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Filosofía en la universidad Belga (II)

Continuamos observando lo que sucede en Europa y en sus universidades, con los ojos puestos en la universidad Belga

Filosofía en la universidad Belga (II). Un artículo de Miguel Toledano

La semana pasada ofrecimos en Marchando Religión a nuestros lectores una panorámica inicial de la introducción a la filosofía que los estudiantes de ciencias reciben en una universidad católica belga.

En aquella ocasión el recorrido comenzó en Grecia (cómo no), si bien advertimos un vacío descomunal de más de milenio y medio, haciendo aterrizar al pobre licenciando en farmacia en las movedizas arenas de la duda metódica cartesiana y en los no menos farragosos fangos de la obsesión racionalizante de Kant.

En esta semana nos proponemos completar la presentación de ese programa de estudios por lo que se refiere a su segunda parte, esto es, los tres últimos capítulos de los siete que abarca toda la asignatura.

Como seguidamente desarrollaremos de forma breve, que permita al interesado en la filosofía conocer el actual enfoque académico de la cuestión, el recorrido vuelve a hacer interactuar los siglos diecinueve y veinte, sin sanarse por tanto las deficiencias de base ya señaladas hace siete días.

Pasemos, no obstante, a exponer esa panoplia de escuelas, más o menos contemporáneas, que los esforzados alumnos han de preparar para superar su examen final y lograr sus anhelados tres créditos en juego.

Se denominó neovitalismo a una corriente filosófica moderna -nosotros la llamaríamos ideología- que, reflexionando sobre la ciencia de la biología, señaló la gran diferencia existente entre la materia orgánica y la inorgánica. Esto nos parece de sentido común. El alemán Juan Adolfo Eduardo Driesch argumentó que el determinismo cartesiano y mecanicista típico de la física y la química no es aplicable a los seres vivos, pues la materia orgánica posee una fuerza vital o entelequia (término prestado de Aristóteles) que le permite completarse. Sin embargo, nos parece que el alma y el arbitrio humano quedan diluidos en esta corriente.

Sus compatriotas Schleiden y Schwann formularon la teoría celular, considerando la célula como el más pequeño elemento capaz de mantenerse con vida y, al mismo tiempo, destacando cómo la célula surge, a través de procedimientos químicos, a partir de elementos inorgánicos.

La genética molecular ha demostrado que el ADN sirve de puente entre las leyes mecánicas de la materia inorgánica y la biología de la orgánica, lo que abre el paso a que la nanotecnología imite la naturaleza produciendo máquinas que se comportan cada vez más como seres vivos y se asemejan a ellos.

Por lo que se refiere a la teoría de la evolución de las especies de Lamarck y Darwin, dio lugar al hiperliberalismo de Spencer en el que los seres humanos compiten entre sí y la selección natural determina los que sobreviven; y también auspició la eugenesia de Galton, en el que artificialmente se elimina a los individuos inferiores.

Hacia 1935 apareció la ecología y su teoría del ecosistema o sistema con capacidad de autorregulación que el hombre habría venido a alterar durante esta época “antropocena”. No nos extendemos sobre esta teoría porque esta todos los días en la televisión (y últimamente también en los documentos vaticanos, no sólo en los del presente pontificado).

En 1943, el comunista Georges Canguilhem publica su “Ensayo relativo a lo normal y lo patológico”, modificando a partir de ese momento el enfoque de la medicina. Con ello se propone dar una importancia científica a la experiencia del enfermo, que la práctica sanitaria del siglo XIX, una vez mas de carácter determinista, había minusvalorado (Claude Bernard).

Christopher Boorse elabora un concepto de salud y de enfermedad tratando de huir de consideraciones subjetivas: la salud es la ausencia de enfermedad, mientras que la enfermedad es el funcionamiento biológico estadísticamente subnormal con relación a la especie de una parte del organismo.

Por su parte, Lennard Nordenfelt se aparta de esta concepción parcial de la patología (centrada en una parte del organismo), volviendo a la concepción holística de Canguilhem (el organismo entero del enfermo). Para ello, formula el concepto de capacidades – de primer orden y de segundo orden:

Las capacidades de primer orden constituyen las finalidades vitales de un individuo, las acciones que gozando de buena salud puede realizar. Las capacidades de segundo orden son las facultades humanas que permiten al individuo alcanzar las capacidades de primer orden. Sobre estas capacidades de segundo orden se ha de centrar la acción sanitaria.

En conclusión, cabe decir que la biología y la medicina serán analizadas por los diferentes maestros de Lovaina y por sus jóvenes oyentes del curso 2020-2021 desde una perspectiva más amplia que la pura técnica de la administración farmacéutica.

Mas, a modo de ver de quien suscribe, el título de Introducción a la Filosofía le queda grande a esta asignatura. Es preferible al silencio total; también lo es a la conversión de la rama en una materia optativa; finalmente, se agradece que el enfoque dé una cierta preferencia a las ciencias naturales, puesto que al fin y al cabo nos hallamos en una facultad dedicada al medicamento.

Pero es una pena que la gran filosofía realista, la obra cumbre del entendimiento humano que de Aristóteles a Santo Tomás de Aquino edificó toda una civilización incorporando a los fundamentos de la razón la elevación por la fe no se transmita a las nuevas generaciones de científicos.

Y también es una pena porque, como decía Pasteur, “un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia acerca a Él”.

Miguel Toledano Lanza

Domingo vigésimo cuarto después de Pentecostés, 2020

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Author: Miguel Toledano
Miguel Toledano Lanza es natural de Toledo. Recibió su primera Comunión en el Colegio Nuestra Señora de las Maravillas y la Confirmación en ICADE. De cosmovisión carlista, está casado y es padre de una hija. Es abogado y economista de profesión. Ha desempeñado distintas funciones en el mundo jurídico y empresarial. Ha publicado más de cien artículos en Marchando Religión. Es fiel asistente a la Misa tradicional desde marzo de 2000. Actualmente reside en Bruselas. Es miembro fundador de la Unión de Juristas Católicos de Bélgica.