El hombre y la mujer deben caminar unidos en busca de la santidad, este es el cometido principal de sus vidas.
Unidos en busca de la santidad. Por Raoul Plus, S.J
Una empresa hermosa que esposo y esposa pueden realizar juntos es el esfuerzo mutuo para corregir sus faltas.
Maurice Retour, un industrial y uno de los capitanes más jóvenes de la Primera Guerra Mundial, de la que fue víctima, sugirió esto a la mujer que amaba incluso durante su compromiso. Le escribió: “Debo confesarte algo . . . Me di cuenta de tus imperfecciones y pensé en el dolor que habría sentido si no hubiera podido ver claramente en tu alma. . . Ves lo franco que quiero ser contigo. Estamos recién comprometidos y, sin embargo, en lugar de felicitarte, no temo hablarte de tus imperfecciones que mi amor por ti no puede ocultar. . . Dime que me perdonarás».
En otra ocasión escribió: “En general, las personas comprometidas se esfuerzan por brillar a los ojos de los demás. Nosotros, por el contrario, comenzamos mostrándonos mutuamente todas nuestras faltas … Tú me has reconocido todas tus faltas; te confesé toda mi debilidad. . . Gracias por tu gran confianza en mí. Pero nunca olvides que si me permito darte un consejo que me parece bueno, siempre puedo equivocarme y deberías discutirlo conmigo. De lo contrario, nunca me atreveré a darte mis opiniones».
En una carta posterior le dijo: “Ya he abusado de la libertad que me diste. Te he dicho con franqueza todo lo que pensaba de ti, y tampoco temí reconocer ante ti lo que llamas tus grandes faltas. Debo confesar que fue muy difícil para mí decírtelo, porque te amo tanto que temo causarte el menor dolor «. Y agregó: “La vida interior es lo que necesitamos para corregir nuestras fallas y trabajaremos a partir de ahora, si lo deseas, para crecer en ella”.
Este esfuerzo mutuo de esposo y esposa para corregir sus faltas puede ser mucho, pero no es suficiente. Queda algo más hermoso: Luchar positivamente por la santidad mediante la instrucción mutua, el aliento amoroso y un celo unido y confiado por la perfección de los demás. «¿Por qué no deberíamos vivir una vida santa?» preguntó Maurice Retour a su futura esposa. Y decidieron por sí mismos algunos principios muy definidos.
“No tengamos fe en la fortuna, en los placeres, ni siquiera en nuestro amor propio, que siempre va en aumento y nos hace correr el riesgo de cegarnos … El que recibe más gracias hará que el otro saque provecho. ¡Qué nos importa lo que diga el mundo! Dirá lo que le plazca, pero nunca podrá decir que no somos verdaderos católicos. . . Nuestra vida será santa y sencilla».
“En lo que respecta a las joyas”, comentó Maurice, “te comprendo perfectamente. Si las hubieras amado, nunca me habría opuesto a tus gustos, pero te digo francamente, habría sufrido. No fracasaremos por excesos en este sentido.
Podemos hacer tanto bien con el dinero que estaría mal, a pesar de mi deseo de consentirte, gastarlo sólo en ti. Guardaremos todo lo que podamos para permitirnos dar más a la caridad. Siempre iremos directamente a nuestro objetivo y no haremos concesiones a la mundanidad».
Sin embargo, no hay nada admirable en una vida sombría. “Nuestra vida interior debe ser tan intensa que permanezca viva en todas nuestras acciones exteriores, nuestros placeres, nuestro trabajo, nuestras alegrías y nuestras penas. No me refiero a una vida interior que nos haga encerrarnos en nosotros mismos y aburrir a los demás. Al contrario, debemos difundir generosamente nuestra alegría y dedicar toda la actividad de nuestra juventud a atraer a aquellos quienes se relacionen con nosotros. Pero, para ser santos, debemos ser capaces de conservar en medio de los placeres más cautivadores y de la actividad más intensa una calma interior que nos permita mantenernos siempre serenos . . . » ¡Un santo que está triste, está tristemente necesitado de la santidad!
¡Un programa verdaderamente inspirador!
Raoul Plus, S.J. (1882-1958) escribió más de cuarenta libros para ayudar a los cristianos a comprender el amor de Dios por el alma. Sus obras enfatizan el papel vital de la oración en la vida espiritual y muestran cómo se pueden vivir las verdades de la fe.
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