El matrimonio y la Biblia I-MarchandoReligion.es

El matrimonio es un sacrificio

¿Qué quiere decir que el matrimonio es un sacrificio?

El matrimonio es un sacrificio. Por Raoul Plus, S.J

Preparación de los textos por Augusto Pozuelos para Marchando Religión

La respuesta de un padre a su hija

En el libro «Mis hijos y yo», de Jerome K. Jerome, que está tan lleno de humor como de sentido común, una niña le dice a su padre que le asusta la posibilidad de la brevedad del amor.

“El amor”, dice, “es sólo una estratagema de la naturaleza para divertirse a costa nuestra. *Me dirá que soy todo para él. Eso durará seis meses, tal vez un año si tengo suerte, siempre que no vuelva a casa con la nariz roja por caminar con el viento; siempre que no me pille con con el pelo desarreglado. No soy yo a quien necesita, sino lo que le represento de juventud, novedad, misterio. ¿Y cuándo ya esté satisfecho con eso? . . .»

Su padre responde: “Cuando se apague el asombro y la poesía del deseo, lo que quedará para ti será lo que ya existía antes del deseo. Si sólo la pasión te une, ¡Dios te ayude! Si has buscado solo el placer, ¡pobre de ti! Pero si detrás del amante, hay un hombre (agreguemos un cristiano); si detrás de esta supuesta diosa enferma de amor, hay una mujer recta y valiente (de nuevo agreguemos cristiana); entonces, la vida está delante de ti, no detrás de ti.”

Vivir es dar no recibir. Muy pocos se dan cuenta de que el trabajo es el gozo, no la paga; es el partido, no los puntos anotados; es el juego, no lo que se gane. Los tontos se casan, calculando las ventajas que pueden sacar del matrimonio, y eso no da como resultado absolutamente nada.

Pero las verdaderas recompensas del matrimonio se llaman trabajo, deber, responsabilidad. Hay nombres más hermosos que diosa, ángel, estrella y reina; son esposa y madre.

El matrimonio es un sacrificio.

Para vivir estas cuatro últimas palabras, “El matrimonio es un sacrificio”, no basta con haber comenzado con buen pie, entusiasmarse con los buenos ideales, poner toda esperanza en la mutua ternura.

Dado que el matrimonio requiere más que un sacrificio ordinario, será necesario para permanecer fiel al hábito del sacrificio, contar con ayudas más que ordinarias. Ya hemos meditado sobre la semejanza entre la Eucaristía y el matrimonio; hemos visto que no sólo hay un vínculo de semejanza entre estos dos sacramentos, sino que hay en la Eucaristía, sobre todo en la participación en el sacrificio eucarístico y en la Sagrada Comunión, una ayuda singular para los esposos.

Orar juntos también debe ser de ayuda. Alguien ha dicho con razón: “La mayor señal de amor conyugal no se da al rodearse con los brazos en un abrazo, sino al doblar las rodillas en oración común”.

San Agustín describe en sus “Confesiones” su última velada con su madre en Ostia. Vale la pena citarlo. Cuando un esposo y una esposa han alcanzado tal grado de unión del alma en Dios, pueden enfrentar todas las tempestades de la vida sin temblar.

“Olvidando el pasado y mirando hacia el futuro, meditamos juntos en Tu Presencia, oh mi Dios, la Verdad viva, sobre cómo sería la vida eterna de los elegidos … Llegamos a esta conclusión: Los placeres sensibles de la carne en su grado más intenso y en todo el atractivo que pueden tener las cosas materiales, no ofrecen nada que se compare con la dulzura de la vida más allá, ni siquiera merecen mención. En un transporte de amor, tratamos de elevarnos hacia Ti ahí …»

Debo comprender más claramente que en el pasado, lo esencial que es estar arraigado en la oración y, si es posible, en la oración juntos.

Raoul Plus, S.J. (1882-1958) escribió más de cuarenta libros para ayudar a los cristianos a comprender el amor de Dios por el alma. Sus obras enfatizan el papel vital de la oración en la vida espiritual y muestran cómo se pueden vivir las verdades de la fe.

Pueden leer todos los artículos en nuestra sección de: Familia Tradicional

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Author: Marchando Religion
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