1- Introducción y concepciones de la relación Estado y Economía.
Existe en todo el pensamiento económico, político y social una distinción crucial y diríamos hasta conflictiva entre lo que se denomina propiedad privada y el concepto de Estado. Hoy en día está en boga el liberalismo extremo que postula una relación antagónica entre el Estado y la propiedad privada. En 1936 el filósofo Albert Jay Nock publica su obra Nuestro Enemigo el Estado en la cual sintetiza los principios liberales en torno a una idea de que el Estado se termina constituyendo en un problema para los hombres libres. Para Nock el Estado no es el producto de un pacto social entre hombres libres ni mucho menos de la sociabilidad objetiva y natural de los seres humanos. La génesis del Estado se encuentra en la conquista y la expropiación. Desde esta perspectiva el Estado es considerado como un actor independiente de la sociedad y que crece a medida que aumenta su injerencia sobre la vida de los individuos. Sería una especie de sanguijuela o parásito que se nutre robando la sangre de los individuos.
En sus propias palabras: El testimonio positivo de la historia es que el Estado tiene su origen indiscutible en la conquista y la confiscación. Ningún Estado primitivo conocido se originó de otro modo.Además, la característica invariable del Estado es la explotación económica de una clase por parte de otra. En este sentido, cada Estado conocido es un Estado de clase. Oppenheimer define el Estado, en relación a su origen, como una institución donde un grupo dominante ejerce presión sobre otro reprimido, con el único objetivo de sistematizar la dominación del reprimido por el dominante, y protegerse al mismo tiempo de la insurrección interna y externa. Este control no tiene más objetivo que la explotación económica del grupo reprimido por parte del victorioso. ( Nuestro Enemigo el Estado)
Para Jay Nock el Estado es la organización de los medios políticos que consiste básicamente en la institucionalización de la conquista, la confiscación y la rapiña. Todo ello sin importar el tipo o variantes de Estado. No importa si es un primitivo, feudal, monárquico, moderno o incluso proletario; da lo mismo ya que el principio es el mismo. Por lo tanto, podemos afirmar que el Estado es una institución antisocial dedicada a la confiscación y explotación violenta de unas personas para beneficio de otras.
Pero para evitar la paradoja sobre la necesidad de una autoridad Albert Jay Nock diferencia entre Estado y Gobierno. A la rapiña institucionalizada se le opone el Gobierno que consiste en un marco institucional y normativo que brindan salvaguardia a las personas y a la propiedad privada. En su obra Nuestro enemigo el Estado nos dice: partiendo de la idea de derecho natural, el gobierno garantiza los derechos individuales mediante instituciones negativas y una justicia barata y accesible; a eso se limita el gobierno.
Es evidente que este autor basa todo su pensamiento en torno al Estado en relación al periodo histórico y a la realidad que implicaba un fuerte proceso de estatización de la sociedad. Creo que es conveniente diferenciar estatización o sea, exceso de Estado con respecto al concepto mismo .
El Nuevo estado Industrial de John Kenneth Galbraith explica el proceso económico y social que hizo del Estado un agente importante para el funcionamiento de la economía. Para este economista, el modelo clásico liberal no refleja la realidad. El surgimiento de la tecnoestructura con una importancia cada vez mayor de la tecnología, la concentración en pocas empresas y la formación de oligopolios y monopolios son los elementos que definen a las economías de mercado. La planificación y el incremento del tamaño de las empresas complican la visión clásica de pequeños productores y de competencia perfecta. Los consumidores no tienen ya tanto poder para fijar precios, los costos altísimos que produce el desarrollo tecnológico hace que existan costos hundidos que son necesarios para el desarrollo de la empresa o sector. Son las grandes empresas que incluyen en el funcionamiento de los mercados y hasta condicionan su nivel o grados de competencia. El Estado aparece como un actor significativo, tanto en la promoción de políticas públicas como así tiene en el control social hacia esas grandes empresas.
Lo común a estas diferentes posturas es que se basan en una concepción inmanentista y materialista de los hechos sociales. Ambos autores, con sus diferencias no hacen sino establecer como principio de sus fundamentos al hombre y a la sociedad, esto es, una visión antropocéntrica. No hay realidad existente más allá de lo que el individuo percibe y define como real. No cambia si es individualista como Nock o si tiene elementos colectivistas como Galbraith. Ambos autores procuran hacer un análisis desde una concepción materialista.
2-La perspectiva Católica.
Se puede argumentar siguiendo lo expuesto por Pío XI que la misión de la autoridad consiste en estos cuatro verbos: dirigir, vigilar, urgir, castigar. Sin embargo, la autoridad no tiene la potestad de impulsar, de crear . Esto es que ella no ocupa el rol de órgano generador de energía . Todo lo contrario, la acción vital viene de la sociedad, del individuo, y a la autoridad corresponde dirigirla.
Tal como nos dice el Papa Pío XI,la autoridad no está facultada y no debe intervenir con todo su poder para sustituir a la acción vital, sino en el caso de que ésta languidezca o desfallezca .Pío XI es un defensor, frente al Esta de la autonomía individual hasta la autonomía regional. Recha de pleno toda idea estatista pero también las concepciones liberales extremas.
