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¿Por qué los católicos provida debieran luchar por una vida más elevada y profunda?

Ser católicos provida es ser provida humana, provida intelectual, provida cultural y provida litúrgica

¿Por qué los católicos provida debieran luchar por una vida más elevada y profunda?, un artículo de Peter Kwasniewski para LifeSiteNews

Traducido por Beatrice Atherton para MR

Cuando las personas en el mundo escuchan la expresión “provida”, por lo general piensan en un solo y único tema: el aborto. Cuando los cristianos escuchan “provida,” amplían la definición a aquellos que se oponen al asesinato de los seres humanos en todos los niveles, ya sea en el útero, en la infancia o en el lecho de muerte. Cuando los católicos escuchan la expresión, un matiz más debiera estar presente: aquel que toma en cuenta no solo los peores abusos de la libertad humana, sino también las causas más sutiles de la mentalidad anti-vida, tal como el hedonismo sexual, el feminismo, la anticoncepción, la mentalidad divorcista y el ausentismo de los padres.

Todo esto es verdad hasta cierto límite. Sin embargo, ser provida es más que esto. Las raíces son más profundas y las ramas se extienden más allá.

Ya que el hombre es un animal racional, la vida humana es necesariamente una vida racional, es decir, no puede ser vivida sin algún componente intelectual. Toda persona está bien o mal educada. Nadie que alcance la adultez puede evitar tener su mente formada de alguna manera, para mejor o para peor: estar en contacto con las verdades naturales y elevadas por el Evangelio, o sufriendo de ignorancia y envenenado con errores. A veces, tal como sabemos, la verdad y el error, el conocimiento y la ignorancia están mezcladas confusamente. La calidad de nuestra vida intelectual, su resonancia con la verdad primordial que es Dios, no es incidental a nuestro florecimiento como creaturas hechas a Su imagen y semejanza.

Los periodos más saludables de la historia humana han sido aquellos nutridos por una verdadera visión de Dios y del hombre, con el Dios-hombre Jesucristo en su centro; mientras que los más dañinos movimientos sociales – pensando en los duros y suaves totalitarismos de la era moderna – tienen sus raíces en los errores filosóficos que se esparcen como una enfermedad contagiosa.

No podemos darnos cuentas de nuestro potencial humano o ser cristianos maduros a menos que cultivemos nuestra vida intelectual en las grandes disciplinas, desde la literatura a la filosofía, desde las ciencias empíricas a la reina de todas las ciencias, la sagrada teología. Ser un provida visionario es ser un pro-vida intelectual.

Dado que el hombre es racional, también es cultural.

No solo siente, piensa y conoce, también imagina aquello que no es y construye un mundo alrededor suyo con sus manos. Trae a la existencia obras de arte, desde humildes hogares a gloriosos templos, desde muebles y utensilios a mosaicos que cubren domos. Es arquitecto y constructor, poeta y cantante, pintor y escultor. Así como la vida intelectual es ineludible, así también lo es la vida cultural. No podemos evitar estar construyendo nuestro mundo, y lo haremos hermoso o feo, afirmando la vida o negándola. Nuestras artes darán testimonio y darán forma corporal a los nobles ideales o a los bajos apetitos que nos guían.

Ciertas civilizaciones paganas produjeron una elevada forma de arte a partir de una sublime visión de la armonía del cosmos y de la nobleza del hombre. En las esferas latinas y bizantinas, la civilización cristiana superó los mejores logros de los paganos. La civilización anticristiana y postcristiana se ha hundido por debajo del nivel tanto de los paganos como de los creyentes, mientras se reduce a baratijas turísticas producidas en masa, a la parodia sin humor y a una autoindulgencia nihilista. Esto, sin embargo, es un medio ambiente hostil para la verdad natural y cristiana. En las bellas artes y en las artes útiles, la Sabiduría construye por sí misma un hogar en la tierra. Sin la inspiración de una verdadera visión artística, nos cansamos en nuestro viaje, no podemos ver nuestro camino adelante. Es como abolir el sol, la luna y las estrellas. Ser provida en plenamente, es ser provida cultural. Una buena cultura emerge y celebra creativamente, y sostiene dinámicamente el amor de la vida humana.

