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La Providencia de Dios en la liturgia y como esta reaparece en nuestra vida diaria

 Considera los fragmentos de las antífonas, oraciones y lecturas de la Misa del domingo 23 de pentecostés. ¿Se puede recibir un “mensaje” de la Providencia de Dios más oportuno en este momento para nuestra vida nacional y eclesial?

La Providencia de Dios en la liturgia y como esta reaparece en nuestra vida diaria, un artículo de Peter Kwasniewski para LifeSiteNews

Los maestros espirituales han hablado de “la Providencia litúrgica de Dios”, es decir, la forma en la que, en los grandes ritos del cristianismo, encontramos textos de la Misa o del Oficio Divino rezados por siglos que contienen la notable cualidad de ser precisamente relevantes por los particulares momentos en los que son recitados de nuevo en nuestras iglesias u hogares. A menudo esta Providencia puede ser experimentada por el cristiano individual en su propia oración y con frecuencia también se aplica en mayor escala con respecto a lo que está sucediendo en la Iglesia o en el mundo.

Considera estos fragmentos de las antífonas, oraciones y lecturas de la pasada Misa tradicional en latín, para el domingo 23 después de Pentecostés, y pregunta: ¿Podemos recibir un “mensaje” más oportuno del Nuestro Señor en este momento en nuestra vida nacional y eclesial? (Los textos completos pueden ser leídos aquí: Estoy citando los versos que me salieron a la vista mayormente)

INTROITO: (Jeremías 29, 11., 12., 14) DICE EL SEÑOR: Yo tengo designios de paz sobre vosotros, y no de aflicción; me invocaréis y Yo os escucharé; os haré volver del cautiverio y os reuniré de todos los lugares adonde os había desterrado. V/. Habéis bendecido, Señor, vuestra tierra; habéis acabado con el cautiverio de Jacob. V/. Gloria al Padre…

COLECTA: Perdona, Señor, los pecados de vuestro pueblo, para que, por tu bondad, seamos libres de los pecados, que habíamos contraído por nuestra fragilidad. Por nuestro Señor Jesucristo…

EPÍSTOLA: (Filipenses 3, 17-21; 4, 1-3) Hermanos: Seguid mi ejemplo y fijaos en los que andan según el modelo que tenéis en mí. Porque, como os decía muchas veces y ahora lo repito con lágrimas en los ojos, hay muchos que andan como enemigos de la Cruz de Cristo: su paradero es la perdición; su Dios, el vientre; su gloria, sus vergüenzas. Sólo aspiran a cosas terrenas. Nosotros, por el contrario, somos ciudadanos del cielo, de donde aguardamos un Salvador: el Señor Jesucristo. Él transformará nuestra condición humilde, según el modelo de su condición gloriosa, con esa energía que posee para sometérselo todo. Así, pues, hermanos míos queridos y añorados, mi alegría y mi corona, manteneos así, en el Señor, queridos.

GRADUAL: (Salmo 43, 8-9) NOS SALVASTE, Señor, de nuestros enemigos, humillaste a los que nos aborrecen. Todos los días nos gloriamos en el Señor, siempre damos gracias a tu nombre.

EVANGELIO: (Mateo 9, 18-26): Jesús llegó a casa del personaje y cuando vio a los flautistas y el alboroto de la gente, dijo; ¡Fuera! La niña no está muerta, sino dormida. Y se reían de Él. Cuando echaron a la gente, entró Él, tomó la niña de la mano, y ella se levantó.

OFERTORIO: (Salmo 129, 1-2) DESDE LO MÁS ÍNTIMO de mi corazón clamé a ti, oh Señor; oye benignamente mis oraciones, Dios mío; porque a ti llamé desde lo más íntimo, Señor

SECRETA: TE OFRECEMOS, Señor, este sacrificio de alabanza, para que aumentes nuestros deseos de obsequiarte y acabes de perfeccionar lo que has empezado sin mérito alguno nuestro. Por Nuestro Señor Jesucristo…

COMUNIÓN: (Marcos 11, 24) EN VERDAD os aseguro que cuantas cosas pidiereis en la oración, tened viva fe de conseguirlas y se os concederán.

POSTCOMUNIÓN: Te suplicamos, oh Dios omnipotente, que a los que alegras con tus misterios, no permitas sean víctimas de humanos peligros. Por Nuestro Señor Jesucristo…

La Colecta, Secreta y Postcomunión hacen una perfecta unidad: la primera ruega al Señor para que nos libre de las ataduras de nuestros pecados; la segunda admite nuestra indignidad para servirle, pero le pide, sin embargo, un aumento de nuestro celo en Su servicio; y la tercera, se regocija de que nos hayamos unido a Él, ruega para que nos libere de los males infringidos por los otros.

