frescos de Giotto

Dos frescos de Giotto: Reverencia por la vida v/s el asesinato de los inocentes

En estos dos frescos de Giotto encontramos dos escenas que revelan el conocimiento de la fe que todo pintor católico debiera tener

Dos frescos de Giotto: Reverencia por la vida v/s el asesinato de los inocentes, un artículo de Peter Kwasniewski para LifeSiteNews

Giotto di Bondone (circa 1267-1337) pertenece a la primera línea entre los grandes pintores de la tradición Occidental. La obra del Giotto muestra una maestría de la forma, color, volumen, disposición espacial, atractivo dramático, expresividad emocional y profunda espiritualidad. Aunque sus influencias son obvias (por ejemplo, Cimabue y el círculo de Asís) la alquimia que realiza con ellos es, como Denis de Suger en París) un milagro de transformación.

Giotto y Fra Angélico son mencionados a menudo simultáneamente como artistas en los cuales uno ve la maravillosa confluencia de la luminosidad medieval, el formalismo bizantino y una nueva percepción de naturalismo y perspectiva. El resultado total es más grande que la mera suma de sus partes. La obra de Giotto se encuentra situada en un momento mágico en el que la ingenua inocencia del arte medieval y el marco estable y jerárquico del icono siguen estando a la orden del día, pero los artistas ya han adquirido un nuevo ojo para el sombreado, el matiz de la pincelada y la profundidad de la psicología humana.

En la imagen de arriba un detalle en una de las muchas escenas pintadas en los muros de la capilla de los Scrovegni o Capilla de la Arena en Padua, vemos a Nuestra Señora sosteniendo a Cristo Niño con tierno amor y reverente sobrecogimiento. Su sereno rostro nos habla de que ella no ha sufrido dolores de parto, mientras los brillantes ojos de su Hijo y Su preternatural cabeza erguida nos dicen que Él no es un ordinario niño mortal, sino el Prometido que sabe perfectamente Quien es Él, de donde ha venido y hacia a donde va. Como en los íconos bizantinos, Él está envuelto con vendas que sugieren inquietantemente los lienzos mortuorios, y está a punto de ser colocado en un pesebre, lo que simboliza Su tumba.

Los ojos almendrados de la Virgen arden con el fervor de su adoración y amor, como si ella no pudiera tener suficiente con la visión del rostro de su Hijo. La doncella que la asiste, aunque menos intensa y más con la intención de servir, está ineluctablemente atrapada en la misma maravilla, la alegría que permanece en silencio porque no hay palabras que sean adecuadas al Verbo hecho carne. Hasta el torpe buey, símbolo de la creación inferior en su fuerza bruta, parece tomar ejemplo de la Virgen y se vuelve un contemplativo, complacido de ser un animal-en-espera en la humilde corte del Cordero de Dios.

¡Qué contraste con otra mural pintado en la misma capilla! ¡Esta otra representado el asesinato de los Santos Inocentes! Aquí Giotto explora un nuevo sentido de profundidad, colores brillantes y un drama emocional para conducir a su espectador al horror del bárbaro derramamiento de sangre. Herodes permanece arriba de la misma escena y comanda el mal con total premeditación. Sus soldados, grandes, torpes, brutales, apenas pareciendo humanos, buscando, agarrando y masacrando a los niños, arrojan sus cadáveres a un creciente motón de dolor, de futuro de la ciudad devastada. Las madres, en apretada formación forcejando por escapar, lloran desamparadas y entregadas a sus angustias. Sus hijos han sido arrancados de sus pechos, casi arrancados de sus vientres.

La dignidad de los niños se revela en sus rasgos noblemente cincelados y en sus muy individuales características, recordándonos que no existe tal cosa como un ser humano genérico, sino que cada persona es única, hecha a imagen de Dios, capaz rehacerse a imagen de Cristo.

Aquellos particulares niños hebreos circuncidados, de casi la misma edad de Cristo Niño son venerados por la Iglesia Católica como mártires que murieron en Su lugar y por Su causa.

Giotto resalta todos estos aspectos de la historia y más, con una evidente comprensión y simpatía por la historia bíblica y la fe de la Iglesia. Esto es lo que el genio de un artista puede hacer; esto es lo que un gran pintor católico hace.

Peter Kwasniewski

*Nota de edición: La fotografía pertenece al artículo original publicado por LifeSiteNews. MarchandoReligion declina toda responsabilidad

Puedes leer este artículo en su sitio original en inglés aquí: https://www.lifesitenews.com/blogs/reverence-for-life-vs-the-slaughter-of-the-innocents-two-paintings-of-giot/

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Profesor Peter Kwasniewski: (Chicago, 1971) Teólogo y filósofo católico, compositor de música sacra, escritor, bloguero, editor y conferencista. Escribe regularmente para New LiturgicalMovement, OnePeterFive, LifeSiteNews, yRorateCaeli. Desde el año 2018 dejó el Wyoming CatholicCollegeen Lander, Wyoming, donde hacía clases y ocupaba un cargo directivo para seguir su carrera como autor freelance, orador, compositor y editor, y dedicar su vida a la defensa y articulación de la Tradición Católica en todas sus dimensiones. En su página personal podrán encontrar parte de su obra escrita y musical: https://www.peterkwasniewski.com/