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El pensamiento moderno y sus diferencias con la Tradición

Hoy trataremos de exponer las características básicas del pensamiento moderno. En los tiempos actuales nada escapa a esta manera de pensar. La economía, la política y las actividades sociales llevan impresa las concepciones modernas. Resulta por lo tanto fundamental empezar a cuestionarnos sus principios y retomar la senda de la Verdad.

El pensamiento moderno y sus diferencias con la Tradición. Un artículo de Leonardo Olivieri

Antes de empezar a desarrollar las características de este tipo de pensamiento, y a manera de introducción, podemos afirmar que el conjunto de ideas que caracterizan un momento histórico determinado establecen un nexo de identidad y conexión en cómo el mundo es percibido, se configura y se presenta ante el hombre. Es una cosmovisión, una manera de pensar al mundo y al mismo ser humano.

Ello tiene importantes consecuencias, ya que se establece una forma de concebir a la realidad social. Hay un tipo determinado de sociedad, de orden político, de conocimiento y una perspectiva antropológica de definición de ser humano. No es lo mismo la visión medieval del mundo que la liberal moderna.

Las ideas y la manera de pensar constituyen el soporte intelectual y moral sobre el cual se sostiene todo ordenamiento sociopolítico. Las leyes, los marcos institucionales,los sistemas políticos, son el reflejo de la manera como se piensa el mundo, la sociedad y el hombre.

A continuación desarrollaremos algunos elementos salientes de lo que comúnmente se denomina pensamiento moderno.

De manera general se entiende por pensamiento moderno a aquel que se manifestó en el siglo XVIII. Sin embargo sus orígenes se remontan en los comienzos de la fractura del pensamiento medieval en los siglos XV y XVI. Es en el Renacimiento donde empieza a forjarse la figura moderna del mundo que empezará a desarrollarse en los siglos sucesivos

Bajo la modernidad, la idea de Dios y su relación con el hombre sufre una resignificación más que importante. El hombre moderno rompe con Dios, declarando su muerte, dejándolo de lado y reduciendolo al interior de la propia conciencia subjetiva.

La libertad de conciencia pregonada por este tipo de pensamiento establece que la autoridad proviene del mismo hombre y las leyes emanan de la libre decisión y son creaciones del mismo ser humano. La religión queda fuera del Estado, no negando la existencia de Dios, pero sí lo diluye en un ser abstracto y como dijimos anteriormente, se lo recluye al interior de la conciencia.

Cada hombre tiene el derecho y la libertad de creer en lo que considera conveniente siempre y cuando esas creencias no vulneren las libertades de los otros y vayan en contra de las leyes. La religión sirve como una especie de consuelo y apoyo emocional, brindan contención pero no es fuente de valores trascendentes ni objetivos.

En la cosmovisión tradicional, la tutela en la que vivían los hombres, era ante todo de naturaleza religiosa. Sus fuentes directas eran la revelación divina, la tradición y el magisterio de una única iglesia. De esta manera,su origen era anterior a la sociedad de aquellos y a la vez sobrenatural. La mayoría de las críticas del pensamiento moderno se dirigen a la religión con el objetivo de subvertir la relación del hombre con lo divino, argumentando que la humanidad pueda tomar las riendas de su propio destino y no depender de una autoridad externa, eso se denomina autonomía.

Por otra parte, a diferencia del pensamiento moderno, en el mundo tradicional había una relación estrecha entre fe y razón. Para el ser humano era posible acceder al conocimiento de una Verdad objetiva por medio de la razón. Había una posibilidad de acceder al conocimiento de Dios, aunque de manera incompleta. La existencia de un mundo ordenado según pautas objetivas, imponían una perspectiva limitada a la libertad de conciencia. Si bien el ser humano, a diferencia de los animales, goza del libre albedrío ello no implicaba una visión antropocéntrica absoluta.

Con el pensamiento moderno todo esto cambia de manera radical. El conocimiento se fundamenta sobre dos elementos: la razón y la experiencia. Siendo ambas accesibles a todos los hombres. Es importante descargar que la razón adquiera una nueva resignificación entendida como herramienta de conocimiento y no ya como móvil de la conducta humana. Así también se posiciona como opuesta y antagónica a la fe, pero no así con respecto a las pasiones. Otro punto fundamental es que las pasiones también se emancipan de las obligaciones impuestas desde fuera.

Como mencionamos en los párrafos precedentes, el pensamiento moderno persigue la autonomía del hombre como principio fundamental de la propia naturaleza humana. El principio de autonomía cambia radicalmente tanto la vida del individuo como la de las sociedades. La lucha por la libertad de conciencia, que permite que cada quien elija su religión implica que no existe una única religión verdadera, sino que es una apreciación del interior de la conciencia.