También hay un progresivo retorno de la Comunión de vuelta al Introito. En la Comunión, Jesús nos dice que sea lo que pidamos nos será dado. En el Ofertorio, el alma fiel, envalentonada por su promesa, le suplica al Señor. En el Gradual escuchamos el resultado: el Señor nos ha liberado y ha humillado a nuestros enemigos, como consecuencia de nuestra glorificación a Él. En el Introito, aprendemos exactamente de lo que hemos sido liberados: de nuestro cautiverio (del modernismo, del progresismo), así como también el bien en el que hemos sido establecidos, la paz del Señor. En resumen, de la súplica a la alabanza y a la paz. Es un retrato en miniatura de la vida de oración.

Me gusta pensar que es hija de Jairo en el Evangelio es como un símbolo de la Iglesia y de la Nación.

En ambos casos, una resurrección parece imposible y la gente se ríe de Jesús con desdén. Él hace callar a los incrédulos y ejecuta un milagro a aquellos que confían en Él.

En el relato de San Marcos sobre el mismo milagro, Jesús se dirige tiernamente a la hija del jefe como “niñita”. La pintura que he incluido aquí nos ofrece la suavidad de Su poder mientras se inclina para despertarla de la muerte: “Tomándola de la mano le dijo: Talitha cumi, que quiere decir, niñita, a ti te digo, levántate” (Marcos 5, 41).

Nosotros somos como la niñita: según todas las apariencias, el catolicismo tradicional es como un pequeño remanente, ya dado por muerto. Luego me puse a pensar sobre la frecuencia con que el Señor señala “lo pequeño” en la Sagrada Escritura:

“Por aquel tiempo Jesús dio una respuesta, diciendo: “Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque encubres estas cosas a los sabios y a los prudentes, y las revelas a los pequeños. Así es, oh Padre, porque esto es lo que te agrada a Ti. (Mateo 11, 25-26)

“No tengas temor, pequeño rebaño mío, porque plugo a vuestro Padre daros el Reino.” (Lucas 12, 32)

“La Ley del Señor es perfecta; restaura el alma; el testimonio del Señor es fiel: hace sabio al simple.” (Salmo 18, 8)

“Guarda, Señor, a los sencillos; estaba yo debilitado y me salvó”. (Salmo 114, 6)

“¡Pobrecita, azotada por la tempestad, sin consuelo! He aquí que voy a  poner tus piedras de jaspe, y tus cimientos de zafiro. Te haré almenas de rubí y puertas de carbunclo, y toda tu cerca de piedras preciosas.” (Isaías 54, 11-12)

“Del más pequeño saldrá un millar, y del menor, una nación poderosa. Yo, el Señor, a su tiempo lo aceleraré.” (Isaías 60, 22)

Recordemos que la grandeza de Dios se revela más gloriosamente en las maravillas que Él hace entre y a través de los pequeños. La vida de Israel, pequeña entre las naciones, sin embargo, nunca extinguida a pesar de sus esfuerzos, demuestra esta verdad: la vida de Cristo, nacido en Belén y (aparentemente) abatida en el Calvario, demuestra eso incluso más, y la vida de los santos, desde Pablo, “el último de los apóstoles” (1 Corintios 15, 9) hasta Teresa, “la florecilla”, se repite una y otra vez, un estribillo que la Providencia de Dios nunca se cansa de cantar. Los caminos de Dios son insondables y nuestro rol en Su plan requiere fe mientras caminamos en la oscuridad, sin embargo, Él nos lo ha dicho claramente, en la Biblia, en la liturgia, en los Santos, que Él, como nuestro Padre, ha previsto todo y sacará bien del mal.

Peter Kwasniewski

*Nota de edición: La fotografía pertenece al artículo original publicado por LifeSiteNews. MarchandoReligion declina toda responsabilidad

Puedes leer este artículo sobre la Providencia de Dios en la liturgia en su sitio original en inglés: https://www.lifesitenews.com/blogs/how-gods-providence-is-sung-in-the-liturgy-and-reappears-in-our-daily-lives?utm_source=blogger_articles

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Profesor Peter Kwasniewski: (Chicago, 1971) Teólogo y filósofo católico, compositor de música sacra, escritor, bloguero, editor y conferencista. Escribe regularmente para New LiturgicalMovement, OnePeterFive, LifeSiteNews, yRorateCaeli. Desde el año 2018 dejó el Wyoming CatholicCollegeen Lander, Wyoming, donde hacía clases y ocupaba un cargo directivo para seguir su carrera como autor freelance, orador, compositor y editor, y dedicar su vida a la defensa y articulación de la Tradición Católica en todas sus dimensiones. En su página personal podrán encontrar parte de su obra escrita y musical: https://www.peterkwasniewski.com/