Los católicos tienen un “derecho” a la buena liturgia-MarchandoReligion.es

Los católicos tienen un “derecho” a la buena liturgia

La Iglesia católica enseña que existe un derecho a la buena liturgia

Los católicos tienen un “derecho” a la buena liturgia de acuerdo con la “tradición y disciplina de la Iglesia”, un artículo de Peter Kwasniewski para LifeSiteNews

Es imposible negar hoy en día el efecto corrosivo de la música popular de iglesia sobre la fe ortodoxa y sobre la devoción a la Sagrada Eucaristía. Déjenme intentar enmarcar el problema con una comparación a la batalla continua sobre el significado del término “pro-vida”

La Iglesia católica enseña que existe un “derecho a la liturgia.” ¿Qué quiero decir con esta frase? La instrucción Redemptionis Sacramentum de la Congregación para el Culto Divino (25 de marzo 2004) establece:

“Los actos arbitrarios no benefician la verdadera renovación, sino que lesionan el verdadero derecho de los fieles a la acción litúrgica, que es expresión de la vida de la Iglesia, según su tradición y disciplina.” (…) “Por otra parte, todos los fieles cristianos gozan del derecho de celebrar una liturgia verdadera, y especialmente la celebración de la santa Misa, que sea tal como la Iglesia ha querido y establecido, como está prescrito en los libros litúrgicos y en las otras leyes y normas. Además, el pueblo católico tiene derecho a que se celebre por él, de forma íntegra, el santo sacrificio de la Misa, conforme a toda la enseñanza del Magisterio de la Iglesia.”

Tenemos aquí una clara afirmación sobre el derecho que tienen todos y cada uno de los católicos a adorar al Señor en las celebraciones litúrgicas que se adhieren estricta, incluso debiera decirse puntillosamente, a la “tradición y disciplina, a las leyes y a las nomas.”

Sin embargo, como sabemos, este derecho es pisoteado a diario en innumerables lugares, al ser los fieles sujetos a desviaciones, deformidades, banalidades, distracciones o humillaciones por la persistente negación de sus legítimas demandas de alimento espiritual, por ejemplo, cuando el acceso a la misa tradicional latina es negado.

Y, ¿Por qué ocurre todo esto? Muy sencillo, porque los clérigos, especialmente los obispos, favorecen otros principios y les dan una primacía que no debieran tener. Por ejemplo, el principio de “participación activa”, hoy tan pobremente comprendido, es usado para borrar siglos de tradición y disciplina, de leyes y normas.

¿Podríamos comparar esto con el aborto? Tal como un genérico “derecho a la vida” – en el enfoque de moda de lo “perfectamente unido” que hace hincapié en tanta variedad de temas como la pena de muerte o la inmigración – tiende a eclipsar el mal específico e infinitamente mayor del aborto, la preocupación genérica por la «participación activa» en la liturgia eclipsa la centralidad del bien específico e infinitamente mayor del sacrificio eucarístico promulgado por el sacerdote en nombre del pueblo.

Así como el derecho a la vida se sitúa inequívoca y primordialmente en el derecho de todo bebé humano a nacer, así también el derecho a la liturgia hace referencia, sobre todo, al derecho a “ofrecer la santa oblación en paz” (como dicen nuestros hermanos en la fe bizantinos), y ver y experimentar la liturgia como la obra de Cristo en y por Su Iglesia, no como un producto mío o de alguien más.

En el mundo católico el “signo de la paz”, la proliferación de ministros invadiendo el santuario y manipulando los preciosos dones y cantando execrables malas canciones post-comunión, conspira a distraernos del milagro que ha ocurrido recién y a impedirnos de rezar con más frutos en unión con Nuestro Señor y con todos los otros miembros de Su Cuerpo Místico. De un modo similar, el “romanticismo” moderno que se ha degenerado en el erotismo, distrae nuestra atención de la más grande maravilla del orden natural: la creación ex nihilo del alma humana por la omnipotencia divina, en conjunto con la provisión del cuerpo del niño por la madre y el padre que, de este modo, entran en una relación especial con Dios y son responsables de la vida de este niño confiada a su cuidado.

También la música cantada en las iglesias hoy a menudo eclipsa el gran misterio que estamos celebrando en los sagrados ritos. No solo es una asunto de mal gusto, es una real forma de desacralización, un sacrilegio que merece ser corregido por razones estrictamente teologales y morales. Mucha música litúrgica popular, como la noción popular de amor, es amplia en sentimentalismo barato, y corta en amor y alegría espiritual. De la misma manera, la más grande alegría del matrimonio no es el evanescente acto nupcial, sino el eterno fruto de esto: el ser inmortal que ha entrado en este mundo en un momento del tiempo y del espacio, una creatura que ha existido desde toda la eternidad en el misterio del intelecto y voluntad divina, una persona con un rostro que únicamente refleja el Rostro del Creador.

En último término, la vida es para la liturgia y la liturgia es para la vida.

Se nos da la vida natural para adquirir la vida sobrenatural, y esta se nos da para elevarnos a Dios en la oración y en la alabanza divina. De este modo se convierte en posible para nosotros realmente vivir, y así servir de ayuda a otro en su viaje hacia el cielo. El “derecho a la liturgia” de los católicos no es otra cosa que un derecho a la vida sobrenatural, a la plenitud de la participación en los misterios de Dios en los cuales consiste nuestra santidad aquí y nuestra gloria en la otra vida.

Por lo tanto, así como ser consistentemente pro-vida no significa oponerse a los límites a la inmigración o a la pena de muerte, así también ser pro-liturgia no significa involucrar a tantos laicos como sea posible como ministros. Ser pro-vida significa permanecer inequívocamente en favor de todo lo que sostiene a la persona humana desde la concepción hasta la muerte, tanto los bienes naturales y sobrenaturales.

Esta es la razón de porqué el movimiento pro-vida y el movimiento para restaurar la tradición católica son socios ideales. Los tradicionalistas valoran por sobre todo lo que se les ha dado, lo que es recibido de otro. El énfasis no está nunca en nuestro propio hacer y quehacer, sino en amar custodiar el tesoro confiado a nuestra salvaguarda. La vida humana es la primer y más básico don de Dios en el orden natural, confiado a nuestros corazones y manos. La sagrada liturgia es el primer y más básico en el orden sobrenatural, igualmente confiado a nosotros pobres pecadores, de hecho, nada más precioso ha sido alguna vez confiado por Dios al hombre. Somos pro-tradición por la misma razón fundamental por la que somos pro-vida.

Peter Kwasniewski

*Nota de edición: La fotografía pertenece al artículo original publicado por LifeSiteNews. MarchandoReligion declina toda responsabilidad

Puedes leer este artículo en su sitio original en inglés aquí: https://www.lifesitenews.com/blogs/catholics-have-a-right-to-good-liturgy-in-accordance-with-churchs-tradition/

Te invitamos a leer este artículo sobre el tema de la buena liturgia


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Profesor Peter Kwasniewski: (Chicago, 1971) Teólogo y filósofo católico, compositor de música sacra, escritor, bloguero, editor y conferencista. Escribe regularmente para New LiturgicalMovement, OnePeterFive, LifeSiteNews, yRorateCaeli. Desde el año 2018 dejó el Wyoming CatholicCollegeen Lander, Wyoming, donde hacía clases y ocupaba un cargo directivo para seguir su carrera como autor freelance, orador, compositor y editor, y dedicar su vida a la defensa y articulación de la Tradición Católica en todas sus dimensiones. En su página personal podrán encontrar parte de su obra escrita y musical: https://www.peterkwasniewski.com/