Es fundamental cuidar las relaciones familiares en el hogar, detalles como la cortesía son fundamentales para la buena convivencia
Relaciones familiares en el hogar: La Cortesía
EL HOGAR CRISTIANO: UNA GUÍA PARA LA FELICIDAD EN EL HOGAR
Celestino Strub, O.F.M.
Traducido por Augusto Pozuelos
Efecto de las palabras amables
La historia la cuenta el autor de “El hombre que no era nadie”, acerca de un hombre que nunca pensó en tener una palabra amistosa para su esposa y su familia. Un amigo le llamó la atención sobre el hecho. Le dejó claro cómo estaba actuando y el efecto que estaba teniendo en sus seres queridos, aunque éstos nunca se quejaban. Escuchó lo que su amigo tenía que decir y estuvo de acuerdo en que tenía razón. Prometió empezar a mejorar ese mismo día.
Esa noche se fue a casa como un hombre cambiado. Saludó a su esposa e hijos; no dijo nada sobre los negocios y las preocupaciones del día; en la mesa de la cena dirigió la conversación. En todos los sentidos fue sumamente considerado. Una vez terminada la comida, llegó a ponerse un delantal para ayudar a secar los platos. Cuando su esposa vio eso, se derrumbó.
«¿Qué pasa?» el exclamó.
«Oh, todo ha salido mal hoy», respondió, «y para rematar el clímax, llegas a casa borracho». Su conducta fue tan afable, tan diferente de lo que había sido, que parecía haber una sola explicación plausible, es decir, que estaba borracho.
La cortesía: el manto de la caridad
Si alguno de mis lectores se viera obligado a admitir que su conducta pasada se ha parecido a la del hombre de esta historia, estoy seguro que también, sin duda, decidirá reformarse. Porque sólo es necesario señalarlo para que uno se dé cuenta que las pequeñas atenciones, los pequeños cumplidos, las pequeñas palabras de agradecimiento, aliento, consuelo y alegría son indispensables, tanto dentro como fuera del hogar.
Por mencionar solo un ejemplo, ¿no deberíamos tener un alegre buenos días, un amable adiós, una agradable palabra o sonrisa de bienvenida y un cordial buenas noches, para los miembros de nuestra familia, así como para nuestros amigos y conocidos? Es muy cierto que la cortesía no es la esencia de la caridad. Tal como la practican las personas mundanas, es una virtud puramente natural, y a veces se usa como un manto para una disposición muy poco caritativa.
Pero puede volverse sobrenatural (a través de los sacramentos de la Iglesia Católica), y el hecho de que a veces sea mal utilizado por los hombres malos no es motivo para que los buenos lo desprecien. Debido a su parecido exterior, la cortesía bien podría ser el envoltorio de la caridad. Y es tanto lo que esta envoltura se convierte en la reina de todas las virtudes, que la caridad nunca parece más graciosa, nunca se muestra con mejor ventaja, que cuando se viste con el encantador manto de la cortesía cristiana.
EL HOGAR CRISTIANO: UNA GUÍA PARA LA FELICIDAD EN EL HOGAR.
Celestino Strub, O.F.M. (Relaciones familiares en el hogar: La Cortesía)
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