El ideario humanista está muy en boga en el discurso de la Iglesia post Concilio Vaticano II buscando congeniar al pensamiento revolucionario derivado de la Ilustración con la Doctrina Católica.
El humanismo es muy abarcativo y cruza transversalmente las novedades teológicas surgidas después del CVII. Siguiendo a Alberto Methol Ferre, intelectual uruguayo con una importante participación en la Conferencia Episcopal Latinoamericana ( CELAM) ,el humanismo abarca a la teoría marxista desarrollada tanto en la Teología de la Liberación como en la posterior Teología del Pueblo. Esta última interpreta la necesidad de una Latinoamérica unida por el acervo histórico humanista cristiano, como humus cultural- de ahí la unidad con la diversidad- pero con su pertenencia y lo lleva a compartir un destino histórico. Para lograrlo se promueve una cultura del encuentro en donde las diversidades culturales dialogan bajo los principios de un humanismo integrador.
Este pensamiento también tuvo una influencia significativa en la resignificación de la Doctrina Social de la Iglesia efectuada bajo el pontificado de San Juan Pablo II. De ahí que consideramos importante reflexionar sobre ese tipo de pensamiento para poder tener una comprensión mayor sobre la realidad doctrinaria .
1-Definición y características.
Como pensamiento filosófico el humanismo se constituyó en el continente europeo durante el siglo XIV. En líneas generales postula la supremacía de la razón por sobre la fe y las creencias religiosas. La centralidad se trasladó desde Dios hacia el hombre, siendo éste el fundamento de su propia existencia.
Así es que el humanismo fue un elemento integrante significativo de la época crítica del Renacimiento y representó el tránsito a la época moderna. Todo ello se debió a que no sólo proponían volver a la cultura clásica greco-romana sino que además propugnaban una reforma total del hombre y por ende, una subversión de los valores imperantes durante la Edad Media. Es decir, romper con el pensamiento teocéntrico (Dios el centro) e imponer el modelo fundado en el antropocentrismo.
Se apartó del conjunto de ideas y de la cosmovisión medieval y buscó una explicación humana y no divina tanto de las cuestiones espirituales como material del universo. Contrapuso lo humano en una relación antagónica con lo divino. Consideraron al hombre como un ser libre y autosuficiente capaz de dar sentido al mundo que lo rodea y guiar su propio destino sin ninguna interferencia de un Dios trascendente. Todo lo relacionado con valores y principios religiosos fueron considerados como dogmas a derribar y limitantes al verdadero desarrollo de la plenitud humana.
De esta manera, el humanismo implica el re-descubrimiento del hombre en cuanto hombre, como así también reafirmación de todo lo humano, esto es, en el sentido del individualismo y afirmación de lo subjetivo, como en el sentido mas general de la humanidad como totalidad.
Como escuela de pensamiento, tiene las siguientes características:
- Una concepción antropocéntrica dominante.
- Un regreso a los clásicos y a la cultura greco-romana. .
- El rechazo a los dogmas religiosos, considerándolos extraños a la propia naturaleza humana.
- Expansión y consolidación temprana de la burguesía como sector social predominante.
- Fomento de las artes y el desarrollo de las ciencias. Independencia y ruptura entre razón y fe, entre religión y ciencia.
- Inicios de una región natural
Esto llevó a que el hombre se sienta y se conciba libre de lo que consideraba las «ataduras tradicionales» del mundo medieval. Afirmó su propio valor y plena conciencia de sí mismo, a profesar el libre examen, a confiar su propia razón y en la capacidad de la ciencia para desentrañar la verdad y a implantar el regnun hominis sobre la tierra. Estimando así que el hombre es la medida de todas las cosas, según la vieja expresión de Protágoras (480-410 a. C.).
El destacado filósofo Giovanni Picco della Mirándola (1463-1494) en su escrito Oratio de hominis dignitate, lo que hace que el hombre sea superior a todo lo creado es su dignidad, la cual deriva de su capacidad intelectual. Esto lleva implícito que somos seres racionales y libres y es por eso que somos dignos. Por medio de esa capacidad intelectual, el hombre logra conformarse como un ser completamente autosuficiente y libre. Teniendo la capacidad de discernir entre el bien y el mal, y esto lo hace superior a cualquier otro ser. Debido a esa naturaleza intelectual y deductiva, el hombre llega al conocimiento de la realidad del mundo y de su ser. Por otra parte,la filosofía es el camino que la naturaleza cognoscente del hombre utiliza para acercarse a Dios. Es este camino en donde el ser humano se hace dueño de su propio destino, logrando asumir el control total de su propia existencia y gracias al cultivo de la filosofía alcanza la libertad. En todo esto es donde se fundamenta precisamente su dignidad.
