Nuestro compañero Gilmar nos acerca a la figura de Maurice Baring y lo hace con una entrevista única a Joseph Pearce para Marchando Religión. Nuestro agradecimiento a ambos.
¿Quién fue Maurice Baring? Una entrevista a Joseph Pearce por Gilmar Siqueira
«La dulzura es la esencia del sacrificio». Maurice Baring. La Túnica Sin Costura.
Me acuerdo que en 2014 estaba leyendo Literatura Inglesa, de René Lalou, y me deparé con un nombre entonces desconocido para mí: el de Maurice Baring. Lo que me llamó la atención fue que su nombre estaba asociado al de sus dos amigos, dos conocidos autores católicos del siglo pasado: Hilaire Belloc y G. K. Chesterton.
Baring, entonces, fue un novelista católico amigo de Chesterton y Belloc. Me bastó con saberlo para buscar sus novelas. En ese descubrimiento no había la menor señal de que, transcurridos unos pocos años, Baring se convertiría en mi escritor favorito, incluso por encima de sus dos ilustres amigos.
Y sin embargo Baring es hoy desconocido. En su tiempo escribió novelas, poemas, crítica literaria y teatral, relatos de viajes (especialmente sobre Rusia) artículos de periódicos (como periodista, estuvo junto a las tropas imperiales rusas en la guerra contra el Japón) y una biografía de su querida amiga Sarah Bernhardt. Sus obras – especialmente las novelas – fueron muy apreciadas en Inglaterra y Francia; influyeron sobre grandes novelistas, como Evelyn Waugh y François Mauriac.
Algunas novelas fueron traducidas al portugués y todas – publicadas por José Janés Editor, en 1952 – al español. El autor del prefacio a la edición española cuenta que, tras la muerte de Baring, se celebró una misa por el sufragio de su alma en Barcelona.
Hay que volver a leerlo. Motivado por mi amor a las obras de Maurice Baring, le dirigí unas cuantas preguntas sobre sus novelas a un autor que es sobradamente conocido de los entusiastas de la literatura católica: el profesor Joseph Pearce. El profesor, en su amabilidad, contestó a mis largas preguntas de tal manera que muchos lectores más se sentirán inclinados a conocer las obras de Maurice Baring.
Antes de dejaros con la entrevista quiero añadir otra nota personal: dar a conocer mi autor favorito por medio de una entrevista a un profesor a quien tanto admiro es una de las grandes alegrías de mi vida. Amigos, id a Baring.
Pregunta: El título de esta entrevista es «¿Quién fue Maurice Baring?». Entonces, mi nada creativa primera pregunta es: con el fin de presentar Baring a las personas que no han oído hablar nada de él, ¿qué dice usted de Baring? «¿Tiene usted algo que declarar» acerca de él?
Respuesta: Me gusta su juego de palabras en torno al título de uno de los libros de Baring, Have You Anything do Declare? Primero, yo declararía sin apocamiento que Baring es uno de mis autores favoritos. Me encantan sus novelas y poesías, aunque yo todavía no haya tenido la oportunidad de detenerme en sus dramas, pecado de omisión que espero rectificar un día. Un contemporáneo y gran amigo de Belloc y Chesterton, Baring nació en el año 1874, igual que Chesterton, y murió en 1945 de los efectos debilitadores de la enfermedad de Parkinson. Todas sus novelas, sobre las cuáles mayormente reposa su fama, fueron publicadas entre las dos guerras mundiales. A mi juicio él anda muy subestimado y merece ser mejor conocido, aunque en su propia época sus obras fueron bastante admiradas.
Pregunta: San John Henry Newman, en su Idea de la Universidad, dijo que “La literatura católica… incluye todos los temas de la literatura, tratados como un católico los trataría y como tan sólo un católico puede tratarlos”. Baring publicó su primera novela once años después de su recepción en la Iglesia Católica, ya como hombre maduro. En esa primera novela, tal como en las siguientes, me parece que emergen tres grandes temas: amor, pecado y sacrificio. ¿Está usted de acuerdo con esa impresión? ¿Cuál es el sentido del sacrificio en las novelas de Baring?
