¡Vamos a sorprenderles», ¿Saben Vdsl que que el aborto no es un derecho en Kentucky? Nuestro corresponsal nos acerca a esta información y nos cuenta algo muy interesante y es que la Constitución de Kentucky empieza con una acción de Gracias.
El aborto no es un derecho en Kentucky, un artículo de Miguel Toledano
Kentucky es uno de esos estados federados incluidos en el llamado “Cinturón de la Biblia” de los Estados Unidos de América; la mitad de su población es protestante y la inmensa mayoría considera la religión como algo muy importante en su vida.
Ello no es óbice para que, cada año, más de tres mil niños sean eliminados en el seno de sus madres. Comparado con el caso español, puede parecer poco, pero se trata del 6{a28caa5256ef5c99ad8018d288d4660307d817b265b2401469694a7ea8a1dee6} de los embarazos, cifra aún nada desdeñable.
El pasado día 10, su cámara baja adoptó por aplastante mayoría (71-21) un proyecto de modificación constitucional que supondría declarar que el aborto no es un derecho.
Aún debe este proyecto superar el umbral de aprobación reforzada de tres quintos en la cámara alta, antes de ser sometido a referéndum de la población en otoño de este año, pero ambos pasos resultan probables en el estado del pasto azul.
La modificación añadiría a la carta magna del territorio, que data del año 1891, un artículo 26A, con el siguiente tenor:
“Con el fin de proteger la vida humana, nada en esta Constitución será interpretado como garantía o protección de derecho al aborto o necesidad de financiación del aborto”.
Dicha inclusión cerraría la declaración de derechos constitucionales, que es la primera de las secciones de tal norma suprema, antes de que ésta pase a acometer, en su restante articulado, la distribución de los poderes del gobierno.
La constitución de Kentucky comienza, en efecto, con una acción de gracias a Dios Todopoderoso.
De entre los derechos reconocidos como inherentes e inalienables, que hacen a los hombres, por naturaleza, libres e iguales, el derecho a la vida y a la libertad ocupa el primer lugar, seguido por el derecho a confesar a Dios Todopoderoso de acuerdo con el dictado de la conciencia, el derecho a buscar la seguridad y la felicidad, el derecho a comunicar libremente pensamientos y opiniones, el derecho a la propiedad, el derecho de asamblea y el derecho a llevar armas.
No entramos aquí a valorar, en profundidad, la correspondencia de estas previsiones con el derecho cristiano, toda vez que nos estamos centrando fundamentalmente en la modificación relativa a la cuestión del aborto. No obstante, dejamos únicamente apuntado que la libertad religiosa (ese “derecho a confesar a Dios Todopoderoso de acuerdo con el dictado de la conciencia”, que dice la constitución de Kentucky), así como la libertad de expresión (“el derecho a comunicar libremente pensamientos y opiniones” proclamado en la misma carta magna) son de carácter liberal y revolucionario, lejanísimos por consiguiente a la unidad religiosa propia de la doctrina política católica.
En definitiva, y volviendo a la cuestión principal que acometemos hoy, esta iniciativa jurídica no elimina el aborto, pero supone un nuevo jalón en su limitación, además de una medida de contención en el avance terminológico de la revolución (el aborto “no es un derecho”).
Kentucky es ya el cuarto estado con menor tasa de abortos en toda la nación federal. Desde 1992, el número de abortos en dicho territorio sureño se ha reducido a la tercera parte de lo que era entonces. Pero, al tiempo, se seguirán enviando almas al limbo, con o sin modificación constitucional.
Miguel Toledano
Domingo tercero de Cuaresma, 2020
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