tradicionalistas franceses

Los tradicionalistas franceses nos muestran cómo recuperar nuestras iglesias

Los católicos tradicionalistas franceses han actuado para recuperar las iglesias en una fase más decisiva de resistencia contra las injustas determinaciones de la autoridad temporal como eclesiástica.

Los tradicionalistas franceses nos muestran cómo recuperar nuestras iglesias cuando las cierran los obispos, un artículo de Peter Kwasniewski para LifeSiteNews.

Es fácil entender algunas de las malas decisiones que se tomaron en los primeros meses del brote del COVID-19. No sabíamos cuán perjudicial iba ser o cuán rápido se difundiría, y si nuestras facilidades médicas se verían sobrepasadas. Sin embargo, con el paso del tiempo las estadísticas se conocieron mejor y llegamos a ver bastante más claramente…o mejor dicho, que cualquiera que se tomara el tiempo para pasar por encima de la narrativa de los medios de comunicación unificados como el Pravda, se da cuenta de que estamos tratando con algo así como una severa temporada de gripe comparable a muchas otras epidemias que han ido y venido en el pasado. El COVID-19 es una enfermedad con una baja fatalidad si se eliminan los casos de comorbilidad. Por lo tanto, incluso si deseamos olvidar el Confinamiento 1.0 como la reacción en pánico a lo que no estaba preparado, el mismo espíritu no debiera extenderse al frio cálculo detrás del Confinamiento 2.0, que está bien encaminado en un buen número de países europeos y ahora en algunas diócesis estadounidenses.

Los obispos tienen la responsabilidad dada por Dios de aplicar su razón para evaluar la seriedad de los riesgos, mientras al mismo tiempo preservan y promueven los bienes esenciales de la vida cristiana, que incluye el culto litúrgico y la recepción de los sacramentos. Estos no solo son indispensables para la santificación de los individuos, lo cual es una razón suficiente para mantenerlos, pase lo que pase; sino que también son necesarios para suplicar la asistencia y el perdón divino.

Requeriría un peligro mucho más grande que cualquier cosa que hayamos visto para tener que legitimar restricciones de larga data al culto y a los sacramentos. Nada puede garantizar su simple cancelación. Es injusto, tout court, que las iglesias se cierren en contra de los fieles, que las Misas sean eliminadas, que las Confesiones o la extremaunción se disminuyan o no estén disponibles, que la Adoración sea suspendida, y etc, etc. Mucho ha sido escrito sobre esta materia y no se necesitan más comentarios aquí.

Lo que yo más bien quiero enfatizar es la necesidad de los católicos, tanto laicos como clérigos, de moverse a una fase más decisiva de resistencia contra las injustas determinaciones ya sea de la autoridad temporal como eclesiástica. La tumultuosa historia después del Concilio Vaticano Segundo nos ofrece modelos. En una entrevista pronto a aparecer en Rorate Caeli, Christian Marquant, el director de Paix Liturgique, habla de dos que ocurrieron en Francia:

“La resistencia católica no había sido completamente asfixiada, sin embargo, eso no era una razón para que sus oponentes detuvieran sus persecuciones. En todas partes, por la calumnia o incluso por la fuerza, ellos hicieron todo lo que estaba en su poder para entorpecer las Misas, los catecismos, las escuelas. Paradójicamente, y contrario a todos los principios del Vaticano II de promover el laicado, este deseo de erradicar vino del clero y atacó a las personas. De hecho, los historiadores y los sociólogos han notado que el rechazo a las novedades conciliares fue esencialmente un fenómeno laico y popular. El pueblo católico no se las estaba tomando con calma. Dos importantes eventos populares impactaron a la Iglesia de Francia durante este periodo. Primero, en 1977, el asalto a San Nicolas du Chardonnet por una multitud de fieles parisienses siguiendo a Msgr. Ducaud-Bourget. Estaban molestos y cansados de asistir a Misa en salones arrendados. Posteriormente, cerca de Versailles en 1987, hubo una reacción de los parroquianos de Saint Louis du Port Marly quienes se negaron a permitir que su comunidad fuera asesinada. Los habían desalojado de su iglesia y las puertas habían sido tapiadas…y ellos simplemente derribaron las puertas para poder volver a entrar.»

Este último evento en particular merece ser mejor conocido entre los católicos de todas partes. La parroquia católica de Port Marly, a veinte millas de París, había mantenido la Misa Tradicional en latín después del Vaticano II. Cuando el sacerdote párroco murió, el obispo intentó imponer la Misa nueva en francés. Las personas ocuparon la iglesia, rechazaron darle la bienvenida al nuevo pastor y mantuvieron a un sacerdote de los suyos para continuar la Misa Tradicional. El obispo tomó represalias e hizo que fueran 50 oficiales de policía y se tomaran la iglesia de vuelta, golpeando y sacando de los bancos a hombres, mujeres y niños. Luego la policía selló las puertas de la iglesia con bloques de cemento.

Dos semanas después, para el Domingo de Ramos de 1987, 3000 tradicionalistas regresaron a la iglesia en procesión. Un grupo de hombres con un ariete rompió los bloques de hormigón y los fieles tomaron posesión de la iglesia. “Si la policía viene para desalojarnos de nuevo”, dijo Francis Tommy-Martin guardia de seguridad en la iglesia, “podemos tener a más de 500 personas en las calles e menos de una hora.” A pesar de una relación continuamente inestable con la Diócesis de Versailles, la comunidad tradicional de Port Marly se mantuvo firme hasta el presente y, en años recientes, se estableció como parroquia bajo el cuidado del Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote.

Este es el video completo de ese memorable Domingo de Ramos de 1987. El segmento durante el cual la procesión llega a la iglesia y el ariete echando abajo las entradas bloqueadas pueden verse aquí:

Este video es un recordatorio de lo mal que se pusieron las cosas en Francia (y en casi todas partes, excepto quizá en Campos, Brasil) después del Concilio Vaticano Segundo, y el coraje y fuerza de la leal resistencia. Tal como los leales católicos de la Vendée se opusieron a la Revolución en Francia, así los leales católicos franceses resistieron la “revolución en tiara y capa”, y así debemos hacerlo en nuestros días.

La estafa del COVID-1984 nos ha pillado bastante desprevenidos para la rápida toma del poder de las autoridades civiles y eclesiásticas, que se dieron cuenta de la oportunidad de oro para superar el populismo y el tradicionalismo nacientes. Necesitamos aprender rápidamente e implementar sin temor, los métodos más prácticos de aquellos que han tenido éxito en el pasado contra todo pronóstico.

Peter Kwasniewski

*Nota de edición: La fotografía pertenece al artículo original publicado por LifeSiteNews. MarchandoReligion declina toda responsabilidad

Puedes leer esta artículo sobre los católicos tradicionalistas franceses en su sitio original en inglés: https://www.lifesitenews.com/blogs/french-traditionalists-show-us-how-to-take-back-our-churches-when-closed-by-bishops

Nuestra sugerencia de lectura para este artículo

https://marchandoreligion.es/2020/05/la-transmision-de-la-misa-en-vivo/


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Profesor Peter Kwasniewski: (Chicago, 1971) Teólogo y filósofo católico, compositor de música sacra, escritor, bloguero, editor y conferencista. Escribe regularmente para New LiturgicalMovement, OnePeterFive, LifeSiteNews, yRorateCaeli. Desde el año 2018 dejó el Wyoming CatholicCollegeen Lander, Wyoming, donde hacía clases y ocupaba un cargo directivo para seguir su carrera como autor freelance, orador, compositor y editor, y dedicar su vida a la defensa y articulación de la Tradición Católica en todas sus dimensiones. En su página personal podrán encontrar parte de su obra escrita y musical: https://www.peterkwasniewski.com/