Oración antes de la Comunión-MArchandoReligion.es

Una oración antes de la comunión para reforzar la fe en la Presencia Real

Según lo muestran algunas encuestas muchos católicos han perdido la fe en la Presencia Real de Cristo en la Eucaristía, en este artículo el Profesor Kwasniewski nos enseña una oración antes de la comunión que poder fácilmente aprender para acrecentar nuestra fe en la Eucaristía.

Esta oración antes de la comunión podría fortalecer la creencia en la Presencia Real, por Peter Kwasniewski para LifeSiteNews

Un clérigo ortodoxo oriental me escribió recientemente y dijo:

«La reciente encuesta que muestra la pérdida de fe (en la Presencia Real) de muchos en la Iglesia de Roma es un tanto preocupante. ¿Puedo sugerir esta oración para antes de la comunión usada tanto en las liturgias de la Iglesia Ortodoxa Oriental como Occidental sea adoptada por la Occidental Latina?» Y me citó la siguiente oración:

  “¡Oh, Señor! Creo firmemente y profeso que tú eres verdaderamente el Cristo, el Hijo del Dios vivo, que vino al mundo a salvar a los pecadores, de lo cuales yo soy el primero.

Acéptame como partícipe de tu cena mística ¡Oh, Hijo del Dios!, porque yo no revelaré los misterios a tus enemigos, ni te daré un beso como lo hizo Judas sino que, como el ladrón, te confieso.

Acuérdate de mí, Oh Señor, cuando llegues a Tu reino

Acuérdate de mí, Oh Maestro, cuando llegues a Tu reino

Acuérdate de mí, Único Santo, cuando llegues a Tu reino

Que la participación en tus Santos Misterios, Oh Señor, no sea para mí juicio o condenación, sino salud de mi alma y de mi cuerpo.

¡Oh, Dios!, ten misericordia de mí, un pecador.

Dios, límpiame de mis pecados y ten misericordia de mí.

¡Oh, Señor! Perdóname, porque mis pecados son innumerables.”

En algunas partes se añade el siguiente trozo:

“Creo también que esto que estoy a punto de recibir es verdaderamente tu Cuerpo más puro y tu Sangre dadora de vida. Por eso, ruego que tengas misericordia de mí y perdones mis transgresiones, tanto voluntarias como involuntarias, de palabra y de obra, cometidas con conocimiento o con ignorancia.

Y concédeme que pueda participar de tus Sagrados Misterios sin condenación para el perdón de todos mis pecados y para la vida eterna.”

Mi familia y yo nos familiarizamos primero con la más larga de las dos oraciones de arriba durante nuestro tiempo pasado en Austria desde 1998 hasta 2006, cuando asistíamos con frecuencia a la Divina Liturgia Bizantina. (Esta experiencia no solo fue buena y bella en sí, sino que resultó ser  de una inmensa importancia para mi comprensión y escritos sobre la liturgia, tal como, por ejemplo, puede ser visto aquí).

Decir esta oración varias veces a la semana hizo que se hiciera fácil para todos nosotros memorizarla y nos encontramos casi espontáneamente usándola privadamente también en la misa de Rito Romano, en el momento en que el sacerdote comulga o cuando vemos caminando a recibirla. Es más fácil rezarla durante la Misa Tradicional Latina porque hay un poco más de tiempo disponible para la oración entre la recepción de la comunión del sacerdote y la de los fieles.

Idealmente, de alguna manera, se podría tener esta maravillosa oración intercalada en el Rito Romano inmediatamente después de “Señor, no soy digno que entres en mi casa…,”. Sería un ejemplo de la mixtura de elementos Orientales y Occidentales, la pseudo-Bizantofilia, lo cual ya fue un gran problema en la reforma litúrgica y ha continuado generando unos extraños híbridos en Europa y en otras partes más. Una propuesta mejor sería simplemente recitar esta oración como parte de una oración personal, la cual es, después de todo, personal y no necesita estar limitada a ningún estilo o forma de oración.

