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El Buen Pastor

MISTERIOS DE LA VIDA DE CRISTO. El Buen Pastor. Rev. D. Vicente Ramón Escandell

MISTERIOS DE LA VIDA DE CRISTO

El Buen Pastor

1. Relato Evangélico (Jn 10, 11-18)

Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por sus ovejas. Mas el asalariado y que no es el pastor, del que no son propias las ovejas, ve venir al lobo y deja las ovejas y huye, y el lobo arrebata y esparce las ovejas. Y el asalariado huye, porque es asalariado y porque no tiene parte en las ovejas.

Yo soy el buen Pastor, y conozco mis ovejas, y las mías me conocen. Como el Padre me conoce, así conozco yo al Padre, y pongo mi alma por mis ovejas. Tengo también otras ovejas que no son de este aprisco: es necesario que yo las traiga y oirán mi voz y será hecho un solo aprisco y un pastor. Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi alma para volverla a tomar. No me la quita ninguno, mas yo la pongo por mí mismo: poder tengo para ponerla, y poder tengo para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre.

2. Comentario exegético

El buen pastor <<da su vida por sus ovejas>>. Si en absoluta exigencia moral no se exigiese tanto, con ello se expresa la solicitud del Buen Pastor, Cristo, apuntándose con ello elementos alegóricos. Acaso este inspirado en lo que David, <<tipo>> del Mesías, cuanta de sí mismo cuando era pastor: que perseguía al león o al oso que le había robado una oveja, hasta quitársela de sus fauces.

Pero frente al buen pastor está el pastor asalariado, que no puede tener, naturalmente, esta estima por el rebaño. Y así, al ver venir al lobo, que es <<el enemigo tradicional de las ovejas>>, abandona el rebaño, poniéndose a salvo, y el lobo <<las arrebata y las dispersa.>>

Algunos Padres (san Agustín, San Crisóstomo) y varios autores pensaron que en el <<pastor asalariado>> se significaba a los fariseos, y en el lobo, que <<arrebataba y dispersaba>> las ovejas, se significaba al diablo. Tratándose fundamentalmente de una <<parábola alegorizante>>, se ve ya que no todos los elementos exigen una interpretación alegórica.

Aunque en el Nuevo Testamento se usa la imagen de <<lobos rapaces>> para indicar las infiltraciones heréticas, aquí parece ser un elemento más para la <<descripción del tipo>>, como no pasan, probablemente, de serlo los osos y los leones que David mataba. No lo es, en cambio, el ver en la pintura del pastor <<asalariado>>, no un simple recurso de contraste, sino una alusión intencionada a los malos pastores de entonces en Israel, los fariseos, ya que instintivamente se piensa en ellos por la estructura del pasaje.1

3. Reflexion2

Por eso, pastores, escuchad la palabra del Señor: <<Por mi vida, oráculo del Señor Dios: Porque mi rebaño ha sido convertido en objeto de robo y mis ovejas en alimento de todas las bestias del campo por falta de pastor; porque mis pastores no buscaban mi rebaño, sino que se apacentaban a sí mismos y no apacentaban mi rebaño (…) Librare mi rebaño de su boca y nunca más les servirá de alimento.>>3

Duras palabras las que pronuncia Dios, por boca del profeta Ezequiel, contra los <<pastores de Israel>>, contra sus dirigentes temporales y espirituales, que habían abocado a la ruina material y espiritual al Pueblo Elegido. De su fracaso surgirá la esperanza de un nuevo comienzo, de una nueva Alianza, sellada con la vida y muerte del verdadero Pastor de Israel.

Ezequiel desde el exilio de Babilonia, denuncia el fracaso histórico de los <<pastores de Israel>> en vísperas de la ruina de Jerusalén a manos de los babilonios. Dios, a través de su profeta, recrimina que los príncipes, sacerdotes y profetas hayan abusado de su autoridad, apartado al pueblo de su Dios y engañado con sus enseñanzas y oráculos. Duras son, por ejemplo, las palabras que dirige contra los sacerdotes, a quienes tradicionalmente se les aplicaba el título de <<pastor>>: Sus sacerdotes han violado mi Ley – dice el Señor – y han profanado mis cosas santas; no hacen diferencia entre lo santo y lo profano, ni enseñan a distinguir entre lo puro y lo inmundo; cierran sus ojos a las violaciones de mis sábados, y yo soy profanado en medio de ellos4.

El fruto de este fracaso histórico, no sólo será la ruina material del Pueblo Elegido, sino que su esperanza, depositada casi fanáticamente en sus dirigentes, se traslada de estos a un Pastor sobrenatural, divino. En sus respectivas crisis, Israel y Judá, redescubren a Dios como su único Pastor, al que habían abandonado siguiendo el ejemplo de sus padres, para ir en pos de los pastores humanos. Así, en medio de la prueba, ya no se invoca la fuerza, el poder y el prestigio del rey, del sacerdote o del profeta, en cuyo poder ya no se confía, sino que se alza la voz directamente hacia Dios: Pastor de Israel, inclina tu oído, tú que guías a José como a un rebaño, que estas sentado sobre querubines, muestra tu esplendor ante Efraím, Benjamín y Manases, despierta tu poder y ven a salvarnos5, leemos en el Salmo 80.

Dios, que siempre fue el único y verdadero Pastor de su pueblo6, responde a este redescubrimiento, a esta conversión con la promesa de que Él mismo apacentará a su pueblo como hiciera antaño7, cuando Israel confiaba sinceramente en Él, cuando sus mediadores ejercían fielmente su misión y conducían al pueblo, no sólo hacia la prosperidad material sino también, por la senda de la fidelidad a su santa Ley, por el progreso espiritual.

Pero esta promesa de Dios se cumplirá de un modo inesperado, nuevo y maravilloso: Él mismo guiara a su pueblo sí, pero haciéndose uno de ellos. En Jesús, Dios y hombre verdadero, Dios cumple su promesa de pastorear a su pueblo Él mismo acampando entre ellos, en la persona de un descendiente de David e integrándose en su historia. Cumpliéndose así la promesa hecha por Dios a través de su siervo Ezequiel: Suscitaré para ellos un pastor único, que los apacentará, él será su pastor. Yo Yahveh, seré su Dios, y mi siervo David será príncipe en medio de ellos. Yo Yahveh lo he dicho8.

En este marco de promesa-cumplimiento, se inserta la figura del Buen Pastor que Jesús expone en la parábola que nos ha transmitido el Apóstol san Juan. Él es el verdadero <<Pastor de Israel>>, el único príncipe, sacerdote y profeta de su pueblo, superior a todos, no ya solo a los más indignos, sino también a los más justos y eminentes de la Antigua Alianza. Jesús, a diferencia de los primeros y superando a los segundos, legislará sabiamente con la savia nueva del Evangelio9; juzgará con rectitud por la gracia del Padre10; dictará sentencia con justicia, por su conocimiento eximio de las almas11; y dará su vida por su pueblo, a pesar de su rechazo y rebeldía12.

Sin embargo, Jesús <<Buen Pastor>>, por la voluntad de Dios y su deseo universal de salvación, no sólo es el <<Pastor de Israel>>, sino el de toda la Humanidad. El ministerio pastoral de Cristo tiene la misión de mostrar a los hombres, y no sólo a los hijos de Israel, extraviados por el pecado, el verdadero camino que les conducirá a su fin último sobrenatural. Así, lo anuncia el profeta Isaías en su exaltación del Siervo de Yahveh, figura profética de Cristo resucitado: Mirad: lo he constituido testigo para los pueblo, jefe y maestro de las naciones. Llamarás a una nación que no conocías; naciones que no te conocían correrán hacia ti, por el Señor, tu Dios, por el Santo de Israel que te ha enaltecido13.

Yo soy el Pastor de las ovejas; Yo soy el camino, la verdad y la vida; Yo soy el buen pastor, y conozco mis ovejas y las mías me conocen, dice el Señor14. De esta manera, queridos hermanos, resume nuestro Señor su vida y su misión. Una vida y misión que nace en el fracaso histórico de los <<pastores>> de su Pueblo y que alcanza su plenitud en el misterio de su resurrección. Pidamos al Señor no caer en el mismo error que el Israel histórico, y apartarnos del verdadero Pastor y Guía de nuestras vidas, de nuestra sociedad, de nuestra Iglesia y de nuestro mundo; para depositar nuestra confianza en los <<falsos pastores>>, que buscándose a sí mismos, huyen del lobo y abandonan a su suerte a las ovejas.

4. Testimonio de los Santos Padres

SAN GREGORIO MAGNO, PAPA (590-604)

<<Hay muchos que con razón no merecen el nombre de pastor, porque prefieren la recompensa terrestre a las ovejas. No puede llamarse pastor, sino mercenario, aquel que apacienta las ovejas del Señor por una recompensa pasajera y no por un amor íntimo; es mercenario el que ocupa el lugar del pastor, pero no busca el bien de las almas, desea con ansia las comodidades de la tierra, y se alegra con los honores de la prelacía.>>

In Evang hom 14

5. Oración

Tú, que, como Pastor eterno, lavas a tu rebaño con el agua del bautismo, verdadera purificación de las almas y sepulcro de todos los crímenes; libra de la cruel muerte de la culpa a los que renacimos a la vida, para que seas eterno gozo y Pascua de nuestras almas. Que vives y reinas. Amén.15

Rev. D. Vicente Ramón Escandell Abad

1 PROFESORES DE SALAMANCA: Biblia Comentada: Evangelios (Vb), pp. 482-483

2 Homilia IV Domingo de Pascua (25-IV-2021)

3 Ez 34, 7-8.10

4 Ez 22, 26

5 Sal 80, 2

6 Ez 34, 31

7 Is 40, 11

8 Ez 34, 23-24

9 Mt 5

10 Jn 5, 22

11 Mt 25, 46

12 Jn 11, 49-50

13 Is 55, 4-5

14 Ant. Bendictus de las Laudes del II Domingo de Pascua (Breviario Romano)

15 Himno de Maitines del Tiempo pascual (Breviario Romano)

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Author: Rev. D. Vicente Ramon Escandell
Rev. D. Vicente Ramón Escandell Abad: Nacido en 1978 y ordenado sacerdote en el año 2014, es Licenciado y Doctor en Historia; Diplomado en Ciencias Religiosas y Bachiller en Teología. Especializado en Historia Moderna, es autor de una tesis doctoral sobre la espiritualidad del Sagrado Corazón de Jesús en la Edad Moderna