirando la MTL en sus pantallas y a pesar de que esto no es lo ideal, puede nutrir el anhelo de la oración meditativa y contemplativa.

Peter Kwasniewski

*Nota de edición: La fotografía pertenece al artículo original publicado por LifeSiteNews. MarchandoReligion declina toda responsabilidad

Puedes leer esta artículo en su sitio original en inglés aquí: https://www.lifesitenews.com/blogs/liturgy-expert-worldwide-spread-of-novus-ordo-has-diminished-belief-in-real-presence

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Profesor Peter Kwasniewski: (Chicago, 1971) Teólogo y filósofo católico, compositor de música sacra, escritor, bloguero, editor y conferencista. Escribe regularmente para New LiturgicalMovement, OnePeterFive, LifeSiteNews, yRorateCaeli. Desde el año 2018 dejó el Wyoming CatholicCollegeen Lander, Wyoming, donde hacía clases y ocupaba un cargo directivo para seguir su carrera como autor freelance, orador, compositor y editor, y dedicar su vida a la defensa y articulación de la Tradición Católica en todas sus dimensiones. En su página personal podrán encontrar parte de su obra escrita y musical: https://www.peterkwasniewski.com/