¿Conocen la historia de Juan Diego? ¿Han acudido alguna vez o les gustaría hacerlo al Santuario de la Virgen de Guadalupe? Pueden hacerlo a través de este artículo
«El Santuario de la 5ª aparición de la Virgen de Guadalupe», Manuel Cuevas
Hoy celebramos el 488°aniversario de la aparición de la Virgen María Santísima en su advocación de Guadalupe.
El 12 de diciembre de 1531 se aparece al indio Juan Diego Cuauhtlatoatzin, un humilde macehual oriundo de Cuautitlán.
Él vivía con su tío Juan Bernardino en Tulpetlac,actualmente en el municipio de Ecatepec a unos 15 km al norte de Tlatelolco en la ciudad de México. Había criado a su sobrino, Juan Diego Cuauhtlatoatzin, al haber muerto los padres de éste y tras la muerte en 1529 de la esposa de Juan Diego, María Lucía.
Vivían en el pueblo de Tulpetlac, en ese tiempo cercano al lago de Texcoco y pegado a la zona de cerros y colinas que conforman la ahora llamada «Sierra de Guadalupe».
Desde ahí Juan Diego acudía al Convento de Santiago Tlatelolco a la instrucción y catequesis que daban los frailes franciscanos.
Fue en la humilde vivienda de Juan Bernardino donde la Virgen María hizo su primer milagro, de acuerdo al relato que nos da el «Nican mopohua» que nos narra todo lo que concierne al fenómeno guadalupano.
Ahí la Virgen María se presentó a Juan Bernardino y lo curó estando este muy enfermo y prácticamente agonizando.
Su sobrino Juan Diego había ido a buscar un sacerdote para que le administrara la Extremaunción.
Ya había tenido Juan Diego contacto con la Virgen en 4 ocasiones y la 5a fue en su casa pero a su tío enfermo a quien sanó para demostrar su amor y voluntad de ayudar al pueblo mexicano.
Se cree que en la aparición a Juan Bernardino, el tío enfermo de Juan Diego, Nuestra Señora usó el término azteca (nahuatl) de «Coatlaxopeuh«, el cual es pronunciado “Quatlasupe” y suena extremadamente parecido a la palabra en español Guadalupe, de ahí que quizá los españoles se les facilitó pronunciar con el familiar «Guadalupe» , el nombre nahuatl ·Coa· significando serpiente, ·tla· el artículo «la», mientras ·xopeuh· significa aplastar. Así Nuestra Señora se debió haber referido a ella misma como “la que aplasta la serpiente., recordando la profecía de Gen 3,15 y relacionándola con Ap 12,1.
Recordemos que entre los españoles ya había una advocación de la Virgen María de Guadalupe en Extremadura en Cáceres, pero se trata de una imagen de bulto, una talla en madera policromada y muy diferente a la imagen plasmada en la tilma del indio Juan Diego.
Así resulta que la Virgen María tiene una advocación en España en Caceres, en la región de Extremadura que fue venerada desde el siglo XIII y al ser conocida por muchos de los conquistadores y al oír el nombre en Nahuatl de la aparición mariana en México, por fonética nombraron igualmente Guadalupe a la advocación aparecida al indio Juan Diego.
El «Nican mopohua» nos narra como fueron las apariciones y los sucesos que se dieron entre la Virgen María Juan Diego y el obispo Fray Juan de Zumarraga, pero cabe resaltar que el primer milagro fue la curación del tío Juan Bernardino lo cual atestiguaron posteriormente a la aparición de la imagen de la Virgen María.
«Posteriormente al señalar el lugar donde la Virgen pidió que se erigiera su templo, quiso ir a ver a su a su tío encontrando que estaba muy contento y que nada le dolía. Se asombró mucho de que llegara acompañado y muy honrado su sobrino, a quien preguntó la causa de que así lo hicieran y que le honraran mucho. Le respondió su sobrino que, cuando partió a llamar al sacerdote que le confesara y dispusiera, se le apareció en el Tepeyácac la Señora del Cielo; la que, diciéndole que no se afligiera, que ya su tío estaba bueno, con que mucho se consoló, le despachó a México, a ver al señor obispo para que le edificara una casa en el Tepeyácac.
Manifestó su tío ser cierto que entonces le sanó y que la vio del mismo modo en que se aparecía a su sobrino; sabiendo por ella que le había enviado a México a ver al obispo. También entonces le dijo la Señora que, cuando él fuera a ver al obispo, le revelara lo que vio y de qué manera milagrosa le había sanado; y que bien la nombraría, así como bien había de nombrarse su bendita imagen, la siempre Virgen Santa María de Guadalupe.
Trajeron luego a Juan Bernardino a presencia del señor obispo; a que viniera a informarle y atestiguara delante de él. A entrambos, a él y a su sobrino, los hospedó el obispo en su casa algunos días, hasta que se erigió el templo de la Reina del Tepeyácac, donde la vio Juan Diego».
Eso narra el «Nican mopohua» y en el lugar donde se encontraba la casa de Juan Bernardino y Juan Diego se erige actualmente un templo que recuerda este primer milagro y protección de la Virgen María Santísima, Madre del verdadero Dios por quien se vive y que es lugar de peregrinaje para quienes van a la Basílica de Guadalupe.
Este templo pertenece a la Diócesis de Ecatepec, y muy cerca del lugar donde vivo, me toca hacer el recorrido a mi casa, al trabajo y a la Basílica de Guadalupe muy similar a lo que hizo San Juan Diego, espero que tengan oportunidad de visitarlo algún día además de acudir a la casita del Tepeyac y poder exclamar:
«Mi corazón en amarte eternamente se ocupe y mi lengua en alabarte madre mía de Guadalupe«.
Manuel Cuevas Ramírez.
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