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Catolicismo y Política. Sobre la Cosmovisión Indigenista

En este artículo tocaremos el tema de la cosmovisión indigenista y su influencia en la sociedad actual. La apertura hacia estas cosmovisiones plantea una cuestión importante para la doctrina católica. El indigenismo promueve la existencia de otros dioses diferentes al Dios verdadero. Aceptar esto implica relativizar la misión salvífica de Jesucristo como único Señor y Rey verdadero.

Catolicismo y Política. Sobre la Cosmovisión Indigenista. Un artículo de Leonardo Olivieri

En estos últimos años se registró la consolidación de formas de concebir a la sociedad, al mundo y hasta lo religioso fundadas en ideas indigenistas. La vuelta a la naturaleza y el ecologismo ideológico, como así también el renacer del concepto del “buen salvaje” como modelo de hombre antagónico a la cultura occidental, son formas presentes en la mayoría de los discursos sociales críticos. Incluso ha llegado a la Iglesia católica de la mano de actual pontífice Francisco I por medio de la preocupación por las cuestiones ambientales y el acercamiento a las culturas de los denominados pueblos originarios, como ejemplo basta nombrar al Sínodo para la región Pan-amazónica.

El indigenismo plantea varias disyuntivas que van desde la relación del hombre con la naturaleza, las desigualdades y la diversidad socio-cultural, el descubrimiento y colonización por parte de las potencias europeas, una crítica al modo capitalista de organizar la económica e incluso toca al cristianismo como religión de muchos pueblos y naciones.

Lo que se plantea es una concepción de hombre, sociedad y de Dios muy distinta a lo que entiende el catolicismo. No entraremos en detalles aquí sobre estos temas, pero sí nos interesa reflexionar sobre como el indigenismo penetró en la Iglesia y es funcional a un proceso de re-significación de los fundamentos de la fe católica.

Hoy se habla de que la iglesia debe ser inculturada, ya anunciada por Juan Pablo II en su Encíclica Slavorum Apostoli. Esto implica que el Evangelio debe mezclarse el acervo cultural de los pueblos, esto incluye a todas las manifestaciones culturales y artísticas formadas por las tradiciones, costumbres y hábitos que se van transmitiendo de generación en generación. Por lo tanto desde esta perspectiva el Evangelio se interpreta en base a la cultura predominante de un pueblo en cuestión. Lo cual llevaría a que la Verdad evangélica sea plural y diversa, ya que se manifestaría bajo condiciones culturales y simbólicas específicas de cada pueblo. El indigenismo sería ya fuente de interpretación de la Verdad. Al fin y al cabo, la Verdad absoluta, común e inmutable sería una abstracción que necesita para realizarse una interpretación simbólico-cultural.

Pero vayamos al indigenismo como cosmovisión-ideológica y sus postulados. En la primera declaración de Barbados de 1971 se fijaron los lineamientos de una perspectiva crítica sobre la conquista y al colonial en el que continuaban viviendo las poblaciones indígenas de América Latina. Por un lado, desarrollando argumentos de crítica hacia los gobiernos latinoamericanos, y por el otro lado, defendiendo lo indígena. Pero también, se hizo hincapié en responsabilidad de las misiones religiosas como instrumentos de colonización y opresión. La institución religiosa fue señalada como otra responsable de la imposición de criterios y patrones ajenos a las sociedades indígenas. Las misiones religiosas deberían superar los mecanismos de catequización, colonización y europeización ejercidas hacia las poblaciones indígenas; para ello, se hace necesario poner fin a las acciones de evangelización existentes entre diversas confesiones religiosas, que sólo habían generado etnocidio o connivencia con el genocidio.

La obra evangelizadora de las misiones religiosas en la América Latina corresponde a la situación colonial imperante, de cuyos valores está impregnada. La presencia misionera ha significado una imposición de criterios y patrones ajenos a las sociedades indígenas dominadas, que bajo un manto religioso encubren la explotación económica y humana de las poblaciones aborígenes. El contenido etnocéntrico de la actividad evangelizadora es un componente de la ideología colonialista……En virtud de este análisis llegamos a la conclusión de que lo mejor para las poblaciones indígenas, y también para preservar la integridad moral de las propias iglesias, es poner fin a toda actividad misionera.(Primera Declaración de Barbados).

