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Cómo enseñar a los hijos el significado de la sexualidad

Llegado el momento a todos los padres les toca hablar con sus hijos sobre el significado de la sexualidad, en este artículo el autor nos propone tres grandes temas que nos servirán para tratar católicamente el tema

Cómo deberían los padres cristianos enseñar a sus hijos sobre el significado de la sexualidad, un artículo de Peter Kwasniewski para LifeSiteNews

La conversación sobre “los pájaros y las abejas” que los padres necesitan tener con sus hijos en diferentes formas y según los diferentes tiempos de maduración, siempre será un desafío. Sin embargo, los padres cristianos tienen varias cosas a su favor. Primero, la gracia del estado matrimonial, el cual los apoya en todo lo que ellos deben hacer. Segundo, el simple hecho de que la verdad del asunto, tal como viene de la mano de Dios, ya es buena, apropiada y hermosa, incluso si está también marcada por los efectos de la Caída.

Cuando sea el momento propicio a los niños más pequeños se les puede hablar algo como esto:

Existe un tipo especial de abrazo solo para los esposos y esposas, las personas a quienes Dios ha unido en el matrimonio. Ellos se convierten en muy cercanos el uno con el otro, para mostrar cuanto ellos se aman el uno al otro y para decirle a Dios que ellos están abiertos a recibir de Él el regalo de un bebé, porque Él quiere darles el maravilloso regalo de otra persona para amar. Así que, a veces, Dios pone un bebé en el útero de mamita como un regalo de este especial abrazo. Así es como tú llegaste a estar aquí, y tus hermanos y hermanas también.

Más allá de esta comprensión germinal puede ser de gran ayuda para los padres pensar y discutir sobre sexualidad en términos de tres grandes temas: 1.- Adán y Eva; 2.- Cristo y la Iglesia; 3.- Los consejos evangélicos. Ciertamente no estoy sugiriendo que todo lo que sigue a continuación deba ser presentado de una vez pero, con el tiempo, estos diferentes aspectos pueden ser sacados a la luz uno a uno cuando la ocasión lo amerite.

1.- Cuando el primer hombre fue creado, estaba en un estado de original soledad, pero no de aislamiento ya que él estaba con Dios aunque aún sin un compañero “adecuado para él”, de su misma naturaleza, con él cual pudiera compartir una vida humana. El “hogar” natural del hombre es estar junto con otros que lo completan, además de las otras personas que proceden de esta unión. En efecto, el hogar está definido por esta conexión entre el primer hombre y primera mujer. La fecundidad es el bien natural fundamental que permite a la raza humana existir. En consecuencia, es también un bien sobrenatural porque permite a los cristianos construir la Iglesia añadiendo miembros a Cristo. Esta fertilidad de la naturaleza humana es una expresión de una generosidad y de una vida interior orientada al exterior, mediante la cual podemos tomar parte en la actividad creadora que es propia de Dios.

(2) La razón final por la que los dos sexos fueron creados, y la verdad oculta que representan todas las parejas humanas, es la perfecta y eterna unión de Cristo y la Iglesia (cf. Efesios 5). Con el fin de expresar Dios su perfecto amor por la humanidad, Él tenía que asegurarse primero que hubiera una relación que fuera comprensiva, generosa, fructífera y estable. Una vez que esto estuvo en su lugar, Él pudo señalarnos y decir: “Así es como es mi Amor, solo que mejor.” Desafortunadamente, este presagio creado de la Encarnación fue seriamente dañado por el pecado y continúa siendo muy dañado, pero no lo suficiente como para que la comparación carezca de sentido para nosotros, de lo contrario, nuestro Señor, San Pablo y San Juan no habrían sido capaces en absoluto de usarlo.