La ruptura con la Verdad religiosa también influyó en la concepción del origen de las leyes y las instituciones políticas. Se abandona toda idea de la existencia de un. orden natural con sus leyes creadas por Dios. Los principios morales y las doctrinas encargadas de guiar y regular las conductas entre los hombres parten del principio de la aceptación de que es el ser humano la fuente del origen de las leyes que lo rigen. Esto mismo supone un cambio en la visión antropológica, implica aceptarlo en su integridad, tal como es, no tal como debería ser. Ya hemos mencionado que se libera a las pasiones de todo condicionante moral exterior.

La exaltación del hombre es entonces la base medular del pensamiento moderno. Pico Della Mirandola en su Oratio de hominis dignitate (Oración sobre la dignidad del hombre) precisamente pondera los valores espirituales, físicos e intelectuales de un hombre que se libera asimismo de toda atadura externa Lo que hace que el hombre sea superior a todo lo creado es su dignidad, la cual deriva de su capacidad intelectual. Dado que somos seres racionales y libres, somos dignos.

Para este autor,el hombre a diferencia de las cosas tiene una naturaleza indefinida. No pertenece a un mundo de elementos definidos ni de principios preestablecidos, es en cambio libertad, creatividad de «ser lo que quiere ser». Las cosas no humanas son al fin y al cabo, aquello cuyas leyes les determinan ser. El ser hombre, en cambio, consiste en ser lo que el hombre quiera, ya que está puesto bajo el principio del libre arbitrio. La elección a que hace referencia Piico Della Mirandola consiste en la elección de su forma de vida.

Es el hombre que se emancipa de toda fuente externa que le de sentido, o sea,de Dios, para ser completamente dueño de sí mismo, autónomo incluso para determinar su propia forma de vida. Ya no hay un orden natural, ni mucho menos trascendente que dirija las acciones de los hombres, sino es él mismo su propio creador.

Esta idea de » ser lo que se quiere ser» está presente en nuestros días y forma el postulado fundacional de las teorías feministas radicales y de género. La idea de que cada uno es libre de autopercibirse y obrar en consecuencia es la puesta en escena de lo expresado en el párrafo anterior.

Otro punto es la idea del interés egoísta o de la naturaleza egoísta del hombre. Esta visión. antropológica la encontramos en uno de los precursores del pensamiento económico de la modernidad, Adam Smith.

Para Smith,en su libro Teoría de los Sentimientos Morales, el hombre es naturalmente egoísta y es este egoísmo la base que posibilita la existencia humana. ara él, la moral es un “proceso de mercado”, un proceso evolutivo que se desarrolla a través de intercambios, y si hay intercambios, entonces, la relación entre lo que se entrega y lo que se recibe bien podría llamarse un precio. Serían, por ejemplo, de benevolencia por gratitud o magnanimidad por admiración.

En fin, se construye así un mundo relativista sujeto a los vaivenes de una vida con rumbo cambiante y en función de un subjetivismo exacerbado. El centro es esa libertad del hombre de ser lo que se quiere ser y percibir al otro desde los sentimientos de uno mismo.

Desde el punto de vista de lo político, el pensamiento moderno pregona un ordenamiento laico-secular. La fuente de legitimidad es el propio hombre y su decisión de lo que considera o no justo. Es la Ley creada por los mismos hombres la que determina los derechos y las obligaciones de cada persona. Lo moral, lo que es verdadero queda reducido al poder político fundamentado en las leyes y cuando mucho a una ética de conductas.

El enfoque es netamente material. El deber del Estado y de todo marco institucional es garantizar la libertad de la voluntad individual y una idea de felicidad puramente inmanente. El Estado es el encargado de coordinar los deseos individuales y evitar que las libertades subjetivas colisionen entre sí ( realmente difícil de lograr).

Al fin y al cabo,lo que representa este tipo de pensamiento es :

  • La muerte de todo orden metafísico y trascendente.
  • Sumido en un mundo materialista y relativista, es obviamente anticristiano al negar la existencia de principios y valores que sean independientes de la voluntad humana.
  • La idea de Dios es un constructo subjetivo- social. No hay un Dios verdadero o trascendente.
  • La existencia de valores morales propios de un orden natural son sometidos a la concepción voluntarista del pacto social y al imperio absoluto de la Ley.
  • La felicidad del hombre es puramente individualista, subjetiva,inmanente y material. Los deseos y las pasiones poseen el mismo estatus que la recta razón.

En próximos artículos trataremos sobre el humanismo ecologista, variante del pensamiento moderno pero que iguala al hombre con la naturaleza y el resto de los animales.

Leonardo Olivieri

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Author: Leonardo Olivieri
Tradicionalista Catolico, Licenciado en Ciencia Potitica por la Universidad de Buenos Aires, posgrados en ecomonia e integracion regional. Además músico.