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Sobre la política desde una perspectiva del tradicionalismo

En este artículo haremos una reflexión sobre el concepto de la política y mostraremos las diferencias entre el pensamiento moderno con respecto al tradicional. Las diferencias son existenciales y marcan dos cosmovisiones diferentes. No sé trata de divergencias temporales sino ya de carácter de formas de ser.

Sobre la política desde una perspectiva del tradicionalismo. Un artículo de Leonardo Olivieri

Cuando buscamos un concepto claro y preciso para referirnos a la política nos encontramos que es un término multívoco. Esto implica básicamente que existen una pluralidad y diversidad de sentidos diferentes de la palabra y su uso, dependiendo del ámbito y el momento en que se emplea.

En la actualidad se define a la política como una actividad puramente humana de carácter social y colectivo que persigue fundamentalmente la de regular-coordinar la conflictividad entre diversos grupos.

Se parte de considerar al entramado social no como una unidad permanente, ni como una totalidad armónica que tiende naturalmente a la unidad, sino desde una perspectiva del conflicto y lucha entre la multiplicidad de sus integrantes.

Para Aristoteles,la política es una ciencia arquitectónica, esto es que tiene su centro de interés por toda la actividad humana a fin de ordenarla según su propio fin. Para ello se considera a todas las actividades de los hombres que puedan interesar a alcanzar el bien común, el conocimiento de la verdad objetiva, las orientaciones morales y valorativas, el desarrollo económico, la vida familiar, etc.

Cabe destacar que existe un principio de que todo lo que existe fue creado con una finalidad. Tantos cosas y objetos como también la sociedad, el gobierno e incluso el ser humano fueron creados para alcanzar una finalidad. El gobierno existe para la armonía social, el progreso y el bienestar de la comunidad.

Desde esta perspectiva clásica, existe un orden natural de las cosas, incluida la misma humanidad. Ese orden implica una correcta disposición de las cosas,una integración armónica de los elementos en una totalidad que las incluye, las contiene,les otorga su sentido y que permanece por sobre cada individualidad. El conflicto es considerado como una anormalidad y no es el principio fundante de actividad política. Todo lo contrario.

Cuando la perspectiva política moderna menciona a la existencia de conflictos entre grupos, considera a la política ya no como una actividad que busca perfeccionar la unidad y concretarla en un sistema o conjunto de instituciones. Se parte de la base ontológica de una división conflictiva existencial entre cada una de las partes que componen la sociedad. No existe un orden natural ni mucho menos una totalidad previa a las partes. Lo múltiple no es expresión concreta de esa totalidad sino que tiene una identidad de naturaleza conflictiva con respecto a la unidad y al todo.

El punto de partida de este concepto de la política es la existencia de conflictos sociales y de los intentos para sofocarlos o para regularlos. Asimismo, el hombre necesita para subsistir vivir en comunidad, pero estos antagonismos pueden afectar la convivencia común y esa necesidad de permanecer en comunidad. Es por ello que resulta fundamental lograr acuerdos políticos para limitar tanto las acciones conflictivas como si también limitar al poder. Asimismo, la unidad al no ser natural se logra o por dominación,por una articulación hegemónica o en función de una convivencia democrática y dialoguista.

La sociabilidad es considerada como un medio y no como una condición natural y objetiva. La centralidad la tiene el individuo aislado, libre de toda acción exterior que lo condicione. Pero también, es interdependiente de los otros hombres para garantizar el acceso a los bienes materiales que le procuren la supervivencia. De allí que se necesita articular intereses sectoriales y de parte.

La diferencia de conceptos parece sutil y de detalles pero en realidad no lo es. Se puede considerar al hombre como ser social por naturaleza o definirlo como social solamente por convención y conveniencia. Estos dos conceptos marcan una diferencia sustancial entre el hombre tradicional y el de la modernidad. Entre una idea de política fundada en los principios de la tradición y otra basada en el atomismo social y el convencionalismo.

El tradicionalismo considera a la política también como una actividad humana orientada hacia una finalidad que incluso trasciende al mismo ser humano.Interpreta al ser humano como un ser social desde su nacimiento. Nunca pudo existir un estado de naturaleza de aislamiento y donde el ser humano estaba solo y sin contacto con los otros hombres. Por lo tanto, el individuo nació y vive en sociedad, ya sea como miembro de una familia, de una ciudad, de una región o de una nación.