En un artículo de OnePeterFive de 2014, recomendé a los padres enseñar esta gran oración a sus hijos como parte de la catequesis del hogar. Encontramos que esta oración, en el silencioso espacio antes de la comunión en la Misa Tridentina o incluso mientras caminamos a la comunión en el Rito Ordinario de la Misa, tiene una capacidad única de enforcar nuestra atención hacia el Señor. Cuando los niños eran más pequeños mi esposa o yo nos inclinábamos y decíamos la oración muy silenciosamente junto con nuestros hijos en el momento apropiado. Después solo fue necesario un recordatorio y podían rezarla por sí mismos.  Además, o alternativamente, se puede imprimir en una estampita y mantenerla en el misal o en el libro de oraciones.

Algunos cambios en la Iglesia pueden venir solamente desde arriba hacia abajo. Por ejemplo, retirar el gigantesco leccionario revisado y re-establecer el superior antiguo leccionario necesitará ser hecho por un futuro Papa. No es algo que tu párroco pueda hacer. Hacer obligatoria la postura hacia el oriente (ad orientem) para el culto o re-introducir más besos y genuflexiones en el altar, que son ejemplos de las prácticas tradicionales que enfatizan fuertemente la naturaleza sacrificial de la Misa y de la Presencia Real de Cristo en el altar, es, de nuevo, algo que debe venir de la jerarquía.

Pero algunos de los cambios que queremos ver tiene que partir de abajo hacia arriba más que ser impuesto desde arriba hacia abajo.

Los padres, el bajo clero, las hermanas y hermanos religiosos, los profesores de diferentes niveles son libres en este momento de ir inculcado conceptos y hábitos de oración que formen los cimientos de la fe ortodoxa en la transustanciación, en el sublime misterio de que nuestro Señor está real, verdadera y sustancialmente presente en medio de nosotros en el Santo Sacrificio de la Misa. Existen acciones fácilmente posibles de hacer en que lo sagrado de la misa lleguen a ser más sensible: el uso, por ejemplo, de la música sagrada y del silencio. Pero por sobre todo, el rito antiguo de la Misa puede ser re-introducido sacerdote por sacerdote, altar por altar, iglesia por iglesia. Aquel rito que fue lentamente formado a través de los siglos como una perla se forma alrededor del grano de la Presencia Real.

Por estos días no tenemos que esperar que el Papa o un consejo o asamblea de obispos nos diga cómo arreglar el problema de la falta de fe en Eucarística en la Iglesia. Podemos comenzar a hacerlo nosotros mismos, inspirados por el Espíritu Santo a través del cual la Palabra se hizo carne y que a través de Él se extiende este misterio en el corazón de cada Misa.

Peter Kwasniewski

Puedes leer este artículo en su original en inglés aquí: https://www.lifesitenews.com/blogs/this-prayer-before-communion-might-strengthen-belief-in-the-real-presence

En este artículo podrás saber algo más sobre otra de las encuestas que nos dicen que muchos no creen ya en la Presencia Real. Aprendamos esta hermosa oración antes de la comunión y que nuestro amor por la Eucaristía aumente cada día.

https://marchandoreligion.es/2019/08/catolicos-estadounidenses-y-presencia-real/

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Profesor Peter Kwasniewski: (Chicago, 1971) Teólogo y filósofo católico, compositor de música sacra, escritor, bloguero, editor y conferencista. Escribe regularmente para New LiturgicalMovement, OnePeterFive, LifeSiteNews, yRorateCaeli. Desde el año 2018 dejó el Wyoming CatholicCollegeen Lander, Wyoming, donde hacía clases y ocupaba un cargo directivo para seguir su carrera como autor freelance, orador, compositor y editor, y dedicar su vida a la defensa y articulación de la Tradición Católica en todas sus dimensiones. En su página personal podrán encontrar parte de su obra escrita y musical: https://www.peterkwasniewski.com/