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Requisitos para un matrimonio feliz

¿Es posible un matrimonio feliz? Para que un matrimonio sea feliz, es necesario, por supuesto, que los novios congenien entre sí y que disfruten de la compañía del otro.

Requisitos para un matrimonio feliz.  Por Raoul Plus, S.J

(Preparación de los textos: Augusto Pozuelos)

Deben aceptar compartir lealmente las alegrías y las tristezas de la unión matrimonial y cumplir con sus obligaciones. Cada uno debe estar empeñado en procurar al otro la mayor felicidad posible y obligarse de antemano a un modo de vida que perturbe lo menos posible a su pareja.

El marido debe amar su profesión y su esposa debe compartir este amor o al menos no descuidar nada, para respetarlo y facilitarlo.

Deberían poder tomar sus decisiones juntos, no ciertamente sin recurrir a veces a los consejos de las autoridades competentes, pero con una hermosa y alegre independencia de cualquier miembro de la familia, que a veces pueda ser demasiado propenso a intentar dominar a la joven pareja. Por supuesto, no debe haber presunción, ni la mínima indiferencia, sino una serena y flexible libertad de espíritu, humildad serena y flexible.

Para poder practicar la santidad de su estado en todos los detalles de su vida, deben comprender su deber de apoyarse en Dios. No será suficiente vincular sus dos voluntades; deben estar decididos a orar para obtener ayuda de lo Alto.

También deben tener una cierta preocupación, una legítima preocupación, por el encanto físico, sin perder de vista, sin embargo, que la belleza del alma es superior a la belleza del cuerpo; de modo que, si algún día disminuye la atracción física, no estarán menos deseosos de permanecer juntos, sino que cada uno se esforzará por encontrar en el otro la cualidad sobre la que la unión profunda fue establecida.

Ambos deben amar a los niños. Deben desarrollar en sí mismos lo mejor que puedan las virtudes necesarias para la paternidad, el valor para aceptar tantos hijos como Dios quiera que tengan y la sabiduría para criarlos bien, virtudes difíciles que requieren almas fuertes.

Cada uno debe poseer una rica capacidad de cordialidad hacia los miembros de la familia del otro. Ambos deben resolver tomar a sus suegros y su hogar como los encuentren, y adoptar como principio para sus relaciones con ellos, “que no fue para compartir odios sino para compartir amor por lo que me uní a tu familia”. En consecuencia, deben negarse a ser arrastrados a las disputas familiares, buscando más bien en todas sus acciones promover la caridad, la unión y la paz.

Incluso antes de casarse, la joven pareja debe decidir mantener sus gastos al mínimo, según su situación, no con avaricia o mezquindad, sino con el deseo de vivir en el espíritu evangélico de desapego de los bienes de la tierra. Una economía tan juiciosa, que por supuesto debería carecer incluso de la apariencia de mezquindad, les permitirá apartar algo útil y que sea necesario para sus hijos. También les permitirá aliviar la miseria que les rodea.

Es de suponer que ambos individuos que están considerando el matrimonio, tienen la salud necesaria, ya que el matrimonio se ha creado no sólo para el apoyo mutuo sino también para transmitir la vida. Es de suponer además que ninguno de los dos ha ocultado nada de su vida pasada al otro, y que en vista de toda esta lealtad, que es un rasgo tan deseable en las parejas casadas, cada uno se ha mantenido puro y se ha abstenido de peligros peligrosos. experiencias.

Requisitos para un matrimonio feliz. Preparación de los textos: Augusto Pozuelos

Raoul Plus, S.J. (1882-1958) escribió más de cuarenta libros para ayudar a los cristianos a comprender el amor de Dios por el alma. Sus obras enfatizan el papel vital de la oración en la vida espiritual y muestran cómo se pueden vivir las verdades de la fe.

Pueden leer todos los artículos en nuestra sección de: Familia Tradicional

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https://youtu.be/uWePETJGfks

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