(3) Finalmente, estos dos puntos conducen al tercero. No es difícil observar cómo la verdad de que Cristo es el perfecto esposo y de que la Iglesia, en su gloria celestial y donde quiera que en la Tierra esta gloria se refleje en la vida de la gracia, es Su perfecta esposa, conducen directamente a la enseñanza católica sobre el celibato sacerdotal y la vida religiosa. El hombre que desea seguir a Cristo Sumo Sacerdote debería ser como Él al no estar casado con una esposa terrenal en particular, ya que a él se le permite compartir el matrimonio único de Cristo con Su esposa. El sacerdote es alter Christus: la imagen de Cristo Esposo. De manera similar, la mujer que desea pertenecer enteramente a este celestial Esposo debe ser Su Esposa y la de nadie más. Esta es la razón de porqué el estado de la virginidad consagrada es tan noble y privilegiado en la Iglesia. Esto no es meramente un deseo espiritual de pertenecer a Cristo, al cual todos debiéramos tener. Es una donación de uno mismo en su integridad, en cuerpo y alma, solo a Él, la mayor posible en esta vida.

Está claro que Cristo sacrificó muchos bienes por la vida humana (“el Hijo del Hombre no tiene donde reposar su cabeza”) con el fin de mostrarnos la urgencia y la plenitud de la salvación. Una vida consagrada, célibe o perpetuamente continente es un testigo consistente y constante de la “única cosa necesaria” elegida por María de Betania. Aunque muchas cosas que poseen una importancia relativa, hay solo una que importa absolutamente, y es si, después de la muerte, nuestra alma irá al Cielo (inmediatamente o después del purgatorio) o al infierno. No hay otros destinos más que estos dos, y la vida humana es exitosa cuando alcanza la vida eterna, y falla cuando pierde la felicidad eterna.

(Para leer más sobre estos temas, ver mi artículo: “Esto también revela a Dios: el sexo y el cuerpo en la teología católica.”)

Al enseñar a los niños desde el principio la belleza del matrimonio y de la familia como la belleza del llamado a la vida religiosa o del sacerdocio, se desenvuelve un contexto para la enseñanza de aspectos más específicos de la sexualidad y del cuerpo, los cuales entonces son capaces de ser visos en su significado pleno y apropiado. De esta manera, por un lado, uno evita los extremos de excesivos detalles anatómicos biológicos y por otro, un espíritu puritano de vergonzoso silencio o denigración.

La visión católica de la creación, redención y santificación nos ofrece un valioso medio.

Debería ser obvio que los niños deben ser protegidos de una exposición prematura a los males, o incluso a las cosas buenas a los que ellos no están todavía mental y psicológicamente listos para procesar. Esta es la razón de porqué los padres cristianos están, o pronto estarán, moralmente obligados a hacer homeschool a sus hijos: los sistemas educacionales del Estado están incrementando su compromiso con una sexualización militante basada en el hedonismo, relativismo y nihilismo, el cual destruye la inocencia y la pureza de los niños.

En mi próxima columna examinaré el complicado asunto de cómo hablar sobre los males sexuales, los cuales son, por desgracia, tan numerosos y “ruidosos” en nuestros tiempos que ellos no pueden ser ignorados completamente.

Peter Kwasniewski

*Nota de edición: La fotografía pertenece al artículo original publicado por lifesitenews. MarchandoReligion declina toda responsabilidad

Puedes leer este artículo, «Cómo enseñar a los hijos el significado de la sexualidad», en su sitio original en inglés aquí: https://www.lifesitenews.com/blogs/how-christian-parents-should-teach-their-children-about-the-meaning-of-sexuality

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Profesor Peter Kwasniewski: (Chicago, 1971) Teólogo y filósofo católico, compositor de música sacra, escritor, bloguero, editor y conferencista. Escribe regularmente para New LiturgicalMovement, OnePeterFive, LifeSiteNews, yRorateCaeli. Desde el año 2018 dejó el Wyoming CatholicCollegeen Lander, Wyoming, donde hacía clases y ocupaba un cargo directivo para seguir su carrera como autor freelance, orador, compositor y editor, y dedicar su vida a la defensa y articulación de la Tradición Católica en todas sus dimensiones. En su página personal podrán encontrar parte de su obra escrita y musical: https://www.peterkwasniewski.com/