Fue también otro filósofo italiano Tomasso Campanella (1568-1639) quien propuso que todo conocimiento deriva de la sensibilidad, la importancia del autoconocimiento y la existencia de una religión natural única y universal de la cual derivan todas las demás. Postula una empirismo basado en las sensaciones intuitivas de la esencia de las cosas y comparando el conocer con una asimilación del objeto por el sujeto. Campanella compartía los criterios de la filosofía natural de Telesio, se pronunció fuertemente contra los principios sostenidos por la escolástica. El desarrollo de las ideas del sensualismo y el deísmo se combinaron con ciertos conceptos de una religiosidad mística y con elementos de la magia y la astrología.
Lo fundamental de estos dos ejemplos, Picco della Mirándola y Campanella, ponen de manifiesto el carácter subjetivista y el asentamiento de las bases de lo que fue el ideario revolucionario. Es por eso que en el centro del pensamiento humanista hay una importante impronta de rechazo al Dios cristiano y a toda la Doctrina Católica.
Lo expuesto hasta aquí implica que además de la exaltación del hombre, se inició un proceso de desacralización y secularización del mundo, considerando al mismo ser humano como la razón de ser de todo lo que existe. Ello se manifestó en las ideas políticas y su influencia sobre las instituciones y legislaciones, dando el inicio a las concepciones liberales de la Ilustración.
Siguiendo a lo expuesto por Hebe R. Vidal en su libro Fundamentos de Filosofía (1970),se pueden distinguir 4 tipos de humanismo:
- Humanismo sin Dios y sin naturaleza. Para esta perspectiva no hay relación entre el hombre y Dios y tampoco existe alguna norma de carácter a priori que determine la naturaleza del hombre. Postula el irracionalismo y el relativismo absoluto. Lo que existe es indeterminado y sólo es por motivos que no se pueden conocer.
- Humanismo sin Dios pero con naturaleza. Tampoco hay una conexión o relación entre Dios y el ser humano. Dios no existe, pero la Naturaleza sí. Son las leyes propias de esta naturaleza las que constituyen el fundamento de lo humano. Ejemplos de ello son el filósofo renacentista Giordano Bruno y el positivismo de Augusto Comte. El hombre es un producto de la naturaleza, se exaltan las facultades racionales pero se lo considera como parte integrante de una totalidad que es la naturaleza ( tiene carácter universal)
2-Humanismo cristiano.
Para empezar a delinear las características del humanismo cristiano, seguiremos con la tipología expuesta por Hebe R. Vidal. Allí encontramos otros dos humanismos. Éstos sí incluyen a Dios.
- Humanismo con Dios y sin naturaleza. Frente al humanismo ateo se presenta uno de carácter más teológico. Se acentúa el carácter contingente del ser humano y se lo presenta como un ser inexplicable sin Dios. El centro del universo se conforma con la soberanía exagerada del poder y la sabiduría de Dios. Ante Dios nada valen la razón y la libertad humana. Dios es inalcanzable para el hombre. Esta concepción es la que pregona el protestantismo de Lutero y Calvino, separando la razón de la fe y acentuando la naturaleza caída del hombre por el pecado original. Asimismo, la filosofía de Kierkegaard y su existencialismo pesimista, refleja esta postura humanista.
- Humanismo con Dios y con naturaleza. Dios sigue siendo el centro de todo el universo pero no anula al hombre. Si bien éste es dependiente de Dios, posee una naturaleza racional y goza de libre albedrío. El hombre tiene una naturaleza racional que le permite conocer y discernir sobre las cosas del mundo y también sobre las relaciones que lo unen con Dios.
Esta última postura que acabamos de mencionar es la base de la concepción desarrollada por la Doctrina Católica sobre la persona humana. Es Dios creador del hombre y le otorga capacidad racional y libre albedrío, y se asegura de ayudarlo por medio de la Providencia a transitar un camino de perfección que lo una eternamente.
Por otro lado es ese carácter del ser humano como criatura central de Dios que lo ubica en la cima de la creación. Dándole una dignidad especial que lo diferencia del resto de los seres creados.
La Fe y la razón no están separadas, el ser humano puede conocer, aunque de manera inexacta, los planes de Dios para su vida. Dios participa y está presente en la vida individual como en la social de los hombres.
Hasta aquí hemos mencionado la tipología expuesta por Hebe R. Vidal. Y esto nos sirve para preguntarnos si la concepción humanista que impera hoy en la Iglesia está cerca de esta visión. Desde nuestro punto de vista el humanismo actual está muy influenciado por el Modernismo teológico, el cual imprime una re-significación importante de los principales conceptos ya mencionados. No expondremos aquí los principios del modernismo ya denunciados por el Papa San Pio X en su Encíclica Pascendi Dominici Gregis de 1907. Sino que nos enfocaremos en las características fundamentales de este nuevo humanismo modernista.
En líneas generales, lo que pretende este nuevo humanismo modernista, es tomar lo bueno de la revolución francesa, los derechos del hombre, la Ilustración e incluso el marxismo teórico ( no leninista ni ateo). Esta visión considera al ser humano en general como un ser de la diversidad y la pluralidad, que para desarrollarse plenamente necesita vivir en un orden social que fomente el encuentro, el diálogo y el dejar de lado las cuestiones doctrinales conflictivas. De esta manera, se hace necesaria la separación entre Dogma y Principios de Fe. Esto permitiría el acercamiento a distintas posiciones sobre el cristianismo dejando atrás las rispideces de las diferencias en la Doctrina.