Esa sociabilidad implica necesariamente, una politización del mismo ser humano. El interés por las cuestiones de gobierno y los asuntos públicos forman parte de esta condición natural de sociabilidad. Pero ello no implica que la política sea independiente y se justifique a sí misma. La actividad política está limitada por un fundamento que se presenta por fuera de ella misma. Existen principios y valores que están por fuera de toda construcción social de la política y constituyen el fundamento de una sociedad, orientando la vida de los individuos,marcando límites a la acción subjetiva.

Este pensamiento en la realidad práctica tiene sus bases en la familia, el catolicismo como doctrina social y guia moral de las acciones individuales y la representación foral como principio de organización política-institucional.

Su cosmovisión política y moral son profundamente católicos y apegados a las normas y leyes de la vida cotidiana,las tradiciones y las costumbres. La política como la vida social se estructuran en base a las reglas religiosas y familiares. Por otra parte, los lazos personales y sociales, las redes de vecindad y el entramado comunitario adquieren una realidad intensa y viva. Para todo ello, es totalmente extraño una concepción subjetivista del ordenamiento social.

Es así que para una perspectiva tradicionalista, la política hace referencia a un género de vida o comunidad que posee un fundamento que trasciende lo inmanente.

En el mundo moderno, la política se transformó en su propio fundamento. Nada hay que vaya más allá del hombre, La idea del Contrato Social refleja esta posición. Son los hombres que según sus deseos y necesidades, haciendo uso de su libertad, que deciden conformarse como sociedad y sujetos políticos.

Y es por este motivo que en la modernidad la política deja de ser una actividad referida a la polis,la compresión de un ethos o forma de vida y su fundamento para transformarse en una actividad humana concentrada solamente en el poder y gobierno de las muchedumbres.Se puede decir entonces que es el poder que se busca justificar en la política.

En resumen y para ir concluyendo, podemos enumerar algunas características salientes que definen el pensamiento político tradicionalista:

1) La política es entendida como una actividad esencialmente humana, orientada hacia la perfectibilidad de las instituciones, marcos jurídicos, y del ordenamiento social en su conjunto. Se pretende un camino de perfección hacia el establecimiento de un orden político, que se va ajustando con respecto a la Verdad y a los principios trascendentes y objetivos.

2) El ser humano es un ser social por naturaleza. No se lo entiende como un ser aislado y asocial. No existe un estado de naturaleza, ni contrato o pacto social entre individuos aislados. La familia es la base de la sociedad.

3) Hay una concepción orgánica de la sociedad. Cada parte integrante del entramado social tiene una función que cumplir,no es ni mayor o menor en dignidad, pero sí hay una jerarquía basada en funciones,capacidades y responsabilidades.

4) Hay un fundamento trascendente y objetivo que direcciona, guía y conduce la actividad política. Como se mencionó antes, es una actividad humana,pero orientada a una Verdad que está por fuera de esa actividad. Todo ello trata de la unidad preexistente. La diversidad posee una unidad en su esencia que la integra en una totalidad común.

5) Existe un orden natural y una justa disposición de las partes que conforman la totalidad social y política. Ese orden posee sus propias leyes ,justificaciones y una finalidad ontológica.

6) El conflicto o la conflictividad no es parte constitutiva de la naturaleza de la sociedad. Es estimado como un error o una enfermedad del tejido social.

7) El hombre como tal posee libre albedrío y además de ser racional , a su vez es imperfecto por su propia naturaleza. De ese libre albedrío surge la diversidad y multiplicidad. Ello se manifiesta en las diversas formas de existencia social que hay en el mundo. Sin embargo, hay formas erróneas y formas verdaderas de ordenamientos sociales.

8) La vida de toda organización social y política es un camino de perfeccionamiento y búsqueda de esos principios y valores trascendentes. Las construcciones sociales son valoradas y si se quiere, juzgadas en base a tales principios trascendentes. El progreso es esa adaptación y cambio de los constructos sociales con relación a tales principios y Verdad objetiva.

Leonardo Olivieri

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Author: Leonardo Olivieri
Tradicionalista Catolico, Licenciado en Ciencia Potitica por la Universidad de Buenos Aires, posgrados en ecomonia e integracion regional. Además músico.