¿Existe relación entre el matrimonio y la biblia? Continuamos indagando en este tema: ¿Qué quiere decir el pasaje «sed fecundos y multiplicaos?
El matrimonio y la biblia. Por Raoul Plus, S.J
La ley de la procreación.
Dios no creó el amor y el matrimonio sólo para el mutuo placer de marido y mujer. El propósito de su unión va más allá de la unión entre ellos. De la unión íntima del matrimonio saldrá una tercera persona, y si el matrimonio es fructífero una serie de terceros, una progenie que será la gloria de los padres.
Sed fecundos y multiplicaos. Dios podría haber multiplicado a los vivientes sin usar a sus criaturas como instrumentos. Adán y Eva fueron creados directamente. Dios no necesitaba a nadie. Tan cierto es esto, que en la creación del alma el Altísimo no usa intermediarios. Él se reserva el poder de infundir el alma en el niño cuyo cuerpo los padres cooperan en producir.
En lo que concierne al cuerpo, Dios permite e incluso desea que haya una causa intermedia, y eso constituye una gran maravilla.
Dios imparte a sus criaturas una participación en su poder creativo. Los padres están unidos en la expresión física de su amor conyugal y de esta unión corporal, siempre que nada se lo impida, nacerá la vida. Para el alma no debe haber ningún agente humano. Para el cuerpo existirá un agente humano. Es a través de la instrumentalidad de los padres que nacerá el cuerpo del niño. Pero Dios se reserva el poder de poner el alma en ese cuerpo mediante un acto directo de creación.
Esa es la base de la belleza soberana de la paternidad y la maternidad. . . Con el nacimiento de su primogénito, Eva, transportada de alegría, exclamó: «He conseguido un hombre por medio de Dios».
Hay una doble ley en el matrimonio: la ley de castidad y la ley de fecundidad. La ley de castidad permite que el esposo y la esposa regulen según su deseo la frecuencia de las relaciones sexuales. Si por mutuo consentimiento deciden vivir un tiempo como hermano y hermana, digamos durante la Cuaresma o Adviento, o en algún otro momento de su vida juntos, por cualquier razón justa y noble, pueden hacerlo siempre que no corran riesgo de pecar.
La principal aplicación de la ley de castidad para los casados es la siguiente: si deciden por acuerdo explícito o implícito realizar el acto matrimonial, no pueden hacer nada para evitar la concepción.
Si así lo desean, autor que pidan a Dios la gracia deseada para practicar las moderaciones y continencias que crean útiles o, si no es aconsejable ni prudente que se abstengan de la unión física, la gracia de no hacer nada contrario a su deber de esposos.
Raoul Plus, S.J. (1882-1958) escribió más de cuarenta libros para ayudar a los cristianos a comprender el amor de Dios por el alma. Sus obras enfatizan el papel vital de la oración en la vida espiritual y muestran cómo se pueden vivir las verdades de la fe.
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