Estos principios expuestos ya son aceptados por una gran parte de la jerarquía eclesiástica. La conversión ecológica y la aceptación de las supersticiones indígenas como miradas teológicas implican un giro importante. En líneas generales esta visión propone la búsqueda de un solo ideal de hermandad humana que esté por encima de los credos religiosos y reconociendo que la pluralidad religiosa es una condición que hay que aceptar. Se propone una idea de dialogo y de un “caminar juntos” en donde todos los actores participantes y con sus distintas creencias forman parte de una verdad, que es el resultado de esta interacción y dialogo.

El indigenismo tiene un trasfondo político y social. Promueve una forma alternativa de desarrollo económico fomentando el colectivismo de la propiedad, la posición del Estado como garante de las diversidades culturales y como máxima autoridad secular. Según la Primer Declaración de Barbados, el Estado tiene la obligación de garantizar a todas las poblaciones indígenas el derecho de su identidad, de ser y permanecer ellas mismas según sus costumbres y desarrollando su propia cultura. Asimismo, las sociedades indígenas tienen derechos anteriores a toda sociedad nacional y es por ello que el Estado debe reconocer y garantizar a cada una de las poblaciones indígenas la propiedad de su territorio registrándolas debidamente y en forma de propiedad colectiva, continua, inalienable y suficientemente extensa para asegurar el incremento de las poblaciones aborígenes.

En resumen, el indigenismo nos plantea que no es posible un Evangelio único, con verdades inmutables y trascendentes, comunes a todos los hombres y al cual deben converger las diferentes culturas (como construcciones humanas). Todo lo contrario, se debe abandonar toda idea de Verdad Evangélica a favor de la diversidad y pluralidad de verdades. Se diluyen contenidos concretos y objetivos en pos de interpretaciones culturales desde la diversidad. Es entonces desde el inmanentismo tanto de carácter humanista como cultural, en donde se debe buscar a ese “dios” común. Sin dogmas, sin verdades absolutas, sino con apertura y bajo las formar de una fraternidad humana universal.

Todo intento de buscar la Verdad trascendente, de plantear la existencia de una única doctrina y de una sola Iglesia genuina, vienen consideradas como formas de carácter opresivo y colonizador. El centro ya no es la unidad natural del hombre con Dios, sino la búsqueda de la libertad y la lucha entre opresor-oprimido. Jesucristo ya no es el único y verdadero Rey, sino es un ejemplo de “bondad” y tolerancia, una figura abstracta que puede ser representada e interpretada bajo modalidades culturales diversas. La idea de “caminar juntos” no implica llegar a la meta final que perseguía San Pablo, sino que constituye la construcción de una verdad plural.

En síntesis: el Indigenismo plantea

1) No existe un Dios único y verdadero

2) Jesús es reducido a una simple figura abstracta, un mero ejemplo de valores humanos de bondad, tolerancia, misericordia

3) Se promueve el inmanentismo religioso.

4) Al no haber un único Dios verdadero, tampoco hay una Doctrina inmutable, trascendente y única. Toda creencia es, por lo tanto, verdadera.

5) La verdad es el resultado de un camino constante de dialogo en la diversidad y no de evangelización y conversión.

6) Se fomentan valores humanistas como la fraternidad, el respeto y la tolerancia, la casa común (ecologismo). Estos principios forman parte de un discurso que pretende constituirse como base de toda concepción religiosa.

7) Querer permanecer en obediencia a una única Verdad y seguir siendo católico será considerado como intolerante, reaccionario y anacrónico.

Leonardo Olivieri

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Author: Leonardo Olivieri
Tradicionalista Catolico, Licenciado en Ciencia Potitica por la Universidad de Buenos Aires, posgrados en ecomonia e integracion regional. Además músico.