La actividad de la persona humana más elevada es volcar su mente y corazón a Dios, su primer principio y su último fin, y para adorarle: “Te adoramos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos y te damos gracias por tu gran gloria,” como cantamos en el antiguo himno del Gloria. Adoramos a Dios no solo porque somos seres necesitados que buscan las cosas buenas de Él o el alejamiento de los males, sino por sobre todo Su amor, porque Él es la soberana Verdad, Él es el sumo bien; es bello y sumamente adorable. Para adorar a Dios en espíritu y en verdad, como Él lo merece y como hemos sido hechos para hacerlo, debemos recurrir a todos nuestros recursos espirituales y corporales, ofreciendo todo lo nuestro y toda la creación a Su celestial trono. La adoración religiosa es una conversión solemne y pública a Dios, que se origina en nuestra naturaleza intelectual y se expresa en el lenguaje de la cultura, el vocabulario de las artes en todas su inmensidad y grandeza. La adoración litúrgica es esto mismo cuando su actor principal es Jesucristo, que ofrece y es ofrecido junto con Su Cuerpo Místico que es la Iglesia: “Por él, con él y en él, a ti, Dios Padre todopoderoso, en la unidad del Espíritu Santo, todo honor y toda gloria por los siglos de los siglos. Amén.” Si el hombre, animal racional y el constructor de la cultura, sigue su inclinación natural y sobrenatural, encontrará siempre su camino hacia el umbral del templo y entrará por sus puertas con regocijo, poniendo su sacrificio sobre el altar con y por su Señor.

Esta es la razón de porqué para ser provida, en su sentido más profundo, es ser provida litúrgica. Como el Concilio Vaticano Segundo dice sobre el bautizado:

“Participando del sacrificio eucarístico, fuente y cumbre de toda la vida cristiana, ofrecen a Dios la Víctima divina y se ofrecen a sí mismos juntamente con ella.»

Lumen Gentium §11

“(…) la Liturgia es la cumbre a la cual tiende la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo la fuente de donde mana toda su fuerza.”

Sacrosanctum Concilium §10

La fuente de donde mana toda su fuerza…La fuerza para recibir a los hijos, para amarlos en la Iglesia, para velar por ellos a lo largo de los años; la facultad para valorar a cada persona humana, saludable o enferma, sana o discapacitada, consciente o en estado de coma, embriológica o anciana; la capacidad para construir una cultura de la vida, una cultura de la belleza, una cultura del intelecto consagrado a la verdad, todo esto fluye desde los Santos Misterios. Sin la liturgia de la Iglesia, no conseguimos captar la infinita dignidad que Dios nos ha otorgado en Cristo. Nos privamos del encuentro de carne y hueso con la Fuente de la Vida, la Vida encarnada, la Vida derramada por la vida eterna.

Entendido correctamente entonces, el movimiento provida es provida humana, provida intelectual, provida cultural y provida litúrgica. Cuando vemos este movimiento en su toda su amplitud y profundidad, vemos los requisitos previos de nuestra visión, el alcance de nuestra lucha, la fuente de nuestra fuerza y el destino glorioso de nuestro empeño.

Peter Kwasniewski

*Nota de edición: La fotografía pertenece al artículo original publicado por LifeSiteNews. MarchandoReligion declina toda responsabilidad

Puedes leer este artículo en su sitio original en inglés aquí: https://www.lifesitenews.com/blogs/comprehensively-pro-life/

Nuestra sugerencia de lectura para este artículo

Ya se encuentra a la venta el libro del Profesor Kwasniewski, «La verdadera obediencia en la Iglesia: Guía de discernimiento para tiempos recios», que puedes adquirir aquí


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Profesor Peter Kwasniewski: (Chicago, 1971) Teólogo y filósofo católico, compositor de música sacra, escritor, bloguero, editor y conferencista. Escribe regularmente para New LiturgicalMovement, OnePeterFive, LifeSiteNews, yRorateCaeli. Desde el año 2018 dejó el Wyoming CatholicCollegeen Lander, Wyoming, donde hacía clases y ocupaba un cargo directivo para seguir su carrera como autor freelance, orador, compositor y editor, y dedicar su vida a la defensa y articulación de la Tradición Católica en todas sus dimensiones. En su página personal podrán encontrar parte de su obra escrita y musical: https://www.peterkwasniewski.com/