Con alas de águila. El Apocalipsis, el gran libro de la esperanza-MarchandoReligion.es

Con alas de águila. El Apocalipsis, el gran libro de la esperanza

Un gran artículo en el se analiza el apocalipsis, un libro muy mal interpretado por muchos pero que, en realidad, es un llamado al a esperanza

Con alas de águila. El Apocalipsis, el gran libro de la esperanza. Un artículo de Alberto Mensi

En esta lucha que llevamos día a día es muy malo si llegamos a perder la esperanza. Dada la realidad actual que trata de quitarnos el buen ánimo y aún sacarle la paciencia a una estatua, debemos recordar que la esperanza es una virtud por la cual esperamos en lo que no vemos, A PESAR de lo que vemos.

Ante la situación grave de la actualidad muchos vuelven sus ojos al Apocalipsis, pero de manera muy equivocada, buscando los signos del anticristo, de los males por venir, del desastre final, etc. cuando en realidad el libro del Apocalipsis es el Gran Libro de la Esperanza.

Más aún es el desenlace de aquel primer drama que se dio en el Génesis en el Jardín del Edén, e intervienen los mismos actores: Dios nuestro Padre, Adán y Eva, la serpiente engañadora y, llenando el horizonte, la Mujer que rescata a Adán y Eva y a todos sus hijos, que somos nosotros.

Ese primer drama se cierra en la aldea de Nazareth cuando esa Mujer le dice a Dios en su mensajero Gabriel: “He aquí la Esclava del Señor, hágase en Mí según Tu palabra”.

La primera mujer escucha la tentación de ser como dioses y desobedece a Dios, lo contradice, se hace una gran humanista, una gran feminista que hace lo que se le da la gana incluso en contra de su Creador, y el hombre la sigue, para no ser políticamente incorrecto.

En cambio La Mujer, reconociendo su verdadera condición humana y femenina, adhiere al Plan del Creador y se transforma en la Madre de Dios. Nuevamente lo reiterará al pie de la Cruz ofreciendo al Padre el sacrificio de Su Hijo sobre la Patena de Su Corazón Inmaculado, porque esa es la voluntad de Dios.

Ella nos sigue protegiendo y, al final de los tiempos, nos congregará bajo Su Manto como congregó a los apóstoles y discípulos temblorosos, esperando Pentecostés, unidos en la oración.

Por eso el Libro de la Esperanza dice que aparecerá la Señal: “Un signo magno apareció en el cielo, una mujer revestida del sol y la luna debajo de sus pies, y en su cabeza una corona de estrellas, y gestaba en su vientre y clamaba los dolores y era atormentada de parto” (Apoc. 12,1-2)1 La Iglesia lo aplica a la Santísima Virgen en las Misas dedicadas a Ella. Hay estudiosos que dicen que hay partes de este capitulo 12 que no se condicen con Ella, que más bien sería la Iglesia o todo el Israel de Dios (Antiguo y Nuevo Testamento).

Pues creo que es la Santísima Virgen María, Madre de Cristo nuestro Señor, Madre de todos los redimidos, Madre de la Iglesia, y me apoyo en el decir de tantos santos.

Dice San Luis María Grignion de Montfort: “Por medio de la Santísima Virgen María vino Jesucristo al mundo y también por medio de Ella debe reinar en el mundo” (TVD 1)2

Y complementa esta idea de una manera maravillosa más adelante: “Ahora bien, si Jesucristo, Cabeza de la humanidad, ha nacido de Ella, los predestinados, que son los miembros de esta Cabeza, deben también, por consecuencia necesaria, nacer de Ella. Ninguna madre da a luz la cabeza sin los miembros, ni los miembros sin la cabeza; de lo contrario, aquello sería un monstruo de la naturaleza. Del mismo modo en el orden de la gracia, la Cabeza y los miembros nacen de la misma Cabeza” (TVD 32)

María Santísima es esa Mujer y lo es por Ella misma y por ser la Madre de Dios y la Madre de la Iglesia. Cabe aquí el principio de: no separe el hombre lo que Dios ha unido.

Esa mujer será descripta más adelante en el mismo capítulo como a la que se le ha dado dos alas de águila grande: “Y cuando vio el dragón que había sido arrojado a la tierra, persiguió a la Mujer que había parido el varón. Y diósele a la Mujer las dos alas del águila, la grande, para que volara a la soledad, al lugar donde será nutrida tiempo y tiempos y medio tiempo ante la faz de la serpiente” (Apoc. 12, 13-14).

Seguiremos en un próximo artículo analizando este texto tan maravilloso, mientras recémosle a Ella con todo fervor para que nos conserve fieles.

1 Las citas del Apocalipsis las tomo de la traducción hecha por el P. Leonardo Castellani de los originales griegos

2 TVD Tratado de la Verdadera Devoción a la Santísima Virgen

Alberto Mensi

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Author: Alberto Mensi
Alberto Antonio Mensi (13 julio 1955) Egresado del Liceo Militar Gral. San Martín Profesor de Filosofía Profesor de Ciencias Sagradas Diplomado Universitario en Pensamiento Tomista (Universidad FASTA) Recibió el espaldarazo caballeresco como Caballero de María Reina el 15 de agosto de 1975 Maestro Scout y Formador Scout Católico Casado con María Pía Sernani Padre de cuatro hijos Abuelo de cinco nietos (por ahora)