¿Hemos pensado que la familia también debe gestionarse en cuanto al presupuesto familiar como si fuera una empresa? ¿Nuestros hogares están decentemente decorados?
Presupuesto familiar y formas en el hogar
EL HOGAR CRISTIANO: UNA GUÍA PARA LA FELICIDAD EN EL HOGAR
Celestino Strub, O.F.M. Al final del artículo tienen el índice de la obra
Traducido por Augusto Pozuelos
Mantener un presupuesto familiar
La mejor manera para que los padres eviten gastos excesivos o no aconsejables, es mantener un presupuesto familiar. Deben hacer un estudio cuidadoso de sus recursos y una lista clasificada de sus necesidades; por ejemplo, vivienda, comida, ropa, gastos de funcionamiento, mejoras y ahorros. Luego, deben fijar un cierto porcentaje de sus ingresos para cada uno de estos gastos y mantener sus desembolsos estrictamente dentro de la asignación presupuestaria, a menos que una verdadera necesidad o la caridad requieran lo contrario.
No es necesario señalar que tanto los gastos como las cuotas de la iglesia, la escuela y el club, la caridad y las diversiones deben figurar en el presupuesto, y que de acuerdo con la clasificación mencionada anteriormente, estos, junto con todos los desembolsos para el material de lectura, podrían incluirse en el presupuesto de mejoras, tanto mentales, como moral o físicas. Mantener un hogar y una familia es un negocio, tanto como administrar una tienda; por tanto, ¿por qué no debería mantenerse en él una base contable? A muchas parejas se les han abierto los ojos manteniendo una cuenta detallada de los desembolsos. Descubrieron que habían sido extravagantes, sin darse cuenta. Pero si llevar la cuenta de los gastos de uno enseña economía, debe hacerse en todos los hogares cristianos; porque la economía, sobrenaturalizada, no es más que la virtud cristiana de la moderación.
Un toque de paganismo
Otro indicio de mundanidad en el hogar es el carácter no cristiano y a veces incluso pagano de los objetos con los que está decorado. Entremos en un hogar así. Que vemos en nuestra entrada? Tal vez, una pintura de Apolo bailando con musas delgadas y desnudas sobre el césped; hay una lámpara o candelabro sostenido por la figura desnuda de Cupido; en un rincón, tal vez, una estatua de la Venus de Milo; en la mesa de la biblioteca, en las portadas aparecen varias revistas a colores que muestran chicas bañándose o actrices famosas de «películas»; sobre el mantel un busto blanco como la nieve, de Palas o alguna otra deidad mitológica; y aquí y allá mientras deambulamos por los diversos apartamentos, otros diversos adornos y artículos de carácter similar.
¿Algún católico sostendrá que tales objetos son apropiados en un hogar cristiano? Sin embargo, hay hogares católicos, y no pocos, en los que tales adornos son bastante comunes. En algunos casos, su presencia se debe a la mera falta de consideración o pura mentalidad mundana, y no hay conciencia de ello. En otros, sin embargo, un sentimiento de culpa se manifiesta por el cuidado con el que se quitan dichos objetos cuando se espera una visita del párroco o de algún otro clérigo.
Respeto por la modestia
Para estar completamente de acuerdo con su profesión de cristianismo, el hogar de una familia católica debe estar libre de toda decoración de este tipo. La casa no es un museo de arte, y las estatuas de deidades paganas que pueden tolerarse en los museos están fuera de lugar en una casa cristiana. Y así, también, todas las imágenes no están en conformidad con la modestia cristiana.
No será suficiente limitarlos a una pequeña parte de la decoración hogareña. Tampoco será suficiente confinarlos a un lugar apartado, digamos la sala de recepción de la casa, para que al menos pueda mostrar su mentalidad abierta a los no católicos que ingresan a su hogar. No, un hogar católico no debe contener nada que proclame simpatía con el espíritu del mundo. Una imagen, una estatua, un adorno pueden estropear el carácter de una habitación entera y frustrar el buen efecto que otras imágenes están calculadas para producir. ¡Lejos, entonces, padres católicos, de toda la mundanidad de sus hogares! Ya se estás lo suficientemente expuesto a su contagio cuando sales al mundo. Al menos deshazte de ese espíritu cuando ingreses al santuario de su propia casa.
Una propaganda insidiosa
Si las imágenes y estatuas de personas con vestimenta insuficiente dan un aire de mundanidad al hogar, ¿cuál debe ser el efecto de tal falta de modestia en los habitantes de dicha casa? Hay una propaganda insidiosa en el extranjero en nuestros días para derribar las convenciones que la civilización cristiana ha establecido como salvaguardas de la virtud de la pureza. A pesar de las razones engañosas esgrimidas en su defensa, por ejemplo, que uno debe familiarizarse con el desnudo para no verse afectado por él, el simple propósito de esta propaganda es sustituir un código pagano por nuestro código de moral cristiano.
Dicho propósito es más evidente ya que algunos de los seguidores más abiertos del movimiento han declarado que los Diez Mandamientos son anticuados y que ya no existe el pecado. En vista de esta amenaza del paganismo, el deber de los católicos es claro. Ni en el hogar ni en ningún otro lugar puede haber ninguna cesión a los altos estándares de la decencia y la modestia cristianas.
Y las madres deberían educar a sus hijos desde la infancia para que nunca osen aparecer en presencia de otros sin estar modestamente cubiertos. Esas chicas, que no tienen conciencia de exponerse en presencia de sus hermanas, poco a poco irán haciendo de llevar ropa insuficiente en público algo insignificante. Y cuando la modestia es arrojada por la ventana, la pureza no tardará es seguirla.
EL HOGAR CRISTIANO: UNA GUÍA PARA LA FELICIDAD EN EL HOGAR.
Celestino Strub, O.F.M. (Extravagancias en el hogar )
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