A las puertas de la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, Manuel Cuevas nos lleva a un recorrido histórico que nos hará preguntarnos que sentido tiene la Cruz de Cristo hoy en nuestra vida
«Cargar la cruz», Manuel Cuevas-Miles Christi
La Iglesia Católica va a celebrar la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz en memoria de la recuperación de sus reliquias por el emperador romano Heraclio de manos de los Persas y que fue llevada triunfalmente a Jerusalén en el siglo VII d. C. El rey Cosroes II de Persia, en el 614 d.C. conquista Jerusalén y se llevó las reliquias de la Verá Cruz encontradas por Santa Elena, madre del emperador Constantino en el siglo IV.
El persa la colocó bajo su trono para burlarse y humillar a los cristianos pero en el 628 el emperador Heraclio logró derrotarlo y recuperó la Cruz y la llevó de nuevo a Jerusalén el 14 de septiembre de ese mismo año, con una procesión del emperador y el patriarca de Jerusalén, Zacarías, la llevó a través de la ciudad. Desde entonces, ese día quedó señalado en los calendarios litúrgicos como el de la Exaltación de la Vera Cruz
El cristiano tiene una particular devoción a este símbolo de vida y redención, donde Cristo mismo ofreció su vida para salvarnos, y contra los argumentos de quienes desconocen de historia, y de Sagrada Escritura se menciona en más de 80 veces la palabra «cruz» y sus derivados.
El término griego de «cruz» (σταυρός) es stauros, algunas sectas cambian la Escritura y ponen «madero de tormento» otro ejemplo es que en lugar de «crucificado» ponen «fijado en el madero”. Inventando y agregando palabras traicionan al texto original griego. Pero aun así, su misma Biblia manipulada les sigue gritando su error:
(Tomás dijo): A menos que vea en sus manos la impresión de los clavos y meta mi dedo en la impresión de los clavos… (Jn 20,25).
Por encima de su cabeza fijaron el cargo contra él, escrito: “Este es Jesús el rey de los judíos” (Mt 27,37)
La Biblia dice que en sus manos había clavos y que el letrero estaba encima de la cabeza… es decir Cristo tenía los brazos abiertos, con al menos un clavo en cada mano, y el letrero encima de la cabeza; mientras que ellos, contradiciendo el dato bíblico dibujan al Señor puesto en un poste, con un solo clavo atravesando ambas manos (juntas una encima de la otra), y el letrero encima de las manos. Otro texto: Lc 23,33 dice que a su derecha y a su izquierda pusieron a los ladrones: la palabra δεξιων (=a su derecha) deriva de δεξιά que significa precisamente «mano derecha»… Entonces, se nos está insinuando que Jesús tenía las manos extendidas hacia los lados. Lo mismo nos dice, indirectamente, Jn 21,18 donde Jesús predice la forma de muerte de Pedro, que fue por crucifixión… le dice extenderás las manos, no dice «brazos». Y difícilmente podría decirse que extendería las manos si ellas debieran permanecer juntas.
La crucifixión romana era una estructura formada por dos piezas: un poste llamado “Stipites” y un travesaño llamado “Patibulum”.
Los pies del ejecutado iban en el poste y los brazos en el travesaño. Así se formaban una crux, con el poste (Stipites) y travesaño (Patibulum) unión de las dos partes: una Cruz.
En la Biblia aparece sólo 5 veces la palabra “madero” (xilon), pero con ello se indica el tipo de material, no la forma que tenía, ya que el uso de «cruz» (estaurós) es prácticamente unánime.
Un punto a resaltar respecto de la crucifixión, cuando los romanos colocan un «Titulus», que según las costumbres de los Romanos y de acuerdo a la historia y arqueología, era una tabla o tablilla en las que se escribía el delito del condenado a muerte, para servir de escarmiento y mantener la «Pax Romana» en todo el Imperio y donde tenían influencia y dominación, como fue el caso de Judea y Palestina en tiempos de Jesús.
Este «Titulus» era colgado en el cuello del reo a muerte o llevado por delante de él, como un aviso y para que todo el mundo viera el delito imputado, ¿Qué decía el «Titulus» de Jesús? los 4 Evangelios coinciden prácticamente en lo escrito, el más representativo quizá sea el Evangelio según San Juan (Jn 19,19) que dice «Pilato por su parte escribió y puso sobre la cruz este rótulo: «Jesús el Nazareno, El Rey de los Judíos». Muchos judíos leyeron la inscripción, porque donde Cristo fue crucificado era un sitio cercano a la ciudad; y estaba escrito en hebreo, en latín y en griego.
El Evangelio de Mateo (Mt 27,37) dice; «Sobre su cabeza pusieron la causa de su condena: «Este es Jesús, el rey de los judíos».
El Evangelio de Marcos (Mc15, 26) es el más escueto, dice; «La inscripción con la causa de su condena decía: “El Rey de los Judíos».
Por último el Evangelio de Lucas (Lc 23,38) dice: «Había también una inscripción sobre El, en letras griegas, latinas y hebreas: «Este es el Rey de los judíos»».
Como vemos los cuatro Evangelios mencionan el uso de un «Titulus» o inscripción y los cuatro hacen referencia a que es a Jesús a quien condenan a muerte por ser «Rey de los Judíos» incluso los fariseos querían que Pilatos, quien al parecer escribió la inscripción, la borrara y cambiara, pero Pilatos se negó diciendo “Lo escrito, escrito está» (Jn 19,22).
Que significa entonces las siglas INRI, son las letras iniciales de lo que tenía el «titulus» sobre la cabeza del Señor al momento de la crucifixión, y son de la frase en latín que dice «Jesús Nazareno Rey de los Judíos, IESUS NAZARENUS REX IUDAEORUM.
Es un dato que es importante, porque la pena capital a la que fue sometido Jesús, era por ser el rey de los Judíos, el Mesías, el hijo de Dios, lo que implícitamente es reconocer que lo mataban los judíos y los romanos, porque Jesús se decía Dios mismo, según los judíos solo Dios es Rey del pueblo de Israel, y la expresión «Rey de los Judíos», tanto como la de «Hijo de Dios» equivalen a reconocer su divinidad por parte de Jesús.
Bueno y todos estos datos ¿de qué nos sirven hoy a los cristianos? ¿El símbolo de la cruz qué relación tiene en mi vida?
La respuesta nos la da N. S. Jesucristo de forma contundente “Si alguno quiere venir en pos de mí que se niegue a sí mismo, TOME SU CRUZ Y ME SIGA, porque quien quiera salvar su vida la perderá; pero quien la pierda por mí la encontrará”.
Es contundente la respuesta que nos da el Señor, debemos tomar nuestra cruz, debemos aceptar la carga y esa es la única forma de seguirlo, aceptando la voluntad divina sobre nuestras vidas, el tomar la cruz que ha sido destinada para cada uno de nosotros, y que a ejemplo de Cristo la llevemos hasta las últimas consecuencias.
Y en estos tiempos en que vemos tanta división y apostasía dentro de la misma Iglesia nos preguntamos, realmente habremos entendido el mensaje del Señor Jesús?, Acaso no debemos los católicos ser luz del mundo y sal de la tierra? No me cabe duda que la única forma de ser fieles a Dios en estos momentos es aceptar nuestra cruz y llevarla, pero eso no significa quedarnos callados ante las injusticias, ante las herejías, ante el pecado, llevar la cruz es algo que odia el mundo pues le recuerda a todos que se han apartado del Señor y que lo han crucificado, que quien ose llevar su cruz es un reproche para esas almas infieles que se contentan con la tibieza o que han entregado su alma al enemigo malo.
Quien lleva la cruz debe saber que será humillado, afrentado, que recibirá golpes y calumnias, será excluido e injuriado, pero acaso no lo dijo el mismo Cristo “bienaventurados vosotros cuando os insulten y os persigan y os calumnien de cualquier modo por mi causa, alegraos y regocijaos porque vuestra recompensa es grande en el cielo, que de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros” (Mt 5,11-12), en estos tiempos en que los lobos vestidos de ovejas asolan el rebaño de la Iglesia no debemos dejarnos engañar por ideologías modernistas y engañosas que se disfrazan de buenismo y falsa misericordia y que abogan por la unión de religiones, la ecología , el relativismo que permite aceptar el pecado y la ofensa a Dios para no lastimar a las personas
¡NO, LO QUE IMPORTA ES LA SALVACIÓN DE LAS ALMAS!
Los buenos Cardenales, Obispos y Sacerdotes hoy parece que se cuentan con la mano, y los poderes del infierno pretenden avasallar a la Iglesia de Cristo, pero lo que no entienden es que ellos son del bando perdedor, que por mucho que hagan la Iglesia Católica permanecerá incólume pues creemos en la promesa de Cristo “et porta inferí non praevalenbunt adversum eam”. (Mt 16,18)
El discípulo no puede ser más que el Maestro y si a Cristo lo torturaron y crucificaron, no solo debemos esperarlo, sino incluso desearlo, pedir que seamos perseverantes y fieles en la prueba, que no claudiquemos, que no seamos como aquellos que lo abandonaron en el Calvario.
En este próximo Sínodo de la Iglesia se viene un ataque frontal a la fe y a la revelación dada por Dios mismo, los falsos pastores se están regodeando porque creen que ha llegado su tiempo y van a abogar por permitir la apostasía dentro de la misma Iglesia, no han sabido tomar su cruz y darán cuenta de ello, y nosotros también si no tomamos nuestra cruz, si no damos testimonio y declaramos abiertamente que Cristo es el único Señor del universo, que ha muerto y resucitado por nosotros ,si no defendemos la fe entregada la doctrina católica seremos llamados a cuentas aunque solo quede un grupo pequeño de fieles una resistencia al mal es necesario afrontar los problemas, luchar contra la herejía y el pecado aunque no será fácil es lo que se tiene que hacer, finalmente aceptemos cargar la Cruz que Dios ha dispuesto para cada uno de nosotros.
No cargar la cruz equivale a desconocer el sacrificio redentor de Cristo a negarlo delante de los hombres y no hay cristiano sin cruz hermanos, debemos entenderlo y vivirlo, aunque en ello nos vaya la vida, pues quien la pierda por Cristo la ganará.
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI.
Manuel Cuevas
¿Y Vds. creen que tiene sentido hoy en día cargar la cruz de Cristo? Les animamos a ello y les invitamos a leer el siguiente artículo recomendado: «Adán y Eva exisitieron o son un mito?
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