¿Cuáles son las cualidades paternas para manejar el timón de la familia?
Cualidades paternas. Por Raoul Plus, S.J
Preparación de los textos: Augusto Pozuelos
PARA cumplir concienzudamente su tarea, un padre necesita cualidades singulares.
La primera de estas cualidades es un valor inquebrantable.
En hogares donde la vida es fácil —y en qué familia hoy la vida es fácil— puede descansar en la fortuna amasada por sus antepasados. Pero eso se termina tan pronto.
En los hogares donde la familia vive verdaderamente del pan de cada día, cuánto debe esforzarse para ganar ese pan del día. Hay más de una comida que debe proporcionarse para un solo día. ¿Y la ropa? ¿Y los zapatos? ¿Y las facturas del médico, del farmacéutico, del tendero?
Los días se suceden, las semanas se superponen y los meses pasan; el hogar se amplía con un miembro más. ¿Cómo hará frente a este mundo suyo? Con valor, el padre necesita una tranquila confianza en Dios.
Seguramente, si entienden bien su deber, los verdaderos padres saben espaciar un poco los nacimientos sin faltar en lo más mínimo a las leyes del matrimonio; y esto para algunos requiere coraje heroico.
Pero incluso entonces, cuando no se tienta a la Divina Providencia, sino que se vive en una prudente y continente moderación, es necesario, para mantenerse sobre la superficie de la vida, echar el ancla en lo profundo y esperar la deseada ayuda de Dios, imperturbablemente sereno a través de todo.
Y quién medirá la incansable paciencia que necesitará para soportar esas casi necesarias dificultades de carácter en una amabilísima y solícita esposa; soportar el llanto y el llanto de los bebés por la noche; soportar los ruidosos juegos de los niños en crecimiento cuando quiere trabajar en silencio; tratar de que los ingresos al menos equilibren los gastos; luchar para sostener un negocio en declive; encontrar nuevos mercados para sus productos; desarrollar una mejor y más amplia clientela. ¡Sólo la paciencia lo ayudará!
¡Cómo necesitará autoridad con los hijos para reforzar el control de la madre que, ya sea porque está demasiado ocupada o porque es demasiado fácil de llevar, deja que se aprovechen de ella de vez en cuando!
No tendrá esta autoridad sin la intuición que le ayude a distinguir los rasgos de carácter predominantes de cada niño y determinar los mejores medios para proveer a la formación de todos para que se desarrollen sus virtudes y se controlen sus faltas; para leer sus almas, sus pensamientos más íntimos, el progreso de sus sueños para el futuro. . .
En fin, ¡cuánta destreza, qué firmeza, qué adaptabilidad, qué santidad necesitará! Y he aquí un pobre padre consagrado así por las circunstancias y que, siendo él mismo un joven, nunca ha sopesado sus responsabilidades futuras, ¡o no las ha sopesado muy seriamente!
Oh, cuán profundamente siento, Santísima Virgen María, que debes ayudarme. ¡Señora del gran valor, dame fuerzas! ¡Virgen paciente, dame paciencia! Asiento de la Sabiduría, ¡dame una idea de los personajes!
¡Madre y Reina de Jesús, dame una autoridad suave, pero firme! ¡Santa María, dame la santidad por encima de todo! no he alcanzado el grado que Dios quiere de mí para mi misión en la vida; Soy consciente de eso. Llévame, oh Virgen Inmaculada, llévame a las alturas; estás tan cerca de Dios; habitas en el resplandor de Su luz y Su Omnipotencia; ¡llévame más alto!
Raoul Plus, S.J. (1882-1958) escribió más de cuarenta libros para ayudar a los cristianos a comprender el amor de Dios por el alma. Sus obras enfatizan el papel vital de la oración en la vida espiritual y muestran cómo se pueden vivir las verdades de la fe.
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