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La organería y el Glorioso Patriarca

Vamos a ver que sale hoy de los tubos del órgano de nuestra organista costarricense

La organería y el Glorioso Patriarca. Un artículo de Paula Garita

Nota: “Al que le cae el guante, que se lo plante”… Quiero aprovechar también para darle la bienvenida a la revista al tercer costarricense en ella, al joven Luis Fernando Castillo, quien es también uno de mis discípulos en el mundo litúrgico.

No es novedad para ningún católico que este año fue dedicado al Glorioso Patriarca San José, patrono de la Santa Iglesia peregrina en el mundo, por Su Santidad. Numerosos movimientos de la iglesia han querido darle al padre putativo de Jesús los honores del caso, especialmente en este precioso mes, su mes, con novenas, rosarios, cantos, y cualquier demostración de afecto a Él que sea posible.

Los organistas no hemos querido quedarnos atrás, y hemos trabajado duro con los fuelles (o los generadores), sacando cantos, melodías olvidadas del mismo baúl de donde sacamos la música en latín como respuesta a la pandemia, como bien dijo Francisco en su artículo.

En mi caso, mi apolillado baúl casi no tiene material josefino, excepto aquella oración “Ad te beate Joseph, in tribulatione nostra confugimus…”, así que terminé en el baúl de mi padrino, donde ya él tenía sacudidas y hasta amplificadas, las partituras de tan beatísimos cantos, ya que tengo adoración eucarística el 18 de marzo, en vísperas de la fiesta del santo. ¿Cómo no voy a presentarle los honores a tan amabilísimo Padre? Sin embargo, la búsqueda no fue fácil. Sin contar las versiones bailables de YouTube, conseguir un canto en honor de San José es cuestión complicada, al menos para mí, que al ser organista de pulgas y para pulgas, me ha costado conseguir algo decente.

En estos días de novena, una parroquia de mi diócesis decidió emprender un peregrinaje con la imagen de San José a las parroquias de la vicaría, actividad que ha sido sumamente hermosa y llena de fervor. Mi parroquia fue galardonada con una visita que, para nosotros como organistas, no fue fácil. Nos pidió el sacerdote encargado un himno que apenas sabíamos que existía. Gracias a un par de amigos, logramos conseguir la música grabada, pero como el oído no es nuestro fuerte y debíamos sacarla a contrarreloj, mandamos a pedir a partitura al mismo compositor del himno. La respuesta, fue de las más amable que mi padrino ha recibido en su carrera organística.

Copio aquí, de manera implícita, parte del diálogo bajo identidades protegidas:

-Hola, Don Pepe, ¿podría pasarme la partitura del himno a San José?

-No existe la partitura, yo lo compuse. Sáquela a oído. (Sí existe la partitura, nada más que no la quiso compartir).

-Estamos a destiempo (…). Solo necesito los acordes, ya con eso yo lo saco.

-Pídalos a la parroquia. Ah cierto, no está escrito. Está en mi cabeza. Ja, ja.

Y así, mi padrino se olvida completamente de este himno. Así que continué yo, con apoyo de los tres mosqueteros antes mencionados, donde, cabe decir, me fue igual o peor:

-Buenas noches, Don Pepe, ¿podría facilitarme la partitura del himno a San José, el que se usa en su parroquia?

-¿Cómo para qué o qué? (nada de buenas noches)

-Para aprendérmelo y tenerlo ahí listo, especialmente en este mes de marzo.

-¿Y para qué lo quiere, si usted ni misas toca?

Y así, me olvidé yo también del bendito himno, que extraordinario ha de ser, que ni siquiera los organistas “piso e’ tierra”* podemos tocarlo, aparentemente.

Y con respecto a las misas, tengo la adoración eucarística, donde tengo entendido, también está presente el Señor, aunque no sea en sí un acto litúrgico.

Volviendo al himno, tengo la grabación que me pasaron nuestros amigos, que hasta pereza me da escuchar. Sinceramente dudo que exista alguien que, después de semejantes contestación, quiera seguir trabajando con estos materiales. En nuestro caso, después de semejante amabilidad, tomamos dos himnos a San José (internacionales y conocidos) del baúl para el recibimiento de la imagen peregrina, y ofrecimos la misa con todo el amor posible. Por supuesto, tuvimos un pequeño altercado con el sacerdote organizador, que, alabado sea Dios, se resolvió rápidamente y sin complicaciones luego de mostrar nuestro esquema; si tanto a fieles como a los clérigos les agradó, ¡Cuánto le habrá agradado al humilde carpintero de Nazareth!

La verdad, con tanto encontronazo entre colegas, ya no nos importa si caemos bien o no, nosotros solo intentamos ser amables y amar al prójimo, pero tenemos un obstáculo: el mismo prójimo. No obstante, pedimos a San José, la gracia de ser siempre humildes como él, de continuar en el anonimato de nuestro ministerios, en el silencio del servir, sin buscar alabanzas que en nada glorifican al Señor.

Que sea San José, el del Justo y Casto Corazón, el que nos dé la perseverancia, la fuerza y la fe.

Prohíbe a nobis, amanctíssime Pater, ómnem errórum ac corruptelarum luem”

*: expresión coloquial utilizada en Costa Rica, se refiere a cuando alguien es muy sencillo en su haber, su forma de vida. También se refiere a gente pobre.

Les recomendamos nuestro canal de YouTube MR donde tenemos un programa de música litúrgica, la Música que agrada a Dios

https://www.youtube.com/watch?v=Kv5RgPlvUxQ&t=906s

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Author: Paula Garita
Organista. Costa Rica