¿La actual pandemia hace referencia al Covid-19 o más bien tenemos entre nosotros el virus de la secularización? Una nueva firma de prestigio en nuestra página, nos trae la respuesta
El virus de la secularización, un artículo de Leonardo Olivieri
La pandemia del Covid 19 ha sido, en estos últimos, un tema recurrente en los medios masivos (y no tanto) de comunicación, como así también en las redes sociales y demás canales tecnológicos.
Los noticieros y los canales de noticias constantemente informan sobre la situación de la pandemia. Especialistas virólogos, médicos, artistas, líderes de opinión y hasta políticos exponen sobre el virus, sus efectos y posible cura. La gente a determinada hora canta el himno nacional y aplaude al personal sanitario.
Todo esto forma parte del universo simbólico y cultural de la sociedad «moderna» y secularizada en la que vivimos. Hay quienes pregonan destinar mayor dinero y recursos a la ciencia que a la religión. La ciencia y el gobierno de los científicos serían los salvadores de la humanidad.
A todo ello el cristianismo parece aceptar y plegarse a esta sociedad centrada en si misma y sus recursos. Ya no se anuncia con fuerza y rectitud la verdad revelada al mundo, sino lo que se expone es una iglesia frágil, dubitativa y desconcertada ante las calamidades del mundo. Una «iglesia» que presenta a un dios con minúsculas, privado de todo componente sobrenatural y trascendente. Un dios abstracto que necesita de una interpretación mundana sobre su esencia y su ser. La fe es algo que se construye, sería una especie de constructo de interpretaciones singulares del «pueblo» de dios. Las oraciones a ese dios son tenues, deslucidas, superficiales y dedicadas a un dios sincretista new age.
En suma, oraciones sin convencimiento y sin la verdadera fe, en plazas e iglesias vacías.
Esa imagen de iglesia vacía es lo que más representa a este «cristianismo» moderno. Por otra parte, están los apocalípticos. Estos son los exponentes de teorías conspirativas, del nuevo orden mundial, etc. El objetivo de esta opinión, no es analizar este tipo de pensamiento. Pero si creemos que la situación actual es producto de la dinámica del mundo moderno.
Es esta dialéctica del mundo post revolución moderna que se está desplegando. No hay nada nuevo bajo el sol, es solo el movimiento del espíritu de la modernidad ilustrada. Esta modernidad ilustrada que centra todo su fuerza en la exaltación del individualismo posesivo, de la libertad negativa, de la autonomía del hombre con respecto al Dios verdadero.
En fin, a la centralidad del hombre como ser inmanente enfocado en la temporalidad del mundo, en su historicidad y vaciado de toda referencia trascendente. Un hombre que se crea a sí mismo, que se auto construye y se autoafirma en el mundo. La revolución es eso. Pero también la revolución genera nuevas formas de idolatría. Dentro de estas formas idolátricas encontramos esa adicción por el evolucionismo.
El hombre moderno esta enfermo de esa adicción. No es capaz de percibir la presencia de la Verdad en el mundo, ya que no le sirve para continuar con su adicción. Más ciencia, conocimiento y menos religión.
¿Pero qué podemos hacer? ¿Se puede resistir a esta oleada secularizante? ¿Es la iglesia un componente más del mundo?
Obviamente que es posible. El mensaje de Dios es claro; su palabra permanecerá más allá del mundo, del hombre, del cielo y la tierra.
También la doctrina católica es clara y concisa; el liberalismo es pecado. Demás está decir que el liberalismo es más que un sistema político y económico. Es, como dijimos más anteriormente, la centralidad del hombre en lugar de Dios. Significa subordinar lo divino, lo trascendente e inmutable a la voluntad del hombre que se considera libre y centro de todo lo que existe.
Es importante recordar estas enseñanzas que nos brinda la verdadera Iglesia. Creemos que serán de extrema utilidad en estos tiempos crisis. No debemos dejarnos llevar por estas tempestades secularizantes, sino mantenernos firmes en nuestra fe.
Así mismo, debemos acrecentar nuestra fe, formándonos y buscando lo que dice la Iglesia verdadera en estos casos de crisis. Tenemos que tener claro que asistimos no solo a una pandemia de un virus sino a una pandemia anticristiana, de un mundo y una sociedad que buscan separarse definitivamente del único Dios.
“Una de las verdades mejor establecidas y de las más consoladoras que se nos han revelado es que nada nos sucede en la tierra, excepto el pecado, que no sea porque Dios lo quiere; Él es quien envía las riquezas y la pobreza; si estáis enfermos, Dios es la causa de vuestro mal; si habéis recobrado la salud, es Dios quien os la ha devuelto; si vivís, es solamente a Él a quien debéis un bien tan grande; y cuando venga la muerte a concluir vuestra vida, será de su mano de quien recibiréis el golpe mortal”. San Claudio de la Colombière – El Abandono confiado a la Divina Providencia.
Leonardo Olivieri
Licenciado en Ciencias Políticas de la Universidad de Buenos Aires, experto en cooperación internacional, bajista en sus tiempos libres y entrenándose en las devociones Marianas.
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