El Papa Pablo VI considera en la Encíclica Populorum Progressio (nº 42), un humanismo que tienda al Absoluto: «Tal es el verdadero y pleno humanismo que se ha de promover».
Como uno de los principales exponentes de este nuevo humanismo contemporáneo lo encontramos al Papa San Juan Pablo II. Su visión propone al humanismo cristiano como la respuesta de la Iglesia a la crisis sin precedentes de la civilización de mediados del siglo XX. Las ideas de la humanidad estaban en una profunda crisis y no lograban ser de gran ayuda para orientar los destinos de la sociedad. Todo ello “a raíz de un siglo de miedo que ya había producido dos guerras mundiales, tres sistemas totalitarios, una matanza sin precedentes y la mayor persecución de la Iglesia en la historia”.Así, reconstituir la Iglesia como el movimiento que proclamaba la visión antropológica sobre la humanidad era, a su juicio, la tarea del Concilio Vaticano II.
Jaques Maritain (1882-1973) es el filósofo catolico por excelencia que logró expresar la fusión entre humanismo y cristianismo. En su obra Humanismo integral (1936), este autor pretende desarrollar una renovación filosófica , social y política en una praxis cristiana fundadora de una nueva sociedad cristiana.
En sus propias palabras es «el despertar de la conciencia cristiana y los problemas estrictamente temporales, sociales y políticos, implicados en la restauración de una nueva cristiandad, traerá consigo el nacimiento de nuevas formas políticas específicas al nacimiento de inspiración intrínsecamente cristianas»
Por lo tanto, se intenta integrar los aspectos positivos del individualismo del mundo moderno, los derechos civiles y sociales, el concepto de lucha política, la diversidad y pluralidad de las teorías sociológicas de la cultura. Todo eso relacionado con un concepto de espiritualidad cristiana.
Lo que se puede percibir es que esa búsqueda de hacer congeniar la Doctrina Católica con las cuestiones del mundo , implica necesariamente una depuración de la Doctrina. Dejar de lado cuestiones que son incómodas para el mundo moderno. Lejos de ser una forma de crítica orientadora es una especie de filosofía de ayuda dialoguista.
Concretamente la base es la exaltación del hombre sin negar a Dios,pero con una idea de deidad abstracta y en parte deslucida. Estamos ante una visión ecuménica y pluralista de Dios, siendo los factores socio-culturales que dan significación a lo qué es y quién es Dios.
3-Conclusiones
Ya hemos mencionado la tipología de 4 formas de humanismo según Hebe R. Vidal. Quizás deberíamos incluir una quinta opción, un Humanismo con un Dios abstracto, ecuménico y reducido a la subjetividad y una naturaleza humana de carácter antropocéntrica.
Este último tipo es, según nuestra visión, lo que define al humanismo modernista contemporáneo. Nos referimos a buscar puntos positivos o «buenos» de ideologías que son de raíz anticristiana. ¿ Qué puede tener de bueno la revolución francesa? Si fue en esa revolución donde se culminó rechazando la soberanía del Reinado Social de Jesucristo impulsando un modelo de orden social secular, liberal y en donde el Estado se convierte en un ídolo.
El rechazo de una perspectiva orgánica de lo social, el fomento de la lucha y el conflicto social, la idea de que por medio de la Revolución se puede instalar el paraíso en el mundo, son los electos salientes de este nuevo humanismo. El antropocentrismo no hace más que relativizar la idea de la existencia de una Verdad revelada inmutable que se despliega a lo largo de la historia. Todo se reduce al hombre y se cree que en su naturaleza están todas las respuestas para lograr una vida más equilibrada y justa.
Por otra parte, como mencionamos al principio ĺa visión humanista en la Iglesia se desplegó tanto el la Doctrina Social de la Iglesia como en la Teología del Pueblo y en los actuales documentos. Sus elementos característicos son.
- El hombre como centro de todo.
- La sociedad no conforma un orden natural sino que es conflictiva
- La esfera cultural e histórica determina la Doctrina, interpretaciones e incluso la idea que se tenga de Dios. Si hay principios inmutables, éstos son abstractos y absorbidos por lo cultural.
- Lo religioso es una forma de manifestación de la cultura popular.
- La conflictividad se da entre pueblo y antipueblo, entre capitalismo y humanismo.
- Siempre existe un enemigo que se constituye necesario para reafirmar la identidad propia.
- La aceptación Doctrina inmutable es considerada rígida y propia de sectores que no perciben la realidad cambiante del mundo.
- Las enseñanzas cristianas forman un conjunto de enunciados común a otras religiones. Todas persiguen el objetivo de una mejor humanidad. La Fraternidad universal en una sociedad poliédrica
Leonardo Olivieri
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