Respuesta: Yo estoy de acuerdo que el amor, el pecado y el sacrificio son los temas predominantes en sus novelas, aunque los tres temas podrían ser matizados y reducidos a solamente dos. Las novelas son sobre el amor y las consecuencias de su ausencia. Desde una perspectiva católica, el amor no es una emoción o sentimiento, pero una elección racional de entregar nuestra vida por el amado, aunque el amado sea también el enemigo. Nos fue mandado que amáramos a nuestro prójimo y a nuestro enemigo, independiente de si nos gustan o si tenemos otras reacciones emocionales hacia ellos. El amor es, por lo tanto, inseparable del sacrificio personal. La ausencia del sacrificio personal es la ausencia del amor. La verdad axiomática en el centro de toda la vida y todo amor humano es que nos sacrificamos por los otros o sacrificamos a los otros en nuestra causa. Esa dinámica moral es la causa motriz de las novelas de Maurice Baring.
Pregunta: La primera novela de Baring traducida al portugués fue Daphe Adeane, en la década de 1940 (en la edición que tengo, no consta la fecha precisa). Para esta entrevista, yo releí el prefacio del traductor brasileño Oscar Mendes. Está muy bonito. En ese prefacio Oscar Mendes dijo que la traducción de Baring era un sueño que él realizaba; y además hizo algunos interesantes comentarios, como el siguiente:
«Sus personajes no tienen actitudes excepcionales, por lo menos no exteriormente. Podríamos incluso decir que Baring hace con que los movimientos de sus personajes sean monótonos. Siempre los encontramos alrededor de la mesa, en el campo, errabundos en un jardín, visitando a una exposición, tomando el té. Sin embargo, dentro de esa habitual monotonía y de lo cuotidiano, ellos viven sus dramas, sus descorazonamientos, sacrificios son consumados, traiciones y cobardías son forjadas, la trama del destino es urdida. Sobre la aparente tranquilidad y mismidad de lo cuotidiano flota la oscura nube del destino.»
Oscar Mendes percibió una gran característica de las novelas de Baring: los dramas están insertados en la vida cuotidiana, precisamente como nos pasa a todos. Baring, como novelista católico, ¿trata artísticamente la vida cuotidiana? ¿Está la gracia divina en los movimientos monótonos de sus personajes?
Respuesta: Sí, seguramente. Ese mismo aspecto del enfoque de Baring como novelista fue resumido por el gran novelista francés François Mauriac. «Lo que más admiro en los escritos de Baring», escribió Mauriac, «es el sentido que da de la incursión de la gracia». Eso se descubre en los eventos mundanos de cada día, en los pequeños y casi desapercibidos sacrificios de los personajes y en la manera como abrazan al sufrimiento que trae la vida. Un personaje, un cura, en la última novela de Baring, Darby and Joan, explica que la aceptación de la pena es el secreto de la vida. Cuando lo entendemos, dice él, entendemos todo lo demás. El secreto no es la pena misma, ni el sufrimiento, pero su aceptación. Es en la aceptación del sufrimiento, en la tomada de la cruz, como la gracia está presente en las novelas de Baring. Desde una perspectiva cristiana este también es el camino por el que la gracia se hace presente en el mundo real. En ese sentido, podemos ver y decir que Baring escribe ficción realista, arraigada en el realismo tal y como como lo entendían los filósofos escolásticos medievales.
Pregunta: En las novelas de Baring los personajes hablan de literatura, música y teatro. Más que hablar, ellos viven el arte en sus vidas: para ellos, una canción (pienso ahora, por ejemplo, en Passing By…) o un poema son incorporados a sus biografías y narrativas personales. No son snobs, sino auténticamente cultivados. ¿Es esta una manera por la que Baring enseña cómo la literatura – en este caso, su propia literatura – puede ser una parte importante de la vida humana?
Respuesta: El poder del arte para cambiar la vida permea toda la mejor novela de Baring, C, que muchos creen ser su obra maestra. En esa maravillosa novela, el protagonista, conocido sencilla y enigmáticamente por la sola inicial que le da el título a la novela, es moldeado por su experiencia de las artes. El joven protagonista es arrastrado por la poesía romántica y por la ola de las óperas épicas de Wagner. Las artes no solamente ejercen influencia sobre él en algún sentido pasivo, sino que lo poseen. Es casi como si su identidad fuese subsumida en la realidad artística del romanticismo y del melodrama épico de tal manera que ya no fuese capaz de saber realmente quién es. Las artes lo forjan y también lo falsifican, convirtiéndolo en algo falso y menos auténtico de lo que debería ser. Son convertidas en un falso dios, en un ídolo. En la experiencia del protagonista hay algo que nos hace recordar a Dante, una dimensión intertextual destacada por la aparición de una bien-llamada Beatrice, un personaje que le ofrece a C una visión alternativa de la belleza. La novela es lenta; en la primera parte está el relato del acercamiento de C a las artes, pero la perseverancia del lector es recompensada a medida que el conflicto entre los ideales estéticos y las verdades éticas toma su curso.
Pregunta: En su entrevista a Jan Franczak usted ha mencionado dos grandes novelistas católicos influenciados por Baring: Evelyn Waugh y François Mauriac. Yo puedo añadir un novelista brasileño: José Geraldo Vieira, que incluso menciona el nombre de Baring en algunas de sus novelas. Uno de sus personajes, Lúcia, fue calificada por otro personaje de una misma novela como «una mujer igual que aquellas de Baring». A manera de las novelas de Baring, las de José Geraldo Vieira presentan la literatura misma como una parte vívida de nuestras vidas, como una manera de percibir – y expresar – nuestras experiencias más intensamente. ¿Cree usted que las novelas de Baring pueden ayudarnos a darles alguna forma a las experiencias de amor, pecado y sacrificio en nuestras vidas?
Respuesta: En nuestra discusión anterior acerca de la dimensión cuotidiana en las obras de Baring, hemos visto cómo sus escritos presentan lo mundano bajo la luz de la gracia o, diciéndolo de otra manera, cómo muestra él la luz de la gracia estando presente en lo mundano. Los escenarios corrientes en sus novelas ofrecen un recuerdo sutil de la máxima de Chesterton, según la cual no vivimos en el mejor de todos los mundos posibles sino en el mejor de todos los mundos imposibles. Baring nos enseña la presencia de lo milagroso en las vidas corrientes de personas aparentemente ordinarias, enseñándonos así que no hay tal cosa como una persona ordinaria. Todos somos manifestaciones extraordinarias de la imagen de Dios. De esa manera, podemos ver las obras de Baring como sutilmente subversivas del materialismo y pesimismo de su tiempo – y también del nuestro.
Pregunta: Como le he dicho antes, todas las novelas de Baring fueron traducidas al español. La edición que tengo es en dos tomos y fue publicada por José Janés Editor en 1952. Ángel Zuñiga, quien escribió el prefacio a esa edición, dijo que en la Iglesia de Santa María del Mar, en Barcelona, fue celebrada una misa por Baring después de su muerte. Tal como ocurrió en Inglaterra y en Francia, las novelas de Maurice Baring fueron bastante leídas antes en España y Brasil. ¿Tiene usted alguna idea de por qué sus obras fueron casi olvidadas recientemente incluso en Inglaterra? Y, complementando a la pregunta, ¿por qué recomienda usted un «redescubrimiento» de los escritos de Maurice Baring?
Respuesta: Parte de la razón para el decaimiento de la popularidad de Baring puede ser vista en la decadencia general de la cultura literaria. Chesterton dijo que el peligro venidero no sería el bolchevismo, sino la nivelación por el bajo nivel. Es ese embrutecimiento de la cultura al más bajo denominador común de la banalidad crasa lo que hace Baring ilegible para muchos en esa que Evelyn Waugh llamó nuestra época deplorable. Cuando leo a Baring siempre me acuerdo de lo que Chesterton dijo de su amigo, el santo [saintly] dominico, Padre Vincent McNabb. Chesterton dijo, refiriéndose a la santidad del Padre MacNabb, que él caminaba en un piso de cristal sobre la cabeza de Chesterton. Cuando leo a Maurice Baring siento que, culturalmente, él está caminando en un piso de cristal sobre mi cabeza. Él leía en tantas lenguas diferentes y conocía tan bien el panorama de la literatura occidental, que estoy asombrado por la profundidad y amplitud de la experiencia cultural desde la que extrajo profundos dibujos de esplendor. Leerlo cuesta un duro trabajo pero, en el caso de Baring, es seguro decir que merece la pena.
Gilmar Siqueira
Pueden leer la entrevista en inglés en la página The Imaginative Conservative: https://theimaginativeconservative.org/2021/07/praise-great-neglected-novelist-maurice-baring-joseph-pearce.html?fbclid=IwAR0QDXmM3gv6yAhxIKeuRE_QiZdcaKZUg-p5UrupgzTH3YQKT71-ED1X_Kw
En el siguiente enlace tienen el libro completo de Gilmar Siqueira disponible para su descarga, por gentileza del escritor: Diario de un dandy
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