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Políticamente ¿correctos o incorrectos?

Nuestro articulista nos habla de la situación de nuestros prelados, del papel de los laicos y a todo ello surgen una pregunta, si somos políticamente correctos o incorrectos. No seamos marionetas en manos desaprensivas

Políticamente ¿correctos o incorrectos? Un artículo de Alberto Mensi

Muchas veces pienso que debo ser muy tonto o me toman por un soberano tonto. Esto me pasa cuando me quieren vender un guiso de rata diciéndome que es un sabroso plato de pavita, y encima me argumentan: mira que los grandes cocineros del mundo han saboreado este exquisito plato.

Y yo debo decir: ¡qué rico y sabroso que es! ¿Cómo no me di cuenta antes?

Este absurdo tan evidente en la cocina, no lo es tanto cuando se trata de cosas de la Iglesia.

Es que la evidencia se puede perder por la falta de formación, por la abulia de hacer lo que hacen todos, por temor al que dirán o por un falso concepto de obediencia, tipo obediencia debida kantiana.

Esto que parecería de un cuento de ciencia ficción lo tenemos muy a menudo

Entonces en lugar de cristianos deberíamos llamarnos marionetas clericales, marionetas de aquellos que todo el tiempo están hablando del momento del laicado

Toda mesa para poder sostenerse requiere de 3 patas, y nuestra Fe también se sostiene sobre 3 patas:

la Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio eclesiástico.

El punto de la evidencia al que me refiero no está en ninguno de los dos primeros sino en el tercero.

Están los prelados que dicen: lo que yo digo es lo que dice el Magisterio por lo tanto si me obedecen a pie juntillas obedecen al Magisterio.

Esto que en líneas generales podría tomarse como pasable, se vuelve indigerible cuando vemos que en realidad lo que dicen es: Yo decido lo que quiero y hago lo que quiero, y como soy parte del Magisterio esto lo deben obedecer como obediencia al Magisterio de la Iglesia.

Como decía un personaje de historietas detectivescas: están poniendo el carro delante del burro. Simplemente han dado vuelta el argumento para adecuarlo a su uso y conveniencia.

¿Y cómo sería el burro delante del carro?

Pues muy sencillo: el depósito de la Fe de nuestra Santa Madre Iglesia está conformado por los contenidos de los libros canónicos de la Biblia, a ello se suma la Sagrada Tradición de la cual San Vicente de Lerins dice que es “aquello que ha sido creído en todos los lugares, siempre y por todos quod ubique, quod semper, quod ob omnibus creditum est)”y finalmente el Magisterio de la Iglesia instituído por el mismo Cristo nuestro Señor que custodia este depósito sagrado.

Por lo tanto puedo responderles a esos prelados egocéntricos que acataré todo lo que me digan siempre que esté conforme a la Sagrada Escritura, a la Tradición y a lo que el Magisterio de la Iglesia ha enseñado siempre.

Porque el mismo San Pablo ha dicho: “aun cuando nosotros mismos, o un ángel del cielo os predicase un Evangelio distinto del que os hemos anunciado, sea anatema” (Gal. 1, 8).

La razón de ser de los sacerdotes y obispos es ser dóciles instrumentos de Dios para apacentar al rebaño de Dios, no para esquilmar las ovejas, para usarse de ellas, para hacer su voluntad.

Deben hacer la voluntad de Aquel que es el dueño del rebaño, como tenemos infinidad de ejemplos de pastores que dan su vida por sus ovejas.

Por eso tenemos el derecho de ser llevados a pastos verdes y fuentes cristalinas, pero también tenemos el derecho de no ir a pastos envenenados, a fuentes estancadas o a lugares de lobos.

Tenemos todo el derecho de decirles, a la cueva del lobo no me llevarás, del agua estancada no he de beber, los malos pastos no he de comer.

Entonces ¿debemos ser políticamente correctos o incorrectos?

Si por política consideramos el arte de buscar el Bien Común de la Polis, debemos ser políticamente correctos.

Si por política se entienden las artimañas de aquellos que usan del poder para su beneficio o para seguir los dictados de moda de las logias, entonces SER POLÍTICAMENTE INCORRECTOS ES UN DEBER DE CONCIENCIA.

Y en esto debemos tener bien en claro que DEFENDER LA FE NO ES REBELDÍA, como a veces algunos pastores mercenarios nos quieren etiquetar. Es fidelidad a nuestro bautismo, es coherencia con las promesas bautismales. Por eso cuando es evidente, no debemos seguir al pastor que en realidad es un mercenario y se apacienta a sí mismo.

Que la Madre del Divino Pastor nos dé la Sabiduría, paciencia y mansedumbre necesarias hoy día.

Por eso no podemos dejar de nuestras manos el Santo Rosario, por eso debemos hacer nuestra Consagración al Inmaculado Corazón de María y procurar delicadamente vivirla día a día, sabiendo que Ella no se deja ganar en generosidad.

Alberto Mensi

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Author: Alberto Mensi
Alberto Antonio Mensi (13 julio 1955) Egresado del Liceo Militar Gral. San Martín Profesor de Filosofía Profesor de Ciencias Sagradas Diplomado Universitario en Pensamiento Tomista (Universidad FASTA) Recibió el espaldarazo caballeresco como Caballero de María Reina el 15 de agosto de 1975 Maestro Scout y Formador Scout Católico Casado con María Pía Sernani Padre de cuatro hijos Abuelo de cinco nietos (por ahora)