Es verdad, y lo prueba la historia palmariamente, que la mudanza de las condiciones sociales hace que muchas cosas que antes hacían aun las asociaciones pequeñas, hoy no las pueden ejecutar sino las grandes colectividades. Y, sin embargo, queda en la filosofía social fijo y permanente aquel principio, que ni puede ser suprimido ni alterado ; como es ilícito quitar a los particulares lo que con su propia iniciativa y propia industria pueden realizar para encomendarlo a una comunidad, así también es injusto, y al mismo tiempo de grave perjuicio y perturbación del recto orden social, avocar a una sociedad mayor y más elevada lo que pueden hacer y procurar comunidades menores e inferiores ( Encíclica Quadragessimo Anno)
Por otra parte, el Papa León XIII argumentaba que la propiedad privada es constitutiva del ser humano. No sería posible una sociedad justa , equitativa y ordenada si se desconoce este principio básico de la vida social de los hombres. Dedúcese de aquí también que la propiedad privada es claramente conforme a la naturaleza.
Todos los seres humanos poseemos dones particulares que son propios a cada uno, y en base a esta diferencia se establece una sociedad con responsabilidades y roles diferentes. Las diferencias en las posesiones de propiedad reflejan dicha realidad.
Sin embargo, esto no justifica el exceso de lo privado por sobre la naturaleza social del hombre y el Bien Común. Cada don particular se desarrolla en función a la satisfacción privada pero también en su relación con los otros seres humanos. Lo particular tiene plena realización en los social y en la expresión del Bien Común.
Siguiendo a León XIII, es ciertísimo que así como en el cuerpo se unen miembros entre sí diversos, y de su unión resulta esa disposición de todo el ser, que bien podríamos llamar simetría, así en la sociedad civil ha ordenado la naturaleza que aquellas dos clases se junten concordes entre sí y se adapten la una a la otra de modo que se equilibren. Necesita la una de la otra enteramente.( Encíclica Rerum Novarum)
La sociedad humana posee una unidad orgánica interna. No es una masa de individuos sin cohesión, ni tampoco una máquina que funcione por puro automatismo. Se concibe, por el contrario, como un cuerpo crecido y maduro, que tiende, bajo el gobierno de la Providencia y mediante la colaboración de los diversos órganos que la forman, a conseguir los eternos fines de la civilización humana. Existen, como ya mencionamos, diferencias naturales entre aquellos que forman e integran la sociedad y la unidad respeta tales diferencias. La autoridad del Estado no es una estructura homogeneizadora de las diferencias, ni mucho menos reduce las particularidades, sino que las direcciona a los fines principales del Bien Común.
De este punto y tal como fue planteado por León XIII, la autoridad y por consiguiente el Estado, están estrechamente vinculados a la naturaleza social del hombre. El ser humano para poder cubrir sus necesidades y exigencias necesita de reunirse y formar parte de una sociedad. Sin ella sería imposible la supervivencia. Es un ser individual pero también interdependiente y social.
De esta condición se desprende que una muchedumbre no puede gobernarse a sí misma. Las decisiones sobre los aspectos que involucran al conjunto de los hombres no pueden resolverse sin la presencia de una autoridad que dirija y gestione los intereses de la comunidad. La autoridad estatal cumple dicha función.
Ahora bien, que exista una diferencia entre gobernantes y gobernados con su respectivo orden jerárquico, no justifica de ningún modo a formas políticas absolutistas y totalitarias.
De ahí que el Estado no está por “arriba” de orden moral que rige al mundo; y son los conceptos de deber, virtud y conciencia los que sostienen su autoridad, más que la severidad de las leyes o la amenaza de los castigos. La civilización se apoya en las leyes inmutables del derecho y de la justicia, y el primado de éstas es el fundamento más firme de los Estados.
El papel de la existencia de un orden moral independiente del Estado nos lleva a fundamentar la importancia significativa que tienen los principios de la Doctrina Católica con respecto a ese orden moral. Estos principios son el fundamento de todo orden político y normativo, ellos brindan una guía, son un faro que ilumina el recto camino de la autoridad. Permiten a los ciudadanos evaluar si la autoridad, las leyes y toda la estructura estatal están obrando según los principios del orden moral. Fijan un límite externo a la discrecionalidad política.
En resumen:
- El derecho de propiedad privada fué otorgado por la naturaleza, o sea por el mismo Creador, a los hombres, ya para que cada uno pueda atender a las necesidades propias y de su familia.
- Los hombres deben tener cuenta, no sólo de su propia utilidad, sino también del Bien Común.
- La autoridad pública, guiada siempre por la ley natural y divina e inspirándose en las verdaderas necesidades del Bien Común, puede determinar lo que es lícito o ilícito a los poseedores en el uso de sus bienes. Sin embargo, el Estado no puede ni tiene el derecho de abolir la propiedad privada.
En palabras de León XIII, el derecho de propiedad individual emana no de las leyes humanas, sino de la misma naturaleza; la autoridad pública no puede, por tanto, abolirla; sólo puede atemperar su uso y conciliado con el bien común.
Leonardo Olivieri
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