Continuamos con la propuesta que nos ofrece D. Vicente Ramón, conocer la vida de los grandes Santos para intentar que la nuestra sea también un mirar a Cristo diariamente.
«San Juan de Ávida», Rev. D. Vicente Ramón Escandell
1. Biografía
Juan de Ávila nace en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) hacia 1499 y muere en Montilla (Córdoba) el 10 de mayo de 1569. Desarrolló su actividad apostólica especialmente en el sur de España, por lo cual se le llama el Apóstol de Andalucía.
No sólo en vida, sino también después de su muerte, con sus cartas, pláticas,
sermones y escritos, llenos de unción evangélica, ha influido poderosamente en
la historia de la espiritualidad española y universal.
Fue canonizado por Pablo VI el 31 de mayo de 1970. Pío XII lo nombró patrono
del clero secular español el 2 de julio de 1946. El papa Benedicto XVI lo
proclamó doctor de la Iglesia el 7 de octubre de 2012.
2. Evangelio
Yo doy la vida eterna a mis ovejas (Jn 10, 27-30)
En aquel tiempo, dijo Jesús:
«Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano.
Lo que mi Padre me ha dado es más que todas las cosas, y nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre.Yo y el Padre somos uno».
3. Comentario al Evangelio
La figura del Pastor tiene una fuerte raigambre en el mundo antiguo, como imagen del guía y custodio del pueblo. Ya los faraones de Egipto se presentaban a sí mismo como pastores de su pueblo, y más tarde el propio rey de Israel era presentado como el “pastor” del Pueblo Elegido; con el tiempo, esta figura sirvió para designar a los líderes religiosos de Israel, contra quienes el profeta Ezequiel lanza duras invectivas por su infidelidad y sus abusos sobre su pueblo. En este contexto, Jesús se designa a sí mismo como “pastor”, como aquel en quien se cumplen las promesas hechas por Dios por boca del profeta Ezequiel que, frente a la traición de los pastores humanos, anuncia el advenimiento de Dios como único Pastor y Guía de su Pueblo. Él es el pastor definitivo del Pueblo de Dios que conduce a sus ovejas a pastos de vida eterna, y que ejerce su misión hasta el extremo, hasta la entrega de su propia vida por todas y cada una de ellas. Él las alimenta, las cobija y las conduce al Padre, a quien pertenecen en última instancia, y a cuyo seno han de volver. En Jesús Dios mismo conduce a su pueblo a la salvación, superando la imperfección de toda mediación humana que, en la historia de Israel, ha demostrado su infidelidad y su falta de entrega a la obra salvadora del Padre.
4. Reflexión
La Iglesia sabe (…) que su misión, aunque pertenece por su naturaleza y sus fines propios al campo religioso y moral, situada en el más allá y en la eternidad, penetra plenamente en el corazón de la historia humana[1], proclama el Siervo de Dios Pío XII.
La Historia, decían los antiguos, es magister vitae, “maestra de la vida”, pero para los cristianos es algo más: es un espacio de encuentro entre Dios y el hombre, un ámbito de revelación divina para aquellos que la contemplan desde la fe. Por ello, desde siempre ha sido un lugar teológico, un referente para la comprensión de devenir de la Iglesia que, como realidad humana, peregrina por el tiempo hacia el encuentro con el Señor. En ese devenir, en los acontecimientos que han conformado la historia de la Iglesia, encontramos acontecimientos y personajes en los cuales la mano de Dios se hecho, de un modo especial, presente entre los hombres. Uno de estos personajes es san Juan de Ávila, hombre de Dios y de Iglesia, que vivió un tiempo de crisis y de renovación, que supo conjugar a la perfección tradición e innovación, refutando las ideas que hacían peligrar la unidad de la Iglesia, pero, al mismo tiempo, extrayendo de su rica tradición los mejores elementos para su reforma y renovación. No acudió el Maestro Ávila al ingenio de los hombres, a doctrinas revolucionarias ni demagógicas, sino a la misma fuente de la nuestra fe, a la Revelación, contenida en la Escritura y la Tradición; en ellas encontró a Cristo y a través de ellas predicó a Cristo, proponiendo una renovación en continuidad con el pasado, pero revitalizándolo, haciéndole recuperar toda su fuerza y su luminosidad, para instaurar todas las cosas en Cristo. La liturgia, la predicación, la catequesis, el sacerdocio y la santidad fueron los grandes temas de la predicación avilista, centrada en el misterio de Cristo y de la Iglesia, contenidos en la Divina Revelación, a cuyo estudio dedico tantas horas de su vida que, en palabras de un contemporáneo, si se perdieran los libros aún quedaría el Maestro Ávila para mantenerla viva entre los hombres.
Por ello, nadie mejor que él para ser proclamado Doctor de la Iglesia, titulo reservadísimo por ella, y que muy pocos santos poseen; ya que su doctrina no se limita a una escuela, a una nación o a una orden, sino que, por estar centrada en los grandes tesoros de la Iglesia (la Revelación, la Eucaristía y el Sacerdocio) tiene un alcance universal, no limitado por nación, sexo o estado de vida. Así pues, demos gracias a Dios por tener por a este gran santo, contemporáneo de grandes santos, y cuyo anhelo más grande fue servir a Cristo, a la Iglesia y a las almas, no ahorrándose trabajos, sufrimientos y dolores, en coherente identificación con Cristo, Sumo y Eterno Sacerdote.
Testimonio de los Tradición
San Ireneo de Lyon (c. 130 – c. 202)
“Del mismo modo que el sol, creatura de Dios, es uno e idéntico en todo el mundo, así también la predicación de la verdad brilla en todas partes e ilumina a todos los hombres que quieren llegar al conocimiento de la verdad.”
Contras las herejías, L. I, 10, 1-3
Oración
Señor y Dios nuestro, tú eres nuestro Pastor, guíanos por
el sendero de la vida, danos el alimento de tu Palabra y de la Eucaristía, e
imitando el ejemplo de los que nos han precedido, y no anteponiendo nada al
amor de Cristo, preparemos el advenimiento de tu Reino. Por Jesucristo, nuestro
Señor. Amen.
[1] Discurso al X Congreso Internacional de Ciencias Históricas (7-IX-1955)
Rev. D. Vicente Ramón Escandell Abad
Esperamos que este artículo sobre la San Juan De Ávila les sirva de modelo en su vida. Les invitamos a quedarse en nuetra sección de:
Les recordamos que pueden seguirnos en las siguientes redes sociales:
*Se prohíbe la reproducción de todo contenido de esta revista, salvo que se cite la fuente de procedencia y se nos enlace.
NO SE MARCHE SIN RECORRER NUESTRA WEB
Marchandoreligión no se hace responsable ni puede ser hecha responsable de:
- Los contenidos de cualquier tipo de sus articulistas y colaboradores y de sus posibles efectos o consecuencias. Su publicación en esta revista no supone que www.marchandoreligion.es se identifique necesariamente con tales contenidos.
- La responsabilidad del contenido de los artículos, colaboraciones, textos y escritos publicados en esta web es exclusivamente de